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Sunday, April 17, 2016

Comunidades y ciudades sostenibles: Caso Colombiano

Artículo de opinión por: Andrea Herrera Guamán*
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo
Administradora de Negocios, Universidad EAFIT


De acuerdo a la OEA las ciudades de la región están pasando actualmente por un proceso de cambios extraordinarios y acelerados. Cada vez más Los Gobiernos unen recursos y conceden mayores facultades a las jurisdicciones subnacionales. De igual manera, muchos gobiernos regionales y locales facilitan iniciativas empresariales y comunitarias destinadas a ampliar y mejorar los servicios en cuanto a cobertura, calidad y eficiencia.

Esta descentralización ha hecho que autoridades locales de América Latina y el Caribe busquen la creación de ciudades equilibradas, sostenibles, en un espacio en el que los intereses de los individuos y los servicios colectivos sean compatibles como en el caso de Mendoza en Argentina o Manizales en Colombia en donde se ha venido forjando un enfoque multidisciplinario e integrado de administración municipal.

A lo anterior se unen las creencias del Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon y Alicia Bárcena, Secretaria ejecutiva de la CEPAL, quienes resaltan la importancia de la cooperación entre la sociedad civil y el sector privado al igual que la búsqueda de la paz y la seguridad para el logro del desarrollo sostenible.

En este sentido Ciudades como Rio de Janeiro y Medellín han encaminado programas que faciliten el acceso de los municipios a los mercados de capital, programas en donde los grupos de bajos ingresos pueden también obtener crédito para financiar actividades productivas a través de la regularización de títulos de propiedad y el mejoramiento de la infraestructura y vivienda urbana. A su vez, encontramos ciudades que orientan sus incentivos en la participación de diferentes sectores sociales en la preparación del presupuesto de capital para la ciudad como es el caso de Tijuana , México y Cali, Colombia.

Uno de los principales problemas que enfrenta el logro de ciudades y comunidades sostenibles en el mundo es el uso inadecuado e ineficiente que se le da al uso de los recursos y su relación con el aumento de la población.

Según la ONU, la mitad de la humanidad, 3500 millones de personas, vive hoy día en las ciudades, las cuales ocupan apenas el 3% del planeta pero representan entre el 60 y 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono. La rápida urbanización está ejerciendo presión sobre el abastecimiento de agua dulce, las aguas residuales, los medios de vida y la salud pública.

Para María del Pilar Medina, Directora de Gestión Institucional existen varias acciones para lograr ciudades sostenibles en Colombia sobre todo aquellas con miras en la construcción el cual es el sector con mayor potencial de mitigación de emisiones de GEI hacia 2030.

Las acciones incluyen producción de energía y calor a partir de energías renovables, parqueo centralizado, edificaciones integradas al manejo de energía , centro de la ciudad libre de vehículos (parqueaderos subterráneos), reciclaje y manejo eficiente de los residuos y el agua.

Al tema de sostenibilidad se le une también la resiliencia de las ciudades que determina la capacidad que tiene un sistema de absorber el impacto y reorganizarse mientras está adaptándose a dicho cambio.

En Colombia , la política pública para ciudades sostenibles y resilentes plantea diversos retos y avances en el tema. Entre la problemática se puede destacar la expansión y deterioro de las zonas centrales de las ciudades, alto déficit habitacional , asentamientos informales, déficit de espacio público, deficiencias en movilidad y abastecimiento de agua y la vulnerabilidad de los centros urbanos ante los desastres naturales. Ante lo anterior se hace necesario reducir la desigualdad en el ingreso y la disparidad regional, mejorara la cobertura y calidad de la educación, proteger la biodiversidad y evitar un crecimiento de carbono intensivo, reducir la vulnerabilidad de las fuentes de abastecimiento de agua, entre otros.

Entre las acciones que viene adelantando Colombia en este tema se pueden encontrar varias iniciativas como el proyecto de ley 119/12, el código Nacional de construcción sostenible, el Sello ambiental colombiano y la estrategia Colombiana de Desarrollo bajo en carbono (ECDBC).

Resultado de estas iniciativas son la existencia de 21 edificios sostenibles con certificación LEED y 88 proyectos registrados, creación del Plan BIO – 2030 – Medellín- Valle del aburra que es un plan a 20 años que integra al Valle de Aburra en función de la sostenibilidad , la existencia de un Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS) y la construcción de la Ciudadela Colsubsidio “Maiporé” en Soacha que busca desarrollar una estrategia de mantenimiento de flora y fauna en el sitio al tiempo que busca aprovechar el sistema hídrico y las lagunas para dirigir hacia ellas el agua pluvial del proyecto.

A lo anterior se le suma la reciente alianza entre la Cámara Colombiana de la Construcción y ONU-Hábitat en la que firmaron un memorándum de entendimiento para trabajar conjuntamente por el desarrollo urbano sostenible y el fomento de programas integrales de vivienda, a partir de una perspectiva de ciudades inclusivas, sostenibles y equitativas

Las recomendaciones de la OEA en este sentido consisten en establecer iniciativas financieras y hacer participar a las comunidades, las empresas y los gobiernos en la creación de consenso con respecto a metas y actividades compartidas. Debería revisarse la legislación para hacer posible la participación del sector privado en inversiones urbanas y también para promover un financiamiento conjunto de programas municipales por parte del Gobierno nacional, el sector privado y las comunidades locales. Deberían sancionarse leyes tributarias que tengan en cuenta la participación local en el ingreso fiscal. También deberían revisarse los marcos institucionales, de modo que sean compatibles con la creciente descentralización. Debería perseverarse en los esfuerzos destinados a insertar los temas referentes a las zonas urbanas en los objetivos de los organismos internacionales y los gobiernos nacionales.

Con respecto al sector transporte, las municipalidades deberían dar participación al sector privado en la construcción y el funcionamiento de los sistemas de transporte público. Los países deberían enfrentar con decisión los problemas de la vivienda de los sectores de bajos ingresos y la regularización de la propiedad de la tierra, con la participación directa y activa de instituciones financieras.


Referencias


Camacol.co. (2015). Alianza entre Camacol y la ONU impulsará ciudades más sostenibles.  Camacol. [online] Available at: http://camacol.co/noticias/alianza-entre-camacol-y-la-onu-impulsar%C3%A1-ciudades-m%C3%A1s-sostenibles [Accessed 17 Apr. 2016].

Desarrollo Sostenible. (n.d.). Ciudades - Desarrollo Sostenible. [online] Available at: http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/cities/ [Accessed 17 Apr. 2016].

Medina, M. (2013). Smart City Bogotá – Estrategias de construcción ambiental del hábitat urbano. 1st ed. Bogota: Consejo Colombiano de Construcción Sostenible, pp.4-19.

Oas.org. (n.d.). 3. Ciudades y comunidades sostenibles. [online] Available at: http://www.oas.org/dsd/publications/unit/oea61s/ch09.htm [Accessed 13 Apr. 2016].

Servicio de Noticias de las Naciones Unidas. (2016). Centro de Noticias de la ONU - El desarrollo sostenible, los derechos humanos y la paz van de la mano, asevera Ban. [online] Available at: http://www.un.org/spanish/News/story.asp?NewsID=34547#.VxPmtPnhDIU [Accessed 13 Apr. 2016].

Tuesday, March 8, 2016

The Colombian Labour Market behind Female Participation in Management

By: Carolina Herrera-Cano (IB, MIB)*
Analyst at the Observatory in Trade, Investment and Development
Lecturer of Ethics and CSR at Universidad EAFIT


Women’s rights are increasingly becoming an important trend for governments and civil society and, with the purpose of monitoring their advances, different indicators are being used. Although gender gaps have narrowed in many ways –according to the United Nations Millennium Development Goals Report, goal 3 (to promote gender equality and empower women) made important progress in terms of education, employment, and political representation-, some gender disparities have deteriorated, sometimes even as a result of others’ improvement. Accordingly, indexes evaluating the status of women’s rights around the world may present contradictory scenarios (United Nations, 2015). Those figures do not only show the multiple challenges women’s rights still have in a global scale, but they are the evidence of a need to have a closer look to gender equality indicators even in countries were figures seem to indicate positive scenario for women’s rights (WEF, 2015).

The Global Gender Gap Report (GGGR) quantifies gender-based disparities in four categories: Economic Participation and Opportunity, Educational Attainment, Health and Survival, and Political Empowerment. According to this assessment, countries with the highest equality between men and women are Iceland and Norway. Yet, it is useful to analyse them in a deeper way four categories in these countries. Iceland ranks 1 in three of the four categories but has a surprising 105 position in health and survival index. This is also the case of Norway with a 70 position for health and 32 for educational attainment. However, Norway’s performance in economic participation (2) and political empowerment (3) makes it the second most equal country in terms of gender.

According to the GGGR, Colombia has faced important improvements in terms of gender equality. The country has moved up 11 positions (from 53 to 42) in the ranking, far from Mexico (71), Chile (73) and Brazil (85), and has effectively closed 74% of its gender gap. More surprisingly, in the words of the Inter American Development Bank (IADB) (2016), this country, along with Jamaica and St. Lucia, has an outstanding position in the continent due to its larger share of women in managerial positions. This situation has also been documented by the United Nations Development Programme, which highlights that only in five out of 35 developing countries included in their data; women constitute 30% or more in decision-making positions (UN Women, 2015): this result also includes Colombia, and Botswana, Costa Rica Croatia, and South Africa.

