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Saturday, August 1, 2015

Desarrollo económico en América Latina de acuerdo a René Hernández (CEPAL)


René A. Hernández de la CEPAL analiza las dinámicas y perspectivas del desarrollo económico de Latinoamérica. Este video fue grabado en el marco del curso P166 de la UNCTAD para América Latina y el Caribe.

Saturday, May 30, 2015

La política fiscal como herramienta para el desarrollo en América Latina

Artículo de opinión por: Esteban Jaramillo Osorio (ejaram11@eafit.edu.co )*
Estudiante de Economia, Universidad EAFIT, Colombia

Los Estados tienen a su disposición una innumerable cantidad de herramientas para fomentar el crecimiento y el desarrollo, entre ellas puede destacarse al fortalecimiento de la política fiscal como una de las más poderosas en los países emergentes.

Para poder considerar la utilidad de la política fiscal a la hora de fomentar el desarrollo, es importante primero definir a que nos referimos por política fiscal, entendiendo está bajo los preceptos del Banco de la República; “Es una política que sigue el sector público y que dictamina sus decisiones de gasto, impuestos y endeudamiento”.

En Latinoamérica, se ha demostrado que el uso de la política fiscal es efectivo para el desarrollo y el crecimiento, pero en comparación a países más desarrollados aún le queda un largo camino por recorrer. Según datos de la Organización para la cooperación y desarrollo económicos (OECD) los ingresos gubernamentales en Latinoamérica entre 1990 y 2006 aumentaron un promedio de 23% respecto al PIB, pero los países de la (OECD) ostentan una media del 42%, lo que evidencia el gran potencial de crecimiento que tiene Latinoamérica. Cifras similares se hallaron en el gasto público, estas tienen sustento en las marcadas diferencias entre los Estados de referencia, a saber, los países latinoamericanos y aquellos pertenecientes a la (OECD), algunas de estas discrepancias son: los sistemas fiscales excesivamente centralizados, la baja calidad de los servicios públicos respecto a los impuestos pagados, la injusticia que conlleva una recaudación de impuestos desproporcionada, el gasto publico bajo y mal implementado, y finalmente, la sensibilidad de los bonos soberanos ante los ciclos políticos.

La centralización causa una inequitativa repartición de los recursos recaudados por el gobierno central, lo que presenta varios desafíos a la hora de proporcionar bienes y servicios necesarios para la sociedad, como lo son la electricidad o agua potable. Para solucionar esto lo ideal sería una descentralización de los sistemas fiscales y dar más control sobre estos a las subregiones, sin embargo esto puede presentar algunos inconvenientes que requieren ser superados a la hora de implementar estas políticas.

Debido a la gran importancia que tienen los servicios públicos, los impuestos deberían verse reflejados en ellos puesto que dota de confianza al pueblo a la hora de tributar y se contrarresta así la evasión de impuestos que está en auge. Pero el mayor factor a la hora de analizar los efectos del gasto público y la calidad de los servicios se puede notar en la disminución de la pobreza, la desigualdad, y la exclusión, ya que al proveer mejores servicios como educación, agua potable, transporte público, entre otros, se le dan nuevas y mejores oportunidades a las clases más desfavorecidas de los países, y estas, convertidas en perspectivas de crecimiento favorecen la confianza en el Estado y fortalecen el desarrollo.

Para reducir la desigualdad, la pobreza y la exclusión social, es importante hacer gran énfasis en la necesidad de terminar con la desproporción en la recaudación de impuestos, puesto que la generación de carga tributaria es regresiva respecto a la tasa impositiva, que puede reducir la renta de los habitantes a medida que aumenta la tasa impositiva, teniendo esta un impacto mayor para los habitantes que menos ingresos perciben, debido a la disminución en la capacidad de obtención de bienes y servicios de primera necesidad, y por lo tanto los contribuyentes con menores ingresos son los que se ven afectados en mayor medida, visto que el impacto de la tributación es mayor en comparación a agentes con un mayor ingreso, puesto que sufren un menor impacto a la hora de tributar puesto que la destinación del capital a ser tributado no implica una disminución en el consumo de bienes o servicios básicos.

