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Monday, August 29, 2016

El Acuerdo de la OMC sobre Facilitación del Comercio

Artículo de análisis por: Andrés Ordoñez Buitrago*
Abogado

Históricamente, el comercio internacional ha enfrentado múltiples barreras. Durante gran parte de la historia económica mundial, los Estados adoptaron políticas comerciales proteccionistas que restringían considerablemente la posibilidad de comerciantes alrededor del mundo de comercial entre sí, a través de la importación y exportación de bienes y servicios. Así, cuando después de la Segunda Guerra Mundial la comunidad internacional acordó una organización de la economía internacional a través de la creación de tres instituciones –el Fondo Monetario Internacional, el Grupo del Banco Mundial y la Organización Internacional del Comercio– fue precisamente esta última, la que nunca pudo ver la luz, por la negativa del Congreso de los Estados Unidos de ratificar su tratado constitutivo, la Carta de La Habana. En consecuencia, por muchas décadas el comercio internacional estuvo regulado por un instrumento, y no una organización: el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT).

Esta situación cambió en 1994, cuando después de la Ronda Uruguay, se acordó crear la Organización Mundial del Comercio (OMC) a través del Acuerdo de Marrakech. Sin embargo, el énfasis de esta organización inicialmente fue la liberalización del comercio internacional a través de la reducción de aranceles, lo cual resultó insuficiente en tanto una barrera importante a este tipo de intercambios también lo son los trámites administrativos requeridos para llevarlos a cabo. En otras palabras, si hay aranceles bajos pero los trámites para exportar o importar un bien son demasiado engorrosos, el comercio internacional se ve dificultado.

En este sentido, en la Conferencia Ministerial de Singapur (1996) los Miembros de la OMC encomendaron al Consejo del Comercio de Mercancías “la realización de trabajos exploratorios y analíticos sobre la simplificación de los procedimientos que rigen el comercio [...] con objeto de evaluar si procede establecer normas de la OMC en esta materia” (párrafo 21 de la Declaración Ministerial de Singapur). Estos trabajos exploratorios se desarrollaron durante casi una década, hasta que finalmente en 2004 se decidió iniciar formalmente la negociación de un acuerdo internacional en materia de facilitación del comercio. En agosto de ese año, el Consejo General de la OMC adoptó el denominado “Paquete de Julio” o Programa de Trabajo de Doha, en el cual se fijaron los siguientes objetivos para el proceso de negociación:

a) “Aclarar y mejorar aspectos pertinentes de los artículos V (Libertad de tránsito), VIII (Derechos y formalidades referentes a la importación y a la exportación) y X (Publicación y aplicación de los reglamentos comerciales) del GATT de 1994, con miras a agilizar aún más el movimiento, el despacho de aduana y la puesta en circulación de las mercancías, incluidas las mercancías en tránsito.

b) Potenciar la asistencia técnica y el apoyo a la creación de capacidad en esta esfera.

c) Establecer disposiciones para la cooperación efectiva entre las autoridades aduaneras o cualesquiera otras autoridades competentes en las cuestiones relativas a la facilitación del comercio y el cumplimiento de los procedimientos aduaneros”[1].

Para implementar este mandato, se estableció en el marco de la OMC un Grupo de Negociación del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio (en adelante AFC). Este proceso estuvo liderado por los países desarrollados, aunque algunos países en desarrollo –como Chile, Colombia, Costa Rica, Corea del Sur, Paraguay y Singapur– lo respaldaron. Durante varios años, el principal obstáculo que enfrentaron de parte de los países en desarrollo fue resistencia en torno al carácter vinculante del Acuerdo (preferían recomendaciones no vinculantes, en vez de normas obligatorias), temiendo no tener las capacidades técnicas requeridas para implementar lo acordado[2].