Nevertheless, women participation in managerial positions hides important challenges for the Colombian labour market. Actually, the IADB recognizes the remaining glass-ceilings women still have to fight with even in Jamaica, St. Lucia, and Colombia: even in these countries female representation is still low at the highest spheres of the companies. More importantly, for the case of Colombia, some authors attribute the increased number of women in management to unequal remuneration between men and women: as female labour is usually less remunerated, employers prefer to hire women in order to reduce costs. In fact, it has been found that women participation in management has only been reached in lower to middle positions, as higher levels are still occupied by men. Only 4% of the Colombian 100 largest companies have women in the top management (BBC Mundo, 2015).

This situation is consistent with Darity’s (1989) and Darity and Williams’ (1985) heterodox perspective predicting the effects of trade gender pay gaps: international competition and competition between companies use existing gender inequalities to reduce unit costs. In consequence, this phenomenon increases women participation in management at the expense of the perpetuation of wage gaps between men and women. This issue has also been addressed by the International Labour Organization (ILO). In its most recent report “Women in Business and Management”, the ILO highlights how despite women nowadays represent 40% of jobs worldwide; their wages are still lower than men’. In fact, according to the Global Wage Report, wage gaps remain significant around the world. Even though gender wage gaps have narrowed slightly in the last decade thanks to a declining in most of the countries with available data, Colombia, together with Australia, Finland, Mongolia, and Paraguay are the only countries where the gap expanded (UN Women, 2015).

Another important challenge for gender equality in Colombia which is also related to the labour market is women’s higher levels of poverty. This situation can be explained by two important reasons. The first is informal employment: in the country, more than 60% of the employed women work in the informal sector: this restricts women access to pension funds and safety conditions. The second is female unemployment. Unemployment rate in women over the past two decades has continuously been 5% higher than men unemployment (Sabogal 2009). In 2013, Colombian women presented an unemployment rate of 13,8% while this figure was 8,1% for men. Additionally, women engagement to labour markets has not been successful: while men’s labour force participation rate is 79,7%, women’s is only 55,8 percent. Furthermore, recent studies show a faster declining tendency in women employment in a variety of developing countries, including Brazil, Colombia Cost Rica, Philippines, and Republic of Korea (UN Women, 2015).

Although Colombian improvements in GGGR during last year can be explained by wage equality efforts (WEF, 2016), as it was possible to show, changes in country’s labour market will be fundamental in gender equality pursuit. The Colombian case is a great example of the importance to have a closer look to gender equality indicators. In spite of the need to engage women in decision-making processes of private and public organizations in 2030 Agenda for Sustainable Development (United Nations), when women participation in managerial positions coincides with (or can even be explained by) wage gaps, informal employment, and unemployment, it does no longer constitute a positive scenario for women’s rights. The existing presence of women in management market together with appropriate business, civil society and governmental efforts to promote equality in the labour market makes Colombia a country with a great potential to promote trade and economic development with a gender perspective.

Wednesday, March 2, 2016

Reto para los Objetivos de Desarrollo Sostenible Número 16 y 17: El problema de la materialización de los derechos

Por: Maria Isabel Aguilar Goez
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo


Al momento de plantearse estas metas, era esencial construir un objetivo orientado hacia el fortalecimiento de las instituciones estatales e internacionales con el fin promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, principalmente por medio de la facilitación del acceso a la justicia y la creación de instituciones eficaces y celeras.

Dicha construcción es casi impensable sin aceptar, en primer lugar, la complejidad de la comunidad internacional, donde la diferenciación de los grados de gobernanza es clara y básica para conocer quiénes y en qué aspectos deben mejorar y cómo los diferentes actores de dicha comunidad pueden contribuir a la finalidad esperada.

El concepto de gobernanza alude a la manera como se regula un determinado tema o materia, es decir, se refiere al ejercicio de la autoridad para manejar los asuntos de un país en todos los niveles (UNDP, 1997). Cuando se habla de gobernanza global es porque intervienen distintos actores bajo diferentes normas en la comunidad internacional. Una vez claro esto se abordará la importancia de este concepto en el orden mundial, las variables lo componen, por qué a veces el nivel de gobernanza es diferencial en algunos territorios y cómo afecta esto al acceso a la justicia y el buen funcionamiento de la administración como prepuestos necesarios para la materialización de los derechos. De la misma manera, se tendrá en cuenta el concepto de comunidad internacional y cómo ella participa en la construcción de nuevas normas, que son esenciales para la articulación de todos los objetivos y para la creación de alianzas mundiales para el desarrollo (United Nations, 2015).

Para retomar el concepto de gobernanza, hay que destacar que este trasciende a los elementos de Estado, gobierno, régimen y buen gobierno. John Healey y Mark Robinson (1994) la definen como algo que implica un alto de nivel de efectividad organizacional acompañada con formulación y cumplimiento de políticas públicas relacionadas con la economía y el bienestar. También implica transparencia, contabilidad, participación política y ciudadana, todo esto bajo el imperio de la ley. Siendo así, entonces ¿Que sería lo opuesto? La definición del Banco Mundial (1989) sobre Bad Governance nos puede ayudar, según la institución, esta se caracteriza por burocracias no transparentes, sistemas legales ineficaces, abuso de poder, una sociedad civil desinteresada y desentendida de lo público y obviamente, la corrupción.

A nivel interno


Es claro que en la realidad, varios países encajan dentro de la última definición, en unos porque, si bien tienen toda la institucionalidad propia de una Estado democrático, ésta es deficiente y en otros porque simplemente carecen de ella. No es necesario irnos demasiado lejos para analizar un ejemplo clave, como lo es nuestro país, que indiscutiblemente hace parte de la primera hipótesis pero con unas particularidades.

En todas las constituciones se establece ese ideal de justicia y de Estado Democrático o Social de Derecho, que supone la existencia de toda una institucionalidad con el fin de promover los valores de justicia, igualdad y libertad como los más importantes en las teorías del Estado Moderno. Pero, ¿qué pasa pues cuando es solo algo ideal?, ¿qué tipo de medidas implementa un país para tratar de plasmar en la realidad aquello que dice de una manera tan bella y retorica en un papel que tiene tanta importancia jurídica?

Cada vez que un derecho nuevo es promulgado como resultado de diversas luchas políticas y sociales, de cierta manera se aquieta o se calla la batalla, por el simple de hecho de ya se tiene el derecho. Según Julieta Lemaitre (2009), los ciudadanos tendemos a amar el derecho con la creencia de que tiene poderes mágicos, ella elabora el concepto del fetichismo legal, como la acción de amar o idolatrar algo que no vemos pero sabemos que existe, y la meta es que se convierta en realidad. “¿Qué relación hay entre el fetichismo legal y la constitución política?, en que ambas están, existen, creemos en ella, pero no vemos que se hagan realidad”. Siendo así, debemos preguntarnos qué es lo que conduce a que la eficacia de las normas sea tan reducida.

Si bien en unos países se aprecia que el nivel de gobernabilidad que tienen es más prolongado, es decir, se ve una constante presencia del estado así sea en los sitios más recónditos, hay otros donde la presencia del mismo es diferencial, atendiendo a factores geográficos, ambientales etc. Cuando esto sucede en algunas territorialidades (la mayoría de las veces periféricas) el posicionamiento del estado es poco o casi nulo y eso abre la puerta a que se creen otros tipos de ordenamientos jurídicos, así sean dentro del mismo estado. Hablando desde el concepto positivista del derecho, se sabe que este es un fenómeno social (Prieto Sanchis, 2014) y si el gobierno no institucionaliza o regula algunos territorios su presencia será diferencial y con seguridad dará lugar a que se formen conjuntos de normas paralelos y hasta opuestos al gobierno central. No pretendo desviarme del objeto de este escrito hacia las razones del conflicto armado interno colombiano, sin embargo es un factor que se debe analizar en razón de que el problema de la materialización de los derechos radica en la ausencia de estado o de su funcionamiento deficiente.

Una vez explicada la tesis de la presencia diferencial, se entiende que hay algunos sectores donde el Estado tiene una innegable presencia, pero aun así su funcionamiento práctico es cuestionable. Tal vez el valor más importante que nos permite poner a trabajar toda la institucionalidad es el derecho de acceso a la justicia, el cual se constituye un medio para hacer efectivas nuestras prerrogativas, y es fundamental para avanzar en la problemática planteada.

El acceso a la justicia en sí mismo es un derecho que propende por la materialidad de todos los otros. La Encuesta Nacional de Necesidades jurídicas (ENNJ) es un diagnóstico cuantitativo de las necesidades jurídicas y del acceso a la justicia en las principales ciudades de Colombia financiado por el Banco Mundial, la Cámara de Comercio de Bogotá y el Ministerio de Justicia y del Derecho. Dicha encuesta da cuenta que los niveles de conflictividad en la población se presentan con más frecuencia en los sectores que sufren de pobreza, discapacidad y/o discriminación sexual (Uprimmy, La Rota, Lalinde & Santa, 2014), es decir, los sujetos vulnerables protegidos constitucionalmente los cuales son minoría y que tienen necesidades jurídicas básicas insatisfechas.