Al hacer más equitativa la recaudación de impuestos se podría aumentar la cobranza de los mismos mientras a su vez se reduce la desigualdad y se brindan nuevas oportunidades de crecimiento a las clases más bajas.

El gasto público puede ser una de las herramientas de la política fiscal con mayor impacto, pero este debe ser realizado de manera muy cuidadosa puesto que debe tener en cuenta el tipo de financiación que se utiliza a la hora de generar gasto público.

Respecto a lo anterior es importante resaltar que no todo gasto es idóneo para promover el desarrollo, y en últimas el crecimiento de un Estado, y por esto es de suma importancia discriminar los diferentes gastos y su utilidad, por ejemplo, una de las inversiones más efectivas es la que se hace en educación y la realización de sus políticas educativas, estas demuestran ser altamente efectivas a la hora de aumentar la productividad de un país, siempre y cuando sean implementadas correctamente, puesto que la intervención estatal no genera necesariamente un aumento en la productividad o en el desarrollo, sino una buena implementación del gasto, ya que al gastar en servicios como la educación, se está invierte en el capital humano que a futuro proporcionara un mayor crecimiento económico y social, pero esto solo se puede dar si y solo si este gasto se hace de manera adecuada y focalizada.

Otro aspecto del gasto público productivo es que puede aumentar el empleo formal ya que al destinar gasto a obras públicas de importancia abren cupos de trabajo para las clases más bajas.

A la hora de financiarse el gobierno puede hacerlo a través de políticas impositivas, así como también puede recurrir a la venta de bonos soberanos, esta fuente de financiamiento es bastante común, sin embargo estos bonos de deuda soberana están basados credibilidad del Estado, y por esto, en Latinoamérica suelen fluctuar de acuerdo al gobernante de turno y las calificaciones del riesgo país, este fenómeno es causado por el temor de los inversionistas a los cambios políticos sustentados en políticas fiscales expansivas, reduciendo así la credibilidad en los Estados. También tienen una gran influencia los bruscos cambios en las políticas económicas que se generan en la transición de un gobierno a otro, y por ello tienden a ser extremadamente cautelosos a la hora de invertir. Para solucionar esto se requiere de una comunicación más medida y cuidadosa de parte de quienes gobiernan o quienes aspiran a gobernar, así como también un marcado respeto por la constitución económica, entendiendo esta como las bases fundantes de la economía estatal, bases que no pueden ser moldeadas al gusto de cada uno de los gobiernos que hayan de llegar.



La política fiscal es un tema que suscita una amplia controversia por parte de los expertos, puesto que estos entienden como un problema la implementación de impuestos a modo de freno frente al crecimiento económico y el desarrollo del país, así como también existen otros que consideren la política fiscal como un mecanismo para estabilizar los ciclos económicos evitando las fluctuaciones marcadas como lo son las grandes escaladas y depresiones. Pero la política fiscal podría tener otra cara en donde sea un motor para el crecimiento y un medio para la consecución de los objetivos del desarrollo económico y social dentro de un Estado.

Referencias


Jiménez, J. P. (2008). Política fiscal y crisis en América latina. Revista Asturiana De Economia.

OECD. (2008). La política fiscal como herramienta de desarrollo en América Latina. Organización para la cooperación y el desarrollo Económicos(OECD).

Friday, May 29, 2015

Políticas de Desarrollo Productivo

Columna de opinión por: Catalina Tamayo Posada* (catalinatamayop1@gmail.com)
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo
Universidad EAFIT

El 2015 es un año de gran importancia tanto para la Organización de Naciones Unidas (ONU) como para cada uno de los países que la integra, pues supone el fin de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y el nacimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los retos cada vez son mayores debido a las dinámicas actuales: la gran interdependencia de los países, la volatilidad de los mercados financieros, la creciente brecha entre los más ricos y los más pobres, la aparición de nuevas enfermedades, entre otros. Los retos son más ambiciosos y los Estados están cada vez más comprometidos. Sin embargo, para poder alcanzar las metas propuestas se necesitan recursos y éstos dependen directamente de la situación económica del país. De esta forma, a mayor crecimiento económico mayores posibilidades tienen los países de hacer inversiones y programas que satisfagan las metas propuestas por la ONU.