A pesar de estas dificultades, en 2013 durante la Conferencia Ministerial de Bali y en el marco del “Paquete de Bali”, se logró finalmente adoptar el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio. El AFC se encuentra divido en tres secciones:
I. En la Sección I están contempladas múltiples disposiciones para agilizar el movimiento, el levante y el despacho de aduana de las mercancías, incluidas las mercancías en tránsito. De esta manera aclara y mejora los artículos pertinentes (V, VIII y X) del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) de 1994. Asimismo, contiene disposiciones en materia de cooperación aduanera. Algunas de las normas que contiene esta sección son:
  • · Los Estados deben publicar información sobre procedimientos de importación, exportación y tránsito; formularios y documentos requeridos; derechos, cargas e impuestos; normas sobre clasificación de productos; normas de origen; restricciones o prohibiciones de importación; procedimientos de recursos; sanciones. 
  • · Los Estados deben ofrecer oportunidades para que los comerciantes y demás partes interesadas formulen observaciones sobre cambios normativos en materia aduanera, antes de su entrada en vigor; y formular consultas a las autoridades respectivas.
  • · Los Estados deben garantizar el derecho a interponer recursos judiciales y/o administrativos contra las decisiones de la aduana.
  • · Los Estados deben brindar facilidades para trámites aduaneros como: presentación de documentación antes de la llegada; pago electrónico de los derechos aduaneros; separación entre el levante y la determinación definitiva de derechos aduaneros; establecimiento y publicación de plazos medios de levante; medidas adicionales de facilitación para operadores autorizados.
  • · Los Estados deben simplificar las formalidades y requisitos de documentación e implementar una ventanilla única.
II. La Sección II contiene disposiciones sobre trato especial y diferenciado que permiten a los países en desarrollo y menos adelantados determinar cuándo aplicarán disposiciones específicas del Acuerdo. Estas disposiciones tuvieron que incluirse para generar aceptación de los países en desarrollo, quienes estaban reticentes a aceptar un acuerdo en materia de facilitación del comercio por posibles faltas de capacidades para implementar lo acordado.

El sistema ideado consiste en que los Estados deben notificar a la OMC en cuáles de las siguientes categorías se encuentran las disposiciones del AFC y en este sentido pueden determinar cuándo aplicarán disposición en cuestión. Las tres categorías que existen son:

  • · Categoría A: aplicarán en el momento de la entrada en vigor del Acuerdo (o, en el caso de un país menos adelantado, en el plazo de un año contado a partir de la entrada en vigor).
  • · Categoría B: aplicarán en una fecha posterior a un período de transición después de la entrada en vigor del Acuerdo.
  • · Categoría C: aplicarán en una fecha posterior a un período de transición después de la entrada en vigor del Acuerdo y que requieren asistencia y apoyo para la creación de capacidad.

III. La Sección III establece que se creará en la OMC un Comité Permanente de Facilitación del Comercio y exige que los Miembros tengan un comité nacional para facilitar la coordinación interna y la aplicación de las disposiciones del Acuerdo.

Para la implementación de lo acordado en Bali como un tratado internacional, en noviembre de 2014 el Consejo General de la OMC adoptó el Protocolo de Enmienda para insertar el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio como un anexo del Acuerdo de Marrakech. El AFC constituye un hito internacional en tanto es el primer tratado multilateral sobre comercio negociado en 18 años y el primero de tales acuerdos celebrado por la OMC. Sin embargo, aún hace falta que el tratado entre en vigencia. Para tal efecto, se requiere que lo ratifiquen 2/3 de los Estados Miembros de la OMC. A la fecha, solo 90 Estados lo han hecho.

En adición a lo contemplado en la Sección II relativo a plazos para la aplicación de ciertas normas a los países en desarrollo, también se adoptaron otras medidas para facilitar la aplicación del AFC por parte de estos países. En este sentido, se destaca el Mecanismo para el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, el cual brinda asistencia técnica para la implementación del Acuerdo por parte de países en desarrollo y países menos adelantados. Entre sus funciones se encuentran: ayudar a preparar las notificaciones de las categorías para el trato especial y diferenciado; impartir programas de formación y de creación de capacidad para asegurar la comprensión del Acuerdo; ayudar a tener acceso a la asistencia para la aplicación del Acuerdo; cuando no se disponga de ninguna otra fuente de financiación, financiar los compromisos de la categoría C.