De esta metodología se logra sacar un aspecto muy importante que es la percepción acerca de la justicia. Los resultados fueron que, en términos generales, alrededor de la mitad de las personas creen que los son funcionarios son honestos mientras que la otra piensan que son corruptos o muy corruptos. Respecto al costo de la justicia la mayoría de los encuestados consideran que es cara o muy cara y que aparte es muy lenta.

Otro dato relevante da cuenta de que las personas que acudieron a las autoridades administrativas, tienen una peor percepción de los servicios estatales, sin embargo los que acuden a la rama judicial afirman que es muy costosa pero aún mejor que la administrativa. Por último, la pirámide de litigiosidad estudia cuantos de los conflictos que llegan a la jurisdicción efectivamente son resueltos, el producto de este estudio arroja una cifra muy baja y ciertamente preocupante, en tanto la brecha entre la demanda potencial total y las resoluciones cumplidas es bastante amplia.

Teniendo en cuenta esta información empírica, el problema a nivel interno radica en la implementación de políticas que promuevan la celeridad y la transparencia dentro de las instituciones. Una rama del poder tan esencial como lo es la rama ejecutiva, según los datos tiene muchísimos inconvenientes pragmáticos y es cuestionable que tal vez la rama con más capacidad para intervenir directamente con el ciudadano, sea la más deficiente.

De esta manera si se pretende el establecimiento de sociedades más justas debe procurarse (como bien lo mencionan los Objetivos del Desarrollo Sostenible) por fortalecer las instituciones nacionales pertinentes que le permitan al ciudadano sentirse más involucrado, mas cívico y comprometido, todo esto mediante la cooperación internacional, con miras a crear capacidad a todos los niveles. Aun así si este ciudadano vive en zonas periféricas dentro del país, en principio su ubicación no debería ser el aspecto determinante de sus derechos.

Es claro que la cuestión de la eficacia de los derechos ha sido una preocupación de muchas disciplinas a lo largo de la historia, lo adecuado sería pues articular todos estos conocimientos para erradicar la gran brecha que existe entre el papel y el diario vivir. Es un hecho notorio que estamos en un mundo globalizado donde la esfera local está indiscutiblemente interconectada con la internacional y que un trabajo conjunto necesariamente contribuirá a la creación de sociedades más igualitarias, con instituciones más sólidas para que puedan constituir alianzas firmes que permitan seguir en el camino del progreso.

A nivel internacional


De acuerdo con los postulados de las relaciones internacionales, la comunidad internacional está compuesta por diferentes actores que interactúan entre sí con la finalidad de mantener u conservar un orden internacional específico para crear un estado de cosas con pretensión de estabilidad. Al interior de dicha comunidad, cada uno de los actores se mueve en el marco de unos intereses para poder actuar, ya sean económicos, sociales, políticos o humanitarios. La problemática planteada anteriormente se traduce, en este nivel, en la ayuda que pide la sociedad civil a actores no estatales para hacer valer sus derechos sin poder erradicar el problema de eficacia de las normas jurídicas, precisamente por los diversos intereses que se sitúan dentro de la comunidad internacional.

Precedente al problema de la materialización de los derechos, está de la creación normativa en el ámbito internacional, por la carencia de una autoridad legislativa que se basa en el concepto formal de soberanía. Sin embargo desde un punto de vista pragmático si existe una superioridad del centro respecto a la periferia para la legislar en unos temas específicos, en tanto el nivel de experticia, el poder y los intereses económicos en juego determinan las condiciones. Esto quiere decir que hay ocasiones en que no se tienen en cuenta los intereses de las poblaciones vulnerables que viven en la periferia, lo cual demuestra que tenemos la misma problemática que se planteaba anteriormente a nivel interno en el caso colombiano, en vista de la asimetría del poder (Halliday, Carrunthers, 2015)

Una solución teórica a la cuestión de la creación normativa internacional, es la regulación por medio de los Ordenes Jurídicos Trasnacionales que permiten que los actores que no son necesariamente sujetos formales (Estados y OOII) participen en el proceso de legislación para suplir las complejidades que en cada materia se producen ( Shaffer & Halliday, 2015) Dentro de estos actores se encuentran los intermediarios que ayudan a determinar si la ley en el papel es más que una adaptación meramente simbólica a los estándares internacionales, ellos se sitúan entre lo global y lo local pero actuando desde lo local, para así dar cuenta de la efectividad de las normas adoptadas.

Es necesario aclarar que actualmente existen varios ordenes jurídicos trasnacionales (TLO’s) en materias como derechos humanos, comercio internacional, normas sobre insolvencia corporativa, entre otras. Que dan cuenta de las diferentes alianzas entre actores privados, estatales, no estatales, academia y muchos más, pero que dejan por fuera a aquellos que carecen de poder frente a todos los anteriores o que si bien los incluyen, los problemas de ejecución son evidentes.

Por ello, no se debe olvidar pues la importancia de la participación de los sectores vulnerables y/o periféricos en la creación de las normas que si bien es el primer paso para el reconocimiento de los derechos, no es el único en el proceso de materialización de los mismos y ahí recae la importancia de la interconexión de la dimensión interna del ODS 16 en relación con el fortalecimiento de las alianzas(ODS 17), en otras palabras, si a nivel local hay una participación cívica efectiva ello necesariamente se expresara en instituciones fuertes e imparciales que a su vez serán capaces de formar alianzas para incrementar la participación de las poblaciones “periféricas” alrededor del mundo.

A partir de este punto se destaca la visión integral de los objetivos, la interacción necesaria entre estos y la profunda interconexión que tienen todos los ámbitos de la sociedad y los impactos que generan hasta las más mínimas acciones .Los Objetivos de Desarrollo Sostenible solo se pueden lograr con el compromiso decidido a favor de alianzas mundiales y cooperación.

Todo esto sin olvidar que existe un grave problema de materialización de las prerrogativas básicas de los individuos en los diferentes sectores de la comunidad internacional y que esto constituye un hecho que no solo afecta a los dos objetivos tratados en este escrito sino a todos y cada uno de los Objetivos del Desarrollo Sostenible y que es un problema que se debe afrontar de manera inmediata y conjunta.


Referencias


Carrunthers, B. G., & Halliday .T. (2009). Bankrupt: Global Lawmaking and Systemic Financial Crisis. Stanford: Stanford UP

Halliday. T & Shaffer. G (2015). Transnational Legal Orders. Transnational Legal Orders: Cambridge University Press, UC Irvine School of Law Research Paper No. 2015-56. Tomado de: http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2605625#

Launay-Gama, Claire. (2008). Hacia un concepto de gobernanza diferenciada en Colombia. Ponencia presentada en el Primer Congreso de Ciencias Políticas en Bogotá, Colombia. Tomado de: http://www.institut-gouvernance.org/es/analyse/fiche-analyse-357.html

Lemaitre R. J. (2009). El derecho como conjuro. Uniandes y Siglo del Hombre Editores. Bogotá.

Prieto S, Luis. (2014). Apuntes de Teoría del Derecho. Editorial Trotta. Madrid

Robinson M. & Healey. J. (1994). Democracy, Governance and Economic Policy: Sub-Saharan Africa in Comparative Perspective (ODI Development Policy Studies). Published by: Overseas Development Institute.

United Nations. (2015). United Nations Sustainable Development Goals, tomado de: http://www.un.org/sustainabledevelopment/sustainable-development-goals/

United Nations Development Programme. (1997). Governance for sustainable human development, UNDP policy document, New York. UNDP. Tomado de: http://unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/un/unpan022332.pdf

Uprimmy. R, La Rota M. E, Lalinde S., Santa S. (2014). Ante la Justicia, Necesidades Jurídicas y Acceso a la Justicia en Colombia. Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad, Dejusticia. Bogotá. Tomado de: http://www.dejusticia.org/files/r2_actividades_recursos/fi_name_recurso.665.pdf

Wednesday, February 10, 2016

Consideraciones sobre la cívica en el desarrollo

Artículo de opinión por: David Ricardo Murcia Sanchez
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo


En estas líneas quiero hacer una reflexión sobre el papel que jugamos los individuos dentro de los procesos sociales, específicamente llamar la atención sobre la forma en la que desde la individualidad que nos compete, los individuos nos vinculamos y participamos de la agenda del desarrollo. En este sentido ofrezco una serie de consideraciones que, aunque tangenciales al establecimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o diferentes propuestas de desarrollo de las que esta publicación normalmente se ocupa, refiere a una pregunta crucial para el éxito de los mismos: cómo vincular a los individuos en el camino del desarrollo.

Partamos de la siguiente pregunta ¿cómo organizamos o diseñamos una senda de desarrollo sostenible? La respuesta ortodoxa sugiere construir una serie de estudios refinados en términos técnicos y científicos, los cuales se concatenan en manuales que establecen pasos a seguir hacia el desarrollo, según sea la perspectiva en la que se hizo el estudio.