Para el caso de Colombia, es importante destacar que nuestro país tuvo un papel activo en las negociaciones del AFC como promotor, pero a la fecha no ha ratificado este tratado. El 19 de octubre de 2015, las ministras María Ángela Holguín (Relaciones Exteriores) y Cecilia Álvarez-Correa (Comercio, Industria y Turismo) radicaron el Proyecto de Ley 109 de 2015 “Por medio de la cual se aprueba el «Protocolo de Enmienda del Acuerdo de Marrakech por el que se establece la Organización Mundial del Comercio» adoptado por el Consejo General de la Organización Mundial del Comercio en Ginebra, Suiza, el 27 de noviembre de 2014”. Actualmente este proyecto de ley se encuentra en curso en la Comisión Segunda del Senado de la República, a la espera de su aprobación.

Sin embargo, nuestro país sí envió la notificación relativa a la Sección II, incluyendo todas las disposiciones de la Sección I en la categoría A, es decir de aplicación inmediata cuando entre en vigencia el tratado, a excepción de dos disposiciones:

  • · Artículo 5.3 Procedimientos de Prueba: establece que se lleve a cabo una segunda prueba en caso de que el resultado de la primera prueba de una muestra tomada a la llegada de mercancías declaradas para la importación dé lugar a una constatación desfavorable.
  • · Artículo 7.9 Mercancías Perecederas: establece un tratamiento preferencial para el trámite aduanero y almacenamiento de mercancías perecederas.

El Gobierno Nacional justifica la conveniencia de ratificar este tratado a partir de estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que indican que las medidas de facilitación del comercio dispuestas en el AFC traerían una reducción en los costos globales del comercio de alrededor de 13.2% para países de ingreso medio como Colombia; y que una reducción del 5% de los tiempos de espera en las fronteras, aumentaría un 10% el comercio intrarregional[3]. En este sentido, el AFC constituiría una oportunidad para que nuestro país sea más eficiente en su comercio exterior y en consecuencia aumente sus vínculos comerciales con el mundo.

Por su parte, entre los efectos a nivel global, según la información del Gobierno Nacional, la Organización Mundial del Comercio estima que los beneficios del Acuerdo para la economía mundial estarían “entre 400.000 millones y 1 billón de dólares gracias a la reducción de costos, al incremento de las corrientes comerciales y la recaudación de ingresos fiscales; adicionalmente, se creará un entorno empresarial estable y atraerá inversión extranjera”[4]. Es decir, aunado a la reducción de los aranceles, la facilitación del comercio a través de reducción, simplificación y agilización de trámites, entre otras medidas contempladas en el AFC, permitirían a nivel global una mayor eficiencia y competitividad, contribuyendo así a fomentar el comercio internacional y en últimos propiciar el desarrollo económico.

Bibliografía


Neufeld, Nora (2014) “The long and winding road: how WTO members finally reached a Trade Facilitation Agreement”, División de Investigación Económica y Estadísticas de la OMC (2014), disponible en: http://www.tfafacility.org/sites/default/files/the_long_and_winding_road_how_wto_members_finally_reached_a_tfa_e.pdf

Organización Mundial del Comercio, Declaración Ministerial de Singapur (1996), Documento WT/MIN(96)/DEC, disponible en: https://www.wto.org/spanish/thewto_s/minist_s/min96_s/wtodec_s.htm

Organización Mundial del Comercio, Paquete de Julio/Programa de Trabajo de Doha (2004), Documento WT/L/579, disponible en: https://www.wto.org/spanish/tratop_s/dda_s/draft_text_gc_dg_31july04_s.htm

Organización Mundial del Comercio, Mecanismo para el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, “El Acuerdo sobre Facilitación del Comercio”, Documento WT/L/931, disponible en: http://www.tfafacility.org/es/trade-facilitation-agreement-facility

Organización Mundial del Comercio, “Facilitación del comercio”, disponible en: https://www.wto.org/spanish/tratop_s/tradfa_s/tradfa_s.htm#background

Organización Mundial del Comercio, Mecanismo para el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, “Lista de notificaciones”, disponible en: http://www.tfafacility.org/es/notifications

Organización Mundial del Comercio, Mecanismo para el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, “Lista de ratificaciones”, disponible en: http://www.tfafacility.org/es/ratifications