Este procedimiento genera un proceso de crecimiento documental en el cual la sociedad encuentra una oferta de recetas que facilitan la detección y la consecuente solución de problemas sociales. Progresión que implica la solución en potencia de todos los problemas sociales que se pueda encontrar. No obstante, este recurso también posibilita la generación de un distanciamiento, en términos de percepción, entre los fenómenos sociales y las personas, dado que los individuos se desembarazan de lo colectivo en la técnica.

Este desembarazo de lo social es consecuente con lo que muchos teóricos sociales han identificado como el proceso de la racionalización de la sociedad para dirimir conflictos, con el fin de agilizar los procesos sociales. En este sentido, lo que se ha buscado es sacar de la vía pública lo que genere disenso: la teología, la moral, la política, llegando en la técnica al espacio de comunión por su neutralidad. Sin embargo, dada su vacuidad moral la técnica se hace insostenible como espacio de común acuerdo cuando por algún motivo los problemas sociales dejan de ser hipótesis latentes y se hacen evidentes. Allí, el velo se difumina y comienza la búsqueda por la imputación de culpabilidad.

La búsqueda discurrirá por quién no cumplió su función, qué no se predijo, qué escapó al alcance de la razón. Aunque estas preguntas son afortunadas, el campo de búsqueda se centra con facilidad de manera externa a los individuos, omitiendo la agencia moral en los fenómenos sociales. Esto quiere decir que con facilidad encontramos análisis donde se determinan las fallas sistémicas que permitieron la existencia del problema, evaluando la sociedad como un conjunto de factores determinados por patrones de datos empíricos o con arreglo a funciones teóricas preestablecidas: lo que falla son estructuras o actores despersonalizados. ¿Quién es culpable? Seguramente yo no, sino aquellos que no reciclan o el sistema financiero contemporáneo o las desigualdades socioeconómicas. Todos factores externos que determinan la acción del individuo ante los cuales éste es paciente.

Es como si el mundo de lo social fuese externo e inalcanzable para el individuo. Sin embargo, la estructura que los factores externos imponen sobre el individuo constituye la mitad de los estudios sobre la sociedad. La mitad faltante permite tomar a los individuos desde su papel dentro de los procesos sociales; ésta no se centra en cómo lo externo cohíbe al individuo, sino en cómo éste se integra a la generalidad, reviviendo la preocupación moral de la acción social.

Abro una discusión que excede de la determinación racional: causal, de factores sociales sobre el desarrollo y los problemas sociales. Discusión que ingresa al debate términos de los estudios sobre la ética y la filosofía. En este sentido, quiero plantear complementariedad entre el compromiso ético de los individuos con la sociedad y los desarrollos técnicos que nos permiten asegurar certidumbre en el camino que recorremos hacia el desarrollo. Una vía para subsanar la brecha entre los individuos y los fenómenos sociales.

Retomemos la pregunta inicial ¿cómo organizamos o diseñamos una senda de desarrollo sostenible? Ahora dos vías se complementan para darle solidez a la respuesta. Los estudios técnicos diagnostican y ofrecen vías de solución a problemas sociales y la ciudadanía, desde la individualidad de sus miembros, debería desarrollar una conciencia moral de la fenomenología social, hacer surgir un sentido de cívica ciudadana donde el sujeto comparta con las estructuras que lo cobijan la responsabilidad del devenir de la sociedad.

En forma de conclusión, el llamado que levanto es para que a la par que se desarrollan las discusiones técnicas y teóricas que tratan de comprender y arreglar los grandes problemas de nuestra sociedad, como lo son los ODS o las diferentes columnas de este espacio de discusión, podamos levantar una conciencia del papel que como individuos interpretamos en la sociedad, una suerte responsabilidad moral por involucrarnos en el desarrollo y la sostenibilidad.

Thursday, October 29, 2015

Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2015: Haciendo funcionar la arquitectura financiera internacional para el desarrollo



Por: Andres Ordoñez Buitrago y Esteban Jaramillo Osorio. (Analistas del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo, Universidad EAFIT).

El martes 20 de Octubre 2015, tuvo lugar en la Universidad EAFIT, Octubre 20 de 2015 el “Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2015: Haciendo funcionar la arquitectura financiera internacional para el desarrollo” de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), a cargo del Dr. Alfredo Calcagno, Jefe de la División de políticas macro-económicas y de desarrollo, de la UNCTAD.


Alfredo Calcagno analizó, como luego del colapso del sistema Bretton Woods, las finanzas en la economía mundial se han vuelto más prominentes, poderosas e interconectadas, gracias a un flujo sin precedentes de capitales entre los país. Mientras en 1980 tanto el comercio internacional como las finanzas internacionales representaban cerca de una cuarta parte del PIB global, en 2008 –antes de la crisis– las finanzas globales crecieron nueve veces más que el comercio internacional y el valor global de los activos financieros excedía los 200 trillones de dólares. Este distanciamiento entre el sistema financiera y el sector real de la economía, sumado a la poca regulación y vigilancia del sistema financiero desató la crisis de 2008, para cuya recuperación se han generado niveles de deuda superiores a 57 trillones de dólares.




Sin embargo, la economía global no ha respondido como se esperaba. El crecimiento promedio a nivel global es del 2.5%, en comparación con el 3% esperado y con el crecimiento del 4% previo a la crisis. Lo anterior ha llevado a que las políticas monetarias se mantengan en expansión, pero el miedo a otra crisis ha mantenido las tasas de interés, la expansión del crédito y los salarios en niveles bajos. Esta combinación de políticas monetarias “fáciles” y un crecimiento lento del sector real ha llevado a los países desarrollados a tener exceso de liquidez, lo cual ha aumentado considerablemente el flujo de capitales a las economías en desarrollo y en transición.

En relación al comercio internacional, en América Latina y el Caribe este ha disminuido tanto en volumen como en términos monetarios, parcialmente como consecuencia de la desaceleración de la economía de la región, lo cual ha afectado negativamente el comercio intrarregional. Así mismo, la caída en los precios de las materias primas o commodities –particularmente el petróleo– ha impactado negativamente los términos de comercio de la región. Es probable que la desaceleración de la economía latinoamericana que inició en 2011 continúe también durante el 2015.

En este contexto, la reforma al sistema financiero internacional es imperiosa. Entre las medidas necesarias se destacan algunas muy ambiciosas, como acuerdos multilaterales que establezcan nuevas reglas para el manejo de las tasas de cambio, la creación de un banco central global o incluso una moneda global; y otras más pragmáticas, como aumentar la coordinación de políticas macroeconómicas, reformar la gobernanza y aumentar los recursos del Fondo Monetario Internacional y fortalecer la vigilancia y regulación de las instituciones financieras. Asimismo, es importante evaluar el rol de las agencias de calificación crediticia, las cuales particularmente a partir de la crisis del 2008 se han mostrado como una amenaza a la estabilidad financiera global.

En cuanto a la deuda externa, se advierte que si bien no es un problema en sí misma (en tanto sirve como una estrategia de financiamiento que puede servir para expandir las capacidades productivas y aumentar el ingreso y las exportaciones), cuando proviene de flujos de capitales privados sin relación con el financiamiento del comercio y la inversión en el sector real de la economía, puede llevar a burbujas de activos, sobrevaluación de la moneda, las importaciones superfluas e inestabilidad macroeconómica.

Finalmente, se destaca la importancia de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) como un movilizador fundamental de recursos financieros, particularmente cuando el financiamiento doméstico es limitado o inexistente. En este sentido, preocupa que los niveles de AOD sigan siendo bajos: 0.29% del PIB en 2014, en comparación con el 0.7% fijado como meta. Igualmente se llama la atención que como consecuencia de la movilización de recursos para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la AOD se ha enfocado predominantemente en sectores sociales y sólo el 40% se ha destinado al desarrollo de infraestructura económica y sectores productivos.