Organización Mundial del Comercio, Mecanismo para el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, “Antecedentes”, disponible en: http://www.tfafacility.org/es/background

Organización Mundial del Comercio, Mecanismo para el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, “Acerca del Mecanismo”, disponible en: http://www.tfafacility.org/es/acerca-del-mecanismo

Senado de la República, Proyecto de Ley 109 de 2015, disponible en: http://190.26.211.102/proyectos/images/documentos/Textos%20Radicados/proyectos%20de%20ley/2015%20-%202016/PL%20109-15%20Enmienda%20al%20Convenio%20de%20Marrakech%20-%20Acuerdo%20de%20Comercio.pdf








[1] Anexo D, Paquete de Julio/Programa de Trabajo de Doha, 2004.


[2] Nora Neufeld, “The long and winding road: how WTO members finally reached a Trade Facilitation Agreement”, Organización Mundial del Comercio – División de Investigación Económica y Estadísticas, 2014, disponible en: http://www.tfafacility.org/sites/default/files/the_long_and_winding_road_how_wto_members_finally_reached_a_tfa_e.pdf


[3] Senado de la República, Proyecto de Ley 109 de 2015, pp. 24-25, disponible en: http://190.26.211.102/proyectos/images/documentos/Textos%20Radicados/proyectos%20de%20ley/2015%20-%202016/PL%20109-15%20Enmienda%20al%20Convenio%20de%20Marrakech%20-%20Acuerdo%20de%20Comercio.pdf


[4] Íbid.

Thursday, July 31, 2014

La UNCTAD y sus 50 años

Artículo de opinión por: Catalina Tamayo Posada (catalinatamayop1@gmail.com)
Estudiante de Economía. Universidad EAFIT, Medellin, Colombia.


En un mundo globalizado, donde los Estados con poder siguen llevando las riendas de la economía, donde los países en vía de desarrollo y los menos desarrollados no son más que fichas del ajedrez político al que juegan “los grandes”, es necesario contar con organizaciones que, aunque no tienen un poder real sobre los estados tratan de aminorar los problemas y las desigualdades entre éstos.

Tal es el caso de la UNCTAD. A sus 50 años de su fundación, ésta organización se ha concentrado en unir los esfuerzos de todos sus miembros en aras a erradicar la pobreza y a implementar políticas y medidas que ayuden a disminuir la brecha de comercio que existe actualmente en el mundo. Adicional a esto, la organización tiene gran interés en ayudar a los 49 países que hoy son considerados como los menos desarrollados a lograr un progreso socioeconómico, a los países en vía de desarrollo a mejorar los indicadores sociales y a proveerles, a todos sus miembros, cooperación técnica para que construyan capacidades legales para que de esta manera puedan aprovechar los beneficios del comercio y la inversión extranjera directa.

El comercio ha hecho parte de la actividad económica desde el principio de los tiempos. Sin embargo, a medida que el mundo se ha desarrollado e interconectado las condiciones han cambiado. De acuerdo al Reporte Mundial de Comercio (2013), elaborado por la Organización Mundial del Comercio, entre 1980 y 2011 el comercio de mercancías creció a un ritmo de aproximadamente 7% anual y los servicios comerciales cerca de 8% anual. Las reducciones de aranceles y de otras barreras al comercio permitieron que éste creciera desde 1980 casi el doble que la producción mundial. Evidentemente, el rol de una organización dedicada a contribuir al desarrollo de políticas orientadas a la regulación y mejoramiento de condiciones del comercio mundial es de suma importancia dado el rápido crecimiento de este sector y sus consecuencias si no se es manejado de manera adecuada.

La UNCTAD fue creada en un tiempo totalmente diferente al actual en donde el comercio era la principal fuente de inequidad. Además, los nuevos países independientes seguían exportando materias primas a sus anteriores colonos para luego importar bienes con valor agregado (UNCTAD at 50: vi). En el mundo actual, aunque el panorama no es completamente diferente, la UNCTAD se ha esforzado por contribuir al mejoramiento de las sociedades atacando las desigualdades desde varios ángulos para que de esta manera el fenómeno de la globalización sea más incluyente.