Friday, October 16, 2015

Informe sobre las inversiones en el mundo 2015

Informe de la UNCTAD sobre las inversiones en el mundo 2015: “Reformando la gobernanza de la inversión internacional”

Por: Nathalia Rios Ballesteros*

El pasado 29 de Septiembre 2015, se llevo a cabo el lanzamiento oficial para Colombia del Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2015, vía videoconferencia desde el Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra (Suiza) por parte de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

Esta transmisión oficial, fue organizada por el Instituto Virtual de la UNCTAD en conjunto con el Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo de la Universidad EAFIT, y fue dirigida por Noelia García Nebra, oficial de Asuntos Económicos de la UNCTAD.
Reformando la Gobernanza de la Inversión Internacional”, es el reporte número 25 de la serie y tiene como objetivo informar sobre los debates globales en el marco normativo de la política de inversión internacional transfronteriza. 
Tal como lo estableció Noelia García, las tendencias mundiales de Inversión, en términos generales, siguieron una tendencia a la baja evidenciando una reducción del 16 por ciento en 2014. Esta caída, se debe principalmente a la fragilidad de la economía mundial, la incertidumbre política de los inversores y los elevados riesgos geopolíticos que estos enfrentan. No obstante, a pesar de la notoria decadencia que han experimentado estos flujos ¾los cuales cayeron a US 1.2 billones de dólares en 2014¾, el 2015 ha mostrado indicios de su recuperación y se espera que se sigan expandiendo de manera sostenida hasta el 2017. Sin embargo, una serie de riesgos económicos y políticos, incluyendo las incertidumbres que rodean a la zona euro, los posibles efectos multiplicadores de algunos conflictos internos, y las vulnerabilidades persistentes en las economías emergentes, pueden afectar considerablemente las proyecciones de la IED.
Para el caso de los países desarrollados, se evidenció una reducción del 28 por ciento en la recepción de este tipo de inversión, causada principalmente por la desinversión y las grandes oscilaciones en los préstamos entre compañías. Los flujos de salida de este tipo de inversión, por su parte, se mantuvieron estables en $823 mil millones de dólares en 2014.
Ahora bien, América Latina y el Caribe, tras cuatro años de aumentos consecutivos en los flujos de IED, evidenció en 2014 una tendencia decreciente, con una reducción del 14 por ciento. Esto se debe, a una disminución en las fusiones y adquisiciones transfronterizas, al igual que a la disminución en los precios de los commodities, lo cual redujo la inversión en las industrias extractivas en América del Sur. No obstante, esta desaceleración se presenta como una oportunidad para que los países de la región reevalúen sus estrategias internas de inversión teniendo en cuenta los lineamientos contenidos en la agenda de desarrollo post-2015.
En este caso, mientras países como México, Venezuela, Argentina y Perú siguieron esta misma tendencia decreciente, Chile sufrió una expansión en este rubro y Brasil mantuvo los flujos totales similares a los niveles de 2013, ya que a pesar de haber registrado una fuerte caída de la IED en el sector primario, esta se vio compensada por un aumento de la misma en la industria manufacturera y el sector servicios. 
Colombia, por su parte, siguió la misma tendencia de países como México y Argentina. Sin embargo, la fuerte caída de la inversión en las industrias extractivas, fue compensada principalmente por las alzas en las inversiones realizadas en el sector financiero, de transporte y comunicaciones, y en la manufactura, con aumentos del 54 por ciento, 39 por ciento y 13 por ciento, respectivamente. 
En este contexto, la IED se postula como herramienta clave para la financiación del progreso y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, según lo estipuló Noelia Garcia, con el fin de promover y facilitar la inversión productiva transfronteriza, además de garantizar sus impactos positivos en los diferentes países, se debe fortalecer el entorno político y regulatorio que permea esta temática, mediante la reforma a la gobernanza internacional de inversiones que permita minimizar la evasión fiscal y crear un entorno propicio para la inversión en pro del desarrollo y la integración económica mundial de los países en desarrollo.
Así pues, dicha reforma debe garantizar la eficacia continua de los regímenes de política para mantener la confianza y el apoyo a la inversión sin perjudicar el recaudo fiscal de los países receptores de la misma. 
Finalmente, este reporte establece que los esfuerzos de la comunidad internacional deben procurar por construir un marco común para la cooperación de la inversión global incluyendo prácticas como las alianzas de cooperación, acuerdos internacionales de inversión sur-sur, inversiones en energías renovables y alianzas público-privadas como herramientas vinculantes y eficientes para alcanzar los ODS.


Wednesday, September 23, 2015

Llegó la Hora de Adoptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Columna de Opinión por Juan Gonzalo Perez* (jperezg@eafit.edu.co)* 
Analista del Observatorio en Inversión, Comercio y Desarrollo.

Este viernes 25 de septiembre inicia la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, donde los 193 estados miembros se reunirán para adoptaran la nueva Agenda de Desarrollo Post 2015. La nueva agenda se compone 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que serán medidos por 169 indicadores que permitirán evaluar el progreso de la humanidad durante los próximos 15 años.

El título del plan, “Transformando nuestro mundo: agenda para el desarrollo sostenible 2030”, será endorsado por líderes mundiales y comenzara a implementarse a partir del primero de enero del 2016. De acuerdo con las Naciones Unidas, el objetivo principal es “la erradicación de la pobreza, promover la prosperidad y bienestar para todos, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático a nivel mundial”.

Convertir la visión que plantea la agenda en acciones es un gran reto para todos, puesto que se requiere una intensificación en la cooperación internacional en muchos frentes y que los estados miembros, tanto pobres, ricos como de ingreso medio, tomen acciones para lograr que el desarrollo sostenible sea una realidad.

Con base en los avances y aprendizajes que dejan los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), la Agenda Post 2015 es la oportunidad de adoptar una nueva visión holística que incorpora las dimensiones sociales y económicas, así como los problemas del medio ambiente con un enfoque de desarrollo sostenible. Según el Secretario de la ONU, Ban Ki-moon, “La transición presenta una oportunidad para facilitar recursos para la inversión en educación, salud, crecimiento equitativo y producción y consumo sostenible”. No obstante, facilitar recursos no es tarea fácil, el financiamiento de los ODS necesita de un trabajo conjunto donde el sector privado tenga una participación más activa por que los gobiernos y las organizaciones multilaterales no pueden resolver los problemas mundiales solos.

En efecto, la asistencia oficial para desarrollo no tuvo mayores logros. Según un informe presentado por del Grupo de Tareas sobre el Desfase en el Logro de ODM, en promedio, los donantes solo alcanzaron 0,29% de la meta de 0,7% de aportes del PIB, lo que representó un déficit de recursos para financiar el desarrollo de $191,000 millones de dólares en 2014. Adicionalmente, implementar la agenda representa un gran costo para las Naciones Unidas, organismo que funciona con un presupuesto bianual de $5,5 billones de dólares y que enfrenta el riesgo de recortes presupuestales debido a las políticas de austeridad de los Estados contribuyentes.

Un gran avance ha sido la creación, en el 2000, del Pacto Global de las Naciones Unidas. Esta iniciativa ha logrado alinear las estrategias de las empresas con la agenda de sostenibilidad global. Actualmente cuenta con más 8,000 empresas y 4,000 organizaciones no empresariales, el Pacto Global es una gran comienzo para seguir involucrando al sector privado en acciones que fortalezcan la nueva visión global.

Asimismo, la introducción de medidas de restricción al comercio durante la crisis financiera y económica mundial representa un retroceso en cuanto al libre acceso a mercados. En mi opinión, es en este punto donde el rol del sector privado juega un rol transcendental, pues las dinámicas del mercado y la economía mundial son generadas por el sector privado. Si las empresas operan como actores de un ecosistema responsable y comprometido con el futuro de la humanidad, los beneficios no solo serían sostenibles sino que se transformarían en oportunidades de crecimiento económico y de acceso a nuevos mercados.

En conclusión, la adopción de la nueva Agenda Post 2015 para los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 traerá enormes retos en cuanto a su financiación. Para lograr trasmitir esta nueva visión, es fundamental que todos los actores del desarrollo, incluyendo, Estados, organismos multilaterales, sociedad civil, sector privado e individuos del común emprendamos acciones que vayan alineadas con el cumplimiento de las nuevas metas.

Como analista del observatorio de comercio, inversión y desarrollo me comprometo a adoptar los objetivos: 4. garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos, y 17. Fortalecer los medios de ejecución y reavivar la alianza mundial para el desarrollo sostenible.

Para más información sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, visita http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/mdgs/ ; o www.globalgoalsorg 

Monday, September 7, 2015

Reflexiones sobre el diálogo regional en Antioquia para el desarrollo sostenible: De los ODM a los ODS

Columna de opinión por: Catalina Tamayo Posada* (catalinatamayop1@gmail.com) Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo
Universidad EAFIT


Cuando se acerca la fecha en la que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobará los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que guiaran a las naciones en los próximos 15 años, surgen varias iniciativas con el fin de vincular a varios sectores, tanto públicos como privados, para escuchar ideas y propuestas sobre cómo debe ser el cambio de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) hacia los ODS. Así, surgen los Diálogos Regionales para el Desarrollo Sostenible: De los ODM a los ODS, los cuales se han realizado en diferentes ciudades del país y han contado con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el DANE, el DNP, Ministerio de Medio Ambiente, entre otros. Este tipo de acciones se están realizando con el fin de generar confianza y así incrementar la participación en este tipo de escenarios que más que expositivos son propositivos.

En el taller en Antioquia que se realizó el 2 de Septiembre 2015 en la Universidad EAFIT en el marco de los Diálogos Regionales, se realizaron tres preguntas que guiaron el desarrollo de la actividad: 

1. Cuáles fueron las lecciones aprendidas que nos dejaron los ODM; 
2. Cuáles son los determinantes de desarrollo a nivel territorial y; 
3. Cómo estos pueden potenciarse.

El tema de la articulación interinstitucional fue un tema que estuvo presente durante toda la discusión, como lección aprendida y como una forma de potenciar la realización de los ODS. Si bien la articulación entre entes institucionales es trascendental, la articulación con el sector privado cobra importancia en un momento en el que las alianzas público-privadas están tomando fuerza y se ven como soluciones viables a problemas sociales. De igual forma, las aproximaciones entre lo rural y lo urbano deben hacerse con carácter de urgencia puesto que la brecha que las separa es cada vez mayor, y aunque en general, para algunos objetivos, haya habido un avance significativo, no necesariamente este avance se ve reflejado cuando se separa lo rural de lo urbano, donde lo rural no registra mejorías significativas.

Dentro de las lecciones aprendidas de los ODM, se evidenció una percepción muy general en cuanto la forma en la que estos fueron tratados. Se dice que fueron de muy alto nivel, muy de nivel gobierno. La tarea entonces para este nuevo ciclo, es bajar no solo la información sino también las tareas, comprometer a todos los sectores. De igual forma, los ODM son vistos, para algunos, como referentes no movilizadores, esto es, objetivos que en sí mismos no constituyen una meta dentro de los planes, sino que las acciones que se ejecutan son acomodadas a estos. Se espera entonces, que los ODS sean incluidos dentro de las estrategias públicas y privadas.

En cuanto a la construcción, se ha resaltado de manera positiva la participación que en esta oportunidad ha tenido la sociedad civil en los ODS, y por consiguiente la responsabilidad de esta en la consecución de las metas, mediante la proactividad y no la exigibilidad. Además, se resalta la importancia de educar en el tema de los ODS y hacerlos menos técnicos, para que de esta manera todas las personas los comprendan completamente y así puedan tanto proponer como actuar en pro de los mismos.

De la misma manera, y en aras a involucrar al sector privado, es necesario generar espacios para contarle a las empresas qué son y cuáles son los ODS, y de esta forma, alinear las estrategias al cumplimiento de los objetivos. Siguiendo con esta línea, la identificación de mejores prácticas y la implementación de estas en las compañías es un paso fundamental.

Finalmente, y en una reflexión un poco más humana, se habló acerca del rol de nosotros como personas: “la sostenibilidad no es del hacer, es del ser”, dijo una de las asistentes. Queda el interrogante… ¿qué va a SER cada uno de nosotros? 

Así pues finalizó el taller de los Diálogos Regionales, muchas observaciones y propuestas esperan ser tenidas en cuenta a la hora establecer el marco en el que el país se moverá hacia la sostenibilidad.

Wednesday, September 2, 2015

Fotos de los Diálogos Regionales para el Desarrollo Sostenible en Antioquia: De los ODM a los ODS


Fotos del

Organizan Ministerio del Medio Ambiente, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Departamento de...

Posted by Trade, Investment and Development Observatory on Wednesday, 2 September 2015

Monday, August 24, 2015

Diálogos Regionales sobre Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda Post 2015

Diálogos regionales para el desarrollo sostenible: De los ODM a los ODS



En septiembre 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptará formalmente un conjunto de 17 metas, denominadas Objetivos de Desarrollo Sostenible, las cuales reemplazarán los Objetivos de Desarrollo del Milenio como principios rectores del desarrollo a nivel global entre 2015 y 2030. Estos objetivos, con sus 169 metas, fueron propuestos por un grupo de expertos de diferentes lugares del mundo, entre ellos la Canciller María Ángela Holguín, tras numerosas reuniones en las que participaron instituciones gubernamentales, agencias de la ONU, representantes de entidades privadas y organizaciones de la sociedad civil.

El logro de estos Objetivos, y en general de cualquier política de desarrollo, no depende exclusivamente de las decisiones adoptadas por funcionarios públicos. En esta agenda los representantes del sector privado y la sociedad civil desempeñan un papel fundamental, en tanto el trabajo mancomunado de diferentes actores en pro del desarrollo de nuestras sociedades es la única manera de garantizar el éxito.

En aras de contextualizar a diferentes actores representantes del sector público, sector privado y la sociedad civil de nuestra ciudad respecto a la transición de los Objetivos de Desarrollo del Milenio a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en particular el rol que ocupan en su cumplimiento las Alianzas Público Privadas, la Universidad EAFIT, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Interamericano de Desarrollo y el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, les extienden una invitación a participar en taller regional sobre esta temática que se llevará a cabo el próximo miércoles 2 de septiembre de 8 am a 1 pm en el Auditorio 38-125 de la Universidad EAFIT.

  • Fecha: 2 de Septiembre 2015
  • Hora: 8am - 5pm
  • Lugar: Auditorio 38-125, Universidad EAFIT, Medellin
  • Mayores informes: Andrés Ordoñez Buitrago (aordone2@eafit.edu.co)
  • Entrada libre

Thursday, August 13, 2015

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM): ¿utopía o realidad?

Andrés Ordoñez Buitrago
Por: Andrés Ordoñez Buitrago*[1]
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo, Universidad EAFIT, Colombia

El pasado domingo 2 de agosto 2015, cerca de la media noche, fue un momento histórico para la comunidad internacional. En la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, los 193 Estados Miembros de la Organización, reunidos en el Grupo Abierto de Trabajo sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptaron por consenso una ambiciosa agenda global para el desarrollo, la cual guiará el actuar de gobiernos, organismos internacionales, empresas y sociedad civil para lograr, entre el 2015 y el 2030, el futuro que queremos. 

Este documento final que negociaron los diplomáticos de nuestros países, deberá ser adoptado formalmente en septiembre por los Jefes de Estado y altos dignatarios del mundo entero, quienes se reunirán en una Cumbre Especial para tal efecto. Sin embargo, antes de analizar los 17 nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, es de gran importancia hacer una evaluación de los avances logrados bajo el esquema anterior de desarrollo global: los Objetivos de Desarrollo del Milenio, adoptados en el año 2000. Para hacerlo, nos basamos únicamente en las estadísticas oficiales del Grupo Interinstitucional y de Expertos sobre los indicadores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, quienes bajo la coordinación del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Secretaría de las Naciones Unidas fueron encargados por la Asamblea General de realizar evaluaciones periódicas de los progresos logrados en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.





  • Objetivo 1: erradicar la pobreza extrema y el hambre



En términos globales, se lograron avances impresionantes en cuanto a reducción de la pobreza extrema, entendida como la población que vive con menos de 1,25 dólares diarios, cuyo porcentaje –en el mundo en desarrollo– pasó del 47% en 1990 (el año base para la medición de avances de los ODM) al 14% en 2015. En valores absolutos, se evidencia que gran parte de este progreso se logró a partir de la adopción de los ODM en el año 2000, pues en 1990 había en el mundo 1.926 millones de personas en pobreza extrema, en 1990 eran 1.751 millones y para el 2015, 836 millones. Por su parte, el porcentaje de personas con nutrición insuficiente en el mundo en desarrollo pasó del 23% en 1990 al 13% en 2015, y la clase media trabajadora (quienes viven con más de 4 dólares diarios) pasó de representar el 18% de la fuerza laboral de las regiones en desarrollo en 1991 al 50% en 2015.

La región del mundo donde menos avances se lograron respecto a este Objetivo es el África subsahariana, donde los niveles de pobreza y hambre extrema continúan siendo muy altos y el progreso no ha sido el esperado. Esta situación contrasta notablemente el África septentrional (norte de África), donde los niveles de pobreza y hambre extrema son bajos y se logró el cumplimiento del Objetivo 1 o ha habido al menos un excelente progreso en su cumplimiento. Igualmente llama la atención el caso de Asia Occidental (Golfo Pérsico, Turquía), donde aunque hay niveles bajos de pobreza, la situación de hambre extrema ha presentado un progreso pobre o incluso deterioro, aunado a un déficit alto de empleos productivos y trabajo decente, con tendencia al deterioro.

  • Objetivo 2: lograr la enseñanza primaria universal


A nivel global, la tasa de matriculación en enseñanza primaria en las regiones en desarrollo creció del 83% en el año 2000 al 91% en 2015. Por su parte, la cantidad de niños en edad de recibir enseñanza primaria que no asistió a la escuela cayó a casi la mitad, pasando de 100 millones en el año 2000 a 57 millones en 2015. Así mismo, la tasa de alfabetización de los jóvenes entre 15 y 24 años ha aumentado globalmente de 83% a 91% entre 1990 y 2015, y la brecha en términos educativos entre hombres y mujeres ha disminuido.

A nivel regional, el África subsahariana ha registrado la más alta mejoría en enseñanza primaria entre todas las regiones desde que se establecieron los ODM. Esta región alcanzó un aumento del 20% en la tasa de matriculación entre 2000 y 2015, en comparación con un incremento de 8% entre 1990 y 2000. Sin embargo, es la única región del mundo donde los niveles de matriculación no han alcanzado a ser altos, sino moderados.


  • Objetivo 3: Promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer



Las regiones en desarrollo en su conjunto alcanzaron la meta de eliminar la disparidad de géneros en la enseñanza primaria, secundaria y terciaria, es decir, la relación numérica que existe entre el número de hombres y mujeres matriculados, de tal manera que todas las regiones del mundo se encuentran en paridad o cercanas a la paridad. El caso más notable es el de Asia meridional (India, Bangladesh, Afganistán, Pakistán), donde solo 74 niñas se matriculaban en la escuela primaria por cada 100 niños en 1990, mientras que en la actualidad la relación es de 103 niñas por cada 100 niños.