Si bien es cierto que algunos países no han tenido la suerte de lograr desarrollarse debido a la falta de recursos tanto naturales como económicos, es también preciso aclarar que muchos otros no han logrado el tan anhelado desarrollo y crecimiento económico deseado debido a la falta de objetivos y políticas claras y orientadas a cumplir dichas metas. Justamente para eso, uno de los focos de acción de la UNCTAD se basa específicamente en el análisis y creación de políticas innovadoras que puedan ser aplicadas en los países y que buscan el desarrollo socioeconómico sostenible para de esta manera contribuir al mejoramiento de la sociedad global.

Referencias:

World Trade Organization (2013). World Trade Report 2013. Available at: http://www.wto.org/english/res_e/booksp_e/world_trade_report13_e.pdf

UNCTAD at 50. (2014). United Nations New York and Geneva. Available at: http://unctad.org/en/PublicationsLibrary/osg2014d1_en.pdf

Friday, November 29, 2013

El Comercio Mundial ante el fracaso de la OMC

Por: Carolina Herrera Cano (caroherca@gmail.com )
Estudiante de Negocios Internacionales, Universidad EAFIT, Colombia
La preferencia generalizada en el comercio internacional hacia la creación de acuerdos bilaterales y regionales, en contraposición a los multilaterales, ha sido, de cierto modo, validada por el fracaso de las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) anunciado esta semana. A pesar de esto, afirmar la muerte del sistema comercial multilateral, en cabeza de la OMC, significaría desconocer las ventajas que éste posee.

La OMC debía presentar sus primeros resultados desde su creación ante la reunión que se realizará en Bali, Indonesia entre los días 3 y 6 de diciembre, sin embargo el Director General, Roberto Azevedo afirma que esta meta no podrá ser cumplida (Portafolio.co, 2013). Este hecho hace aun más evidente la crisis de credibilidad que afronta hoy el sistema multilateral, debido a sus escasas posibilidades para cambiar realmente las condiciones comerciales a favor de la liberalización.

No obstante, y de manera adicional a esta situación, existen diferentes razones por las cuales los países buscan cada vez más alternativas bilaterales y regionales. En este sentido, la estructura interna de la organización ha propiciado la tendencia hacia los acuerdos comerciales “no-OMC”: el principio de consenso que rige a este organismo, a pesar de promover la no discriminación entre Estados miembros; obstaculiza la creación de verdaderos acuerdos. Esta dificultad es especialmente perjudicial para el sector de los servicios, debido a que, como afirma Luisa Antonia Rodríguez, Oficial de Asuntos Económicos de UNCTAD, los acuerdos comerciales en los servicios tienden a ser a posteriori, es decir, surgen generalmente después de los acuerdos relacionados sólo con bienes.

Es por esto que actualmente se le apuesta al Acuerdo de Comercio de Servicios, TISA (por sus siglas en inglés), que parece ser la oportunidad más prometedora de las últimas dos décadas para la promoción y expansión de este tipo de comercio. Este acuerdo cuenta hoy con la participación de 50 países, equivalentes al 70% del comercio mundial de servicios (Coalition of Services Industries, 2013). Esta iniciativa surge, según Martin Roy, Consejero de la División de Comercio de la Secretaría de la OMC, debido a la frustración de algunos países hacia lo que no está sucediendo dentro de la OMC. Sin embargo, plantea también la posibilidad de “multilateralizar” TISA, es decir, una vez finalizado el acuerdo, buscar su apoyo por parte de la OMC, de modo que pueda accederse a las garantías jurídicas y al sistema de resolución de controversias, que, en cambio, sí han resuelto cuestiones puntuales en cuanto al comercio entre países[1].

Este tipo de esfuerzos, en conjunto con la derrota que afronta la OMC luego de no presentar ningún acuerdo de especial importancia ponen en duda la posibilidad de llevar a cabo acuerdos multilaterales. Sin embargo, la propuesta de compensar las fallas de ambos sistemas (el multilateral y el regional/bilateral), es decir, la falta de verdaderos resultados en las negociaciones y de un efectivo sistema de resolución de controversias; podría ser una opción que haga eficiente la adecuada liberalización del comercio (especialmente el de servicios) mundial.