En cuanto a la proporción de mujeres con empleos remunerados en sectores no agrícolas, hubo un leve aumento del 35% en 1990 al 41% en 2015. Los principales avances se alcanzaron en América Latina y el Caribe, Asia Central (Kazajstán, Uzbekistán, Turkmenistán, Kirguistán y Tayikistán) y Asia Oriental (China, Corea, Japón), donde la proporción es alta. En África septentrional continúa siendo baja y el progreso ha sido pobre.

El último indicador de este objetivo es la proporción promedio de mujeres en el parlamento, la cual casi se ha duplicado en los últimos 20 años. Sin embargo, todavía solo uno de cada cinco parlamentarios del mundo es mujer. En regiones, la representación femenina continúa siendo baja o muy baja en Oceanía y todas las subregiones de Asia, excepto Asia Oriental, donde es moderada, aunque el progreso ha sido prácticamente nulo.


  • Objetivo 4: Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años



A nivel mundial, la tasa de mortalidad infantil (niños menores de 5 años muertos por cada 1.000 niños nacidos vivos) ha disminuido en más de la mitad, reduciéndose de 90 a 43 entre 1990 y 2015. En valores absolutos la reducción también ha sido notable, a pesar del crecimiento de la población en las regiones en desarrollo, pues la cantidad de muertes infantiles en el mundo se ha reducido de 12,7 millones en 1990 a 6 millones en 2015. La mortalidad infantil continúa en niveles altos únicamente en el África subsahariana. Sin embargo, en esta región la tasa de reducción de la mortalidad infantil ha sido 5 veces mayor entre 2005 y 2013 que entre 1990 y 1995, lo cual muestra grandes progresos recientes.


  • Objetivo 5: Mejorar la salud materna



La tasa de mortalidad materna (muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos) a nivel mundial pasó de 380 en 1990, a 330 en 2000 y 210 en 2013. La única región del mundo donde los índices de mortalidad materna continúan siendo altos es en el África subsahariana. Sin embargo, los índices en esta región han presentado una reducción del 50%. Por su parte, más del 71% de los nacimientos en todo el mundo fueron atendidos en 2014 por personal de salud capacitado, mientras que en 1990 el porcentaje era apenas del 59%.


  • Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades



A nivel mundial las nuevas infecciones con VIH disminuyeron en aproximadamente 40% entre 2000 y 2013, de un estimado de 3,5 millones de casos a 2,1 millones. Así mismo, hubo grandes avances en la cobertura de la terapia antirretroviral (TAR) para el VIH, alcanzando 13,6 millones de personas en 2014, frente a 800.000 personas en 2003, lo cual evitó 7,6 millones de muertes por SIDA entre 1995 y 2013. Así mismo, entre los años 2000 y 2015 se han evitado 6,2 millones de muertes causadas por paludismo y 37 millones de muertes causadas por tuberculosis.

  • Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente


En términos medioambientales, prácticamente se han eliminado las sustancias que agotan la capa de ozono, y se espera que esta se recupere a mediados del siglo. Por su parte, las áreas terrestres y marinas protegidas han aumentado sustancialmente desde 1990en muchas regiones. Por ejemplo, en América Latina y el Caribe la cobertura de áreas terrestres protegidas aumentó de 8,8% a 23,4% entre 1990 y 2014.

En cuanto a la cobertura de agua potable, en 2015 el 91% de la población mundial utiliza una fuente de agua mejorada, en comparación al 76% en 1990. Sin embargo, la cobertura continúa siendo baja en el África subsahariana y Oceanía (Islas del Pacífico Sur). Por su parte, el porcentaje de personas que defecan al aire libre se ha reducido casi a la mitad desde 1990. Sin embargo, la cobertura de los servicios de saneamiento continúan siendo muy bajos en África subsahariana, Asia meridional y Oceanía.

Finalmente, la proporción de población urbana que vive en barrios marginales en las regiones en desarrollo bajó de aproximadamente 39,4% en el 2000 a 29,7% en 2014. No obstante, sus niveles continúan siendo moderados en todas las regiones del mundo en desarrollo, a excepción de África. Allí, se presenta una notable paradoja: mientras en el África subsahariana los niveles de tugurios son muy altos, en el África septentrional bajos.


  • Objetivo 8: Fomentar una alianza mundial para el desarrollo


El comercio internacional se ha liberalizado de tal manera que en 2014, el 79% de las importaciones provenientes de los países en desarrollo hacia países desarrollados fueron admitidas libres de aranceles, en comparación al 65% del año 2000, lo cual favorece la competitividad de sus productos.

En cuanto a la asistencia oficial para el desarrollo por parte de países desarrollados a países en desarrollo, esta aumentó en un 66% en términos reales entre los años 2000 y 2014, alcanzando 135.200 millones de dólares. Por su parte, el servicio de la deuda externa como porcentaje del ingreso por exportaciones en los países en desarrollo cayó del 12% en el año 2000 al 3% en 2013.

Las telecomunicaciones han presentado un avance vertiginoso a nivel global: el 95% de la población mundial tiene cobertura de señal de telefonía móvil, pasando de 738 millones de personas en el año 2000 a más de 7 mil millones en 2015. Así mismo, la penetración de internet ha crecido de sólo un poco más de 6% de la población mundial en el año 2000, a 43% en 2015.

Los retos para el mundo post-2015 siguen siendo, sin duda, alarmantes. La desigualdad entre regiones, así como al interior de los países, es abismal. El cambio climático y la degradación ambiental ponen en peligro nuestra propia supervivencia como especie. Los conflictos armados generan catástrofes humanitarias de dimensiones globales y ponen en peligro los progresos alcanzados en términos de desarrollo. La desigualdad de género sigue presente, en mayor o menor medida, en todos los países y en todos los ámbitos de la sociedad. En fin, el mundo no es, hoy por hoy, el lugar en que queremos vivir. Sin embargo, queda claro que para millones de personas, en todos los países, es un mundo mejor que el que teníamos en el año 2000.

Referencias






[1] Abogado, Universidad EAFIT. Email: andresob5@gmail.com

Thursday, June 18, 2015

Alcances de la moral: breve reflexión sobre la encíclica verde y el desarrollo sostenible


Por: David Ricardo Murcia Sánchez* (dmurcias@gmail.com)
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo


El día de hoy, 18 de junio de 2015, se ha despertado en varios medios de comunicación y redes sociales, una calurosa discusión sobre la idoneidad de su Santidad el Papa Francisco para conminar sobre el direccionamiento del desarrollo y el ordenamiento económico en la segunda Carta Enciclica que máximo jerarca de la iglesia católica promulga desde su incardinación. En Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común (Francisco, 2015) se expone un rescate del pensamiento ecologista de San Francisco de Asís.

En este documento, el Papa, desde su posición de guía moral y doctrinario de los católicos en el mundo, da una serie de parámetros comportamentales que buscan guiar la relación de los hombres con el medioambiente, con fin de regular el sistema de consumo desenfrenado que ha llevado al planeta fuera del punto de sostenibilidad.

Una de las discusiones se teje alrededor que cuál era la capacidad una figura religiosa y moral, en contraste otra técnica y científica, para dar guías de política y comportamiento sobre un tema que en tiempos contempéranos ha sido ampliamente discutido en la plaza política internacional. Como es el caso calentamiento global y la sostenibilidad.

Ejemplo de la importancia de esta temática puede cerciorarse con el simple hecho que los nuevos lineamientos internacionales de desarrollo promulgados por ONU se titulan Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) (vid. UN.bo, 2008-2015). Este adjetivo: sostenible, refleja como la agenda internacional se centra en el acuerdo común sobre la vertebralita de esta temática para el desarrollo de las políticas, la sociedad y la vida misma.

A este punto, la contraposición entre las conminaciones, prima facie morales, de Su Santidad y los criterios científicos y técnicos de los expertos y hacedores de política, tal vez deje escapar el área de acción en la que se desarrolla este debate: la sociedad. En esto quiero dar claridad: una postura moral intuye afecciones subjetivas en el juicio y, por lo tanto, una incapacidad de dar criterios de validez (con la grandilocuencia metódica del término). Por otro lado los criterios científicos, suponen un acercamiento objetivo en el cual el observador se libra de su postura personal para entender y exponer una realidad. No obstante, al caso de la discusión esta contraposición no se da.

Para poder comprender mejor, el aporte del Papa no contiene pretensiones de verdad sobre si hay o no contaminación, sobre si estamos o no en un punto de desequilibro ambiental que hará a futuro el desarrollo de toda actividad humana inviable. Estas preguntas competen a estudiosos de la ecología y el desarrollo. Los argumentos de S.S. Francisco son de carácter moral y político; esto es, argumentos del tipo: si somos de una comunidad X deberíamos (lo correcto es) comportarnos de un modo Y. En este caso, por estar en el ámbito de la política, es conveniente recordar a Merino (2010), quien aclara que es imposible dar criterios amorales: objetivos, en este ámbito de la existencia humana, que en su tiempo Arendt llamó acción (Arendt, 1993).