Referencias

Coalition of Services Industries. (2013). The Trade in Services Agreement. Disponible en: https://servicescoalition.org/negotiations/trade-in-services-agreement. (Consultado el 29 de noviembre de 2013).
Portafolio.co. (2013). Fracaso en negociaciones de OMC pone en cuestión su rol. Disponible en :http://www.portafolio.co/internacional/fracaso-negociaciones-omc. (Consultado el 29 de noviembre de 2013)


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[1] (Alternativa que no es bien recibida por algunos países que no están de acuerdo con que aquellas economías que no están realizando esfuerzos en la negociación, se beneficien de los resultados).

Wednesday, November 20, 2013

Servicios, Comercio y Desarrollo

Artículo de Opinión por Juan Gonzalo Perez* (jperezg@eafit.edu.co)
* Estudiante de Negocios Internacionales, Universidad EAFIT, Medellín, Colombia.


Diariamente y de forma inconsciente consumimos bienes de carácter no materia e intangibles que pertenecen al sector terciario de las economías, estos bienes se denominan servicios y desde 1980 al 2012 el comercio de estos ha presentado un incremento promedio del 8%; jugando así un papel muy importante en el desarrollo de los países. Actualmente, el comercio de servicios representa el 20% del total del comercio mundial y crece más rápido que el comercio de mercancías. Según análisis realizados por la Conferencia de Las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), en el año 2011 los servicios tuvieron una contribución del 74,4% y 74,1% al Producto Interno Bruto (PIB) y al empleo mundial, respectivamente.

El incremento en el comercio de servicios ha beneficiado a las economías desarrolladas en materia de valor agregado al PIB y a la creación de empleo, pues este sector representa el 70% del PIB de estas economías. Por ejemplo, Según cifras presentados por la UNCTAD, el 79% del valor agregado que va al PIB de Estados Unidos proviene de los servicios y emplea el 80% de la población. Actualmente, Estados Unidos es el exportador e importador número uno de servicios en el mundo.

En cambio en los países con economías en vía de desarrollo, los servicios representan el 50% del PIB. Si bien es un porcentaje importante de exportaciones de servicios, estas economías no han logrado generar los mismos beneficios que en países desarrollados; ya que enfrentan retos como: el alto costo y poca disponibilidad de capital, deficiencia en servicios relacionados con la infraestructura, falta de capital humano, además, la falta de atención en el desarrollo del sector de servicios se está viendo reflejada en la alta participación del sector informal de servicios en el comercio.

Según la UNCTAD, los servicios a nivel mundial crecen a un promedio del 8% anual y las categorías más importantes en exportación de servicios son el transporte y el turismo, con una participación del 20% y 23% respectivamente.

En el caso Colombiano las tendencias son similares, en la última década el país presento un crecimiento promedio del 10% en la exportación de servicios. Es más, en el año 2012 el país exporto 46% en servicios turísticos y un 28% en servicios de transporte. No obstante, el país presenta un déficit en la balanza de comercial de servicios de $5,3 billones de dólares. (UNCTAD)

El crecimiento en el sector servicios representa una gran oportunidad para la creación de empleo y crecimiento económico de Colombia, según cifras del Ministerio de Industria y Turismo, en Colombia se han creado 95 mil empleos y se recibieron ingresos operacionales de $1,5 Billones de dólares en el 2012.

Al mismo tiempo los esfuerzos que está realizando el Gobierno Colombiano en materia de promoción de servicios son notables. De acuerdo al Embajador de Colombia ante la Organización Mundial de Comercio, Gabriel André Duque Mildenber , la política exterior colombiana está enfocada en buscar la reducción de fronteras por medio de la integración económica con reglas de juego claras en materia de comercio internacional a nivel global, regional y local. De manera que el comercio necesita fortalecerse por medio de las instituciones, especialmente ahora que el sistema de producción es mundial y las cadenas de valor global requieren cada vez más servicios que permitan un mejoramiento en la competitividad y la productividad del país.

Para concluir, es evidente que el comercio de servicios está incrementando de forma rápida y sus beneficios contribuyen al crecimiento, el empleo y la reducción de la pobreza. Sin embargo, para países en desarrollo, y en especial, para Colombia, es fundamental que se fortalezca la capacidad de oferta, se mejore la infraestructura de los servicios, y por último, se aprovechen los tratados de integración regional para ampliar la capacidad de oferta y expandir la exportación de los servicios.

Monday, October 7, 2013

Colombia: Los beneficios del comercio y su influencia en el desarrollo

Artículo de Opinión por Juan Gonzalo Perez* (jperezg@eafit.edu.co)
* Estudiante de Negocios Internacionales, Universidad EAFIT, Medellín, Colombia


En las últimas dos décadas Colombia ha orientado su política comercial en la firma de tratados de libre comercio (TLCs) buscando incrementar los intercambios comerciales para fomentar el crecimiento económico y el desarrollo del país. En la actualidad Colombia tiene acceso a mercados en más de 30 países y ha firmado alrededor de 10 tratados de libre comercio incluyendo con Estados Unidos, la Unión Europea y Corea del Sur, sin embargo, ¿Cuáles son los beneficios del incremento en el comercio y como este influye en el desarrollo del país?

De acuerdo con el reporte “El futuro del comercio: los retos de la convergencia”, presentado por Pascal Lamy, Ex Director de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el comercio es parte de un círculo virtuoso de crecimiento y mejoramiento de oportunidades. La apertura de mercados permite que los consumidores tengan más acceso a productos y servicios a mejores precios. Así mismo, la importación de productos promueve la innovación de las empresas nacionales y exige el mejoramiento de las instituciones y las regulaciones del país (OMC, 2013).

Con base en estadísticas del 2008 al 2012 del DANE, los intercambios comerciales en Colombia se han incrementado de forma significativa. Las importaciones han crecido en un 67% mientras las exportaciones corresponden a un 62%. Los beneficios del crecimiento en el comercio se logran percibir desde el punto de vista del consumidor de clase media y alta, ya que puede acceder a una gran variedad de productos y servicios a precios más asequibles. El problema se presenta en que los productores nacionales en su mayoría no son competitivos en mercados internacionales, esto debido a la falta de innovación, regulaciones para proteger sus industrias frente a productos importados, apoyo institucional, y creación de valor agregado. Con base en lo anterior, es preciso decir que los beneficios del crecimiento del comercio no se están viendo reflejados en el mejoramiento de la industria pero parece ser que ha fomentado el desarrollo del país (DANE, 2013).

Según el reporte presentado por la OMC, ninguna nación se ha desarrollado y crecido sin los beneficios del comercio ya que son muchos los factores que determinan cuando y como el comercio puede tener los efectos beneficiosos. Además, los beneficios del comercio dependen del estado de desarrollo de los países. (OMC, 2013) Colombia es considerado un país en desarrollo, su ingreso per cápita, según base en cifras del DANE 2013, es de $6´151,668 pesos anuales, lo que equivale a un ingreso mensual de $512,539 pesos. Igualmente, la economía del país se considera estable con un crecimiento promedio, según Banco de la Republica, del 4,9% en los últimos tres años.

Por consiguiente, se podría considerar que Colombia puede aprovechar el intercambio comercio para acelerar su crecimiento, ya que se extiende el mercado de productos locales como también asegura mejores prácticas de producción y oportunidades de consumo (OMC, 2013).

En resumidas cuentas el reto está en que el país debe alinear los recursos y las actividades con las fortalezas relativas y comenzar a exportar con base en la especialización en sectores. Ahora, según la OMC, para que Colombia pueda beneficiarse verdaderamente del comercio debe buscar apoyo externo para la construcción de capacidad productiva, infraestructura y desarrollo de políticas e instituciones incluyendo sistemas sociales que permitan la inclusión y la redistribución de la riqueza.

Referencias:

World Trade Organization (2013). The future of trade: The Challenges of Convergence, Report of the Panel on Defining the Future of Trade. Ginebra: OMC.

DANE (2013). Anexos estadísticos Colombia. Bogotá: DANE.

Bando de la República (2013). Informe de la Junta Directiva al Congreso de la República. Bogotá.