Al ubicar la discusión en la sociedad y entender su naturaleza inevitablemente moral y política, la discusión en la que el papa se inserta es por completo de su injerencia. Más aun cuando se constata en el ámbito político internacional se están haciendo grandes esfuerzos por poder cambiar el carácter depredatorio de la economía actual. Recordemos los ODS. Así, el apoyo de los criterios morales de un líder espiritual pueden aunar fuerzas en un propósito, que por lo pronto, parce común en la sociedad. Un apoyo que puede guiar el comportamiento de los humanos desde el fuero interno, cosa que para la política es inalcanzable (sobre esto las ideas de Masilio de Padua pueden dar luz).

En suma, contrario a preocupante, es de mi parecer alentador el trabajo que en Laudate Si’ Su Santidad desarrollo. Más aun, cuando sus predicas no pretenden sobrepasar el límite que la modernidad le ha impuesto a su poder: la moral, sino que desde ésta se aúna a la agenda internacional que se preocupa por la vía de desarrollo en la que el mundo se dinamiza contemporáneamente.

Referencias


  • Arendt, H. (1993). La condición humana (R. Gil, Trad.). Barcelona: Paidós. (Texto original en inglés de 1958)
  • Francisco. (2015). Laudate Si’: sobre el cuidado de la casa común. Disponible en: http://bit.ly/1GSmd9v.
  • Merino, M. (2010). La importancia de la ética en el análisis de las políticas públicas. En: Merino, M. y Cejudo, G. (Comps.) “Problemas, decisiones y soluciones. Enfoques de política pública”. México: FCE, CIDE.
  • Padua, M. (1989). El defensor de la paz (L. Martínez Gómez, Trad.). Madrid: Tecnos. (Texto original en latín de 1324)
  • UN.bo. (2008-2015). Objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Disponible en: http://bit.ly/1HsdCeL.

Friday, May 29, 2015

Políticas de Desarrollo Productivo

Columna de opinión por: Catalina Tamayo Posada* (catalinatamayop1@gmail.com)
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo
Universidad EAFIT

El 2015 es un año de gran importancia tanto para la Organización de Naciones Unidas (ONU) como para cada uno de los países que la integra, pues supone el fin de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y el nacimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los retos cada vez son mayores debido a las dinámicas actuales: la gran interdependencia de los países, la volatilidad de los mercados financieros, la creciente brecha entre los más ricos y los más pobres, la aparición de nuevas enfermedades, entre otros. Los retos son más ambiciosos y los Estados están cada vez más comprometidos. Sin embargo, para poder alcanzar las metas propuestas se necesitan recursos y éstos dependen directamente de la situación económica del país. De esta forma, a mayor crecimiento económico mayores posibilidades tienen los países de hacer inversiones y programas que satisfagan las metas propuestas por la ONU.

Según Ricardo Hausmann (2015), la verdad acerca del crecimiento de los países se encuentra en la productividad. Los países son más ricos porque producen bienes diferentes con técnicas que no existían, por ende el secreto se encuentra en cambiar lo que se está haciendo y cómo se está haciendo. La tecnología, dice Hausmann, es generalmente entendida como nuevas herramientas. Sin embargo, en cierto punto, la tecnología necesita del know-how y del trabajo conjunto de personas que sepan hacer diferentes cosas que sean complementarias. Así, lo que importa no es tener una gran compañía sino una en la que cada trabajador tenga un know-how diferente. Se introduce entonces el término “complejidad económica”, que no es más que el conocimiento que se incorpora en los productos y como se puede ir pasando de un producto a otro por medio del valor agregado. Corea del Sur en 1962 empezó a desarrollar baterías, de ahí en adelante se fueron expandiendo a productos que utilizan baterías, y así sucesivamente (Hausmann, 2015). Corea es hoy uno de los países más importantes en el comercio y la economía mundial y su gran éxito se debe a las políticas del gobierno orientadas a apoyar un sector de la economía.

Los países de América Latina, en general, están experimentando desaceleración en sus tasas de crecimiento, lo que se ve reflejado en su producto interno bruto (PIB). A pesar de las muchas políticas que se implementan con el fin de reactivar las economías, son pocas las que de verdad logran impactar en el mediano y largo plazo. Es posible que las políticas que se han implementado no hayan estado orientadas a erradicar los problemas desde la raíz y únicamente estén aliviando situaciones muy superficiales. Además, los hacedores de política con frecuencia se ven tentados a utilizar modelos exitosos de otros países e implementarlos en su propio país. Esto no funciona toda vez que el ambiente socio-económico es muy diferente y varía entre países. Así pues, todas las políticas están gobernadas por las demandas de un tiempo específico, lugar y personas (Ostrom, 1999:5).

Las políticas de desarrollo productivo (PDP) tienen un rol muy importante en lo referente a la transformación económica y en el crecimiento sostenido. En América Latina, estas políticas activas están recobrando fuerzas luego de haber sido olvidadas por mucho tiempo debido a que muchas de ellas no funcionaron como se preveía. Sin embargo, mucho países hoy industrializados las han utilizado y éstas han dado excelentes resultados, como en el caso de Corea. Las PDP se basan en la fortaleza institucional, la cual debe ser capaz de implementar a cabalidad la política así como de resistirse a los intereses del sector privado (Stein et al, 2014).

Según el informe “¿Cómo repensar el desarrollo productivo?”, las políticas públicas deben estar orientadas a la existencia de fallas de mercado, de forma que la intervención genere un bienestar superior. La implementación no debe desviarse del diseño para garantizar la solución efectiva al problema identificado y además, el gobierno debe adoptar políticas que no excedan sus capacidades para que de esta forma se reduzca la probabilidad de fracaso. Tal como se afirmó anteriormente, la institucionalidad es un factor fundamental hasta el punto que “las políticas que funcionan en países con fuertes capacidad institucionales pueden resultar inefectivas o incluso perjudiciales en países que carezcan de ellas” (Stein et al, 2014).

Otro aspecto de vital importancia para la transformación productiva es la innovación, entendida como la “adaptación exitosa de tecnologías a las condiciones nacionales y su amplia difusión en empresas y sectores” (Stein et al, 2014). Mientras que países como Israel, Finlandia y Corea del Sur invierten más del 3,5% de su PIB en investigación y desarrollo (I+D), los países de América Latina, en promedio, invierten menos del 1% (Stein et al, 2014). Por tanto, es necesario un aumento de la inversión en I+D con el fin de converger con los más desarrollados por medio del aumento en la sofisticación de las exportaciones, el cual es medido por el índice de complejidad de Hausmann.

El objetivo número 9 de los ODS tiene como fin “Desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación” (ONU, 2015). De esta manera, las políticas podrían estar orientadas a promover la innovación, la cual es útil en cualquier ámbito, y no solo en el desarrollo industrial.

Referencias

Wednesday, May 27, 2015

La IED en América Latina y el Caribe: un reto más en la Agenda de Desarrollo Post-2015

Por: Carolina Herrera Cano
*Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo

El día de hoy (27/05/2015)  fue presentado el informe “La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe” por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en Chile. Este documento recopila las cifras de inversión extranjera directa (IED) de la región y evalúa la manera en la que estos han evolucionado durante los últimos años.

La CEPAL señala que hubo una disminución de los flujos de capital extranjero recibidos en América Latina y el Caribe equivalente a un 16%. Las causas que se le atribuyen a este fenómeno incluyen la disminución de los precios de las materias primas, recursos de los cuales dependen muchas de las economías de la región, y la desaceleración económica de la región. El panorama en este sentido sigue siendo desalentador puesto que las predicciones para 2015 afirman que habrá una disminución de en la IED de 10% y el crecimiento económico regional será cercano al 1%.

A pesar de las dificultades que supone realizar IED en contextos económicos como el actual, estos flujos se mantienen, en cierta medida, gracias a las políticas y regulaciones de los países receptores que ven en la entrada de capital extranjero una oportunidad para generar desarrollo gracias a la generación de empleo y a la transferencia tecnológica, mayoritariamente. Actualmente, los países que más contribuyen con IED en la región son: Países Bajos (20%), Estados Unidos (17%) y España, que casi ha cuadriplicado su participación (10%).

Sin embargo, y como la misma CEPAL lo ha reconocido, resulta complicado no sólo medir los verdaderos beneficios de la IED, sino también generar estos beneficios en ciertos sectores. En este aspecto, la CEPAL acepta que aquellos países en los que la naturaleza de la IED está más estrechamente relacionada con la explotación de recursos naturales (como Ecuador, Bolivia y Colombia), es necesario generar políticas de regulación que disminuyan los efectos ambientales (y sociales) de estas actividades económicas. Esto, debido a la importancia de estos flujos para las economías, y a que pretender la completa restricción de IED en los sectores primarios resultaría incluso más perjudicial.

Por esta razón y por los retos que trae consigo el Post-2015 en términos de desarrollo, la invitación que realiza la CEPAL es a atraer inversiones adicionales en proyectos que contribuyan al alcance de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la región y a la generación de sinergias entre actividades económicas privadas y políticas públicas. Así, el contexto económico actual no sólo invita a reflexionar sobre el papel de la IED en las economías regionales, sino que se ve como una oportunidad buscar beneficios en términos de desarrollo para la región en la Agenda Post-2015.

Referencia


CEPAL. (2015). La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe. Disponible [en línea]: http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/38214/S1500146_es.pdf?sequence=1