Según Ricardo Hausmann (2015), la verdad acerca del crecimiento de los países se encuentra en la productividad. Los países son más ricos porque producen bienes diferentes con técnicas que no existían, por ende el secreto se encuentra en cambiar lo que se está haciendo y cómo se está haciendo. La tecnología, dice Hausmann, es generalmente entendida como nuevas herramientas. Sin embargo, en cierto punto, la tecnología necesita del know-how y del trabajo conjunto de personas que sepan hacer diferentes cosas que sean complementarias. Así, lo que importa no es tener una gran compañía sino una en la que cada trabajador tenga un know-how diferente. Se introduce entonces el término “complejidad económica”, que no es más que el conocimiento que se incorpora en los productos y como se puede ir pasando de un producto a otro por medio del valor agregado. Corea del Sur en 1962 empezó a desarrollar baterías, de ahí en adelante se fueron expandiendo a productos que utilizan baterías, y así sucesivamente (Hausmann, 2015). Corea es hoy uno de los países más importantes en el comercio y la economía mundial y su gran éxito se debe a las políticas del gobierno orientadas a apoyar un sector de la economía.

Los países de América Latina, en general, están experimentando desaceleración en sus tasas de crecimiento, lo que se ve reflejado en su producto interno bruto (PIB). A pesar de las muchas políticas que se implementan con el fin de reactivar las economías, son pocas las que de verdad logran impactar en el mediano y largo plazo. Es posible que las políticas que se han implementado no hayan estado orientadas a erradicar los problemas desde la raíz y únicamente estén aliviando situaciones muy superficiales. Además, los hacedores de política con frecuencia se ven tentados a utilizar modelos exitosos de otros países e implementarlos en su propio país. Esto no funciona toda vez que el ambiente socio-económico es muy diferente y varía entre países. Así pues, todas las políticas están gobernadas por las demandas de un tiempo específico, lugar y personas (Ostrom, 1999:5).

Las políticas de desarrollo productivo (PDP) tienen un rol muy importante en lo referente a la transformación económica y en el crecimiento sostenido. En América Latina, estas políticas activas están recobrando fuerzas luego de haber sido olvidadas por mucho tiempo debido a que muchas de ellas no funcionaron como se preveía. Sin embargo, mucho países hoy industrializados las han utilizado y éstas han dado excelentes resultados, como en el caso de Corea. Las PDP se basan en la fortaleza institucional, la cual debe ser capaz de implementar a cabalidad la política así como de resistirse a los intereses del sector privado (Stein et al, 2014).

Según el informe “¿Cómo repensar el desarrollo productivo?”, las políticas públicas deben estar orientadas a la existencia de fallas de mercado, de forma que la intervención genere un bienestar superior. La implementación no debe desviarse del diseño para garantizar la solución efectiva al problema identificado y además, el gobierno debe adoptar políticas que no excedan sus capacidades para que de esta forma se reduzca la probabilidad de fracaso. Tal como se afirmó anteriormente, la institucionalidad es un factor fundamental hasta el punto que “las políticas que funcionan en países con fuertes capacidad institucionales pueden resultar inefectivas o incluso perjudiciales en países que carezcan de ellas” (Stein et al, 2014).

Otro aspecto de vital importancia para la transformación productiva es la innovación, entendida como la “adaptación exitosa de tecnologías a las condiciones nacionales y su amplia difusión en empresas y sectores” (Stein et al, 2014). Mientras que países como Israel, Finlandia y Corea del Sur invierten más del 3,5% de su PIB en investigación y desarrollo (I+D), los países de América Latina, en promedio, invierten menos del 1% (Stein et al, 2014). Por tanto, es necesario un aumento de la inversión en I+D con el fin de converger con los más desarrollados por medio del aumento en la sofisticación de las exportaciones, el cual es medido por el índice de complejidad de Hausmann.

El objetivo número 9 de los ODS tiene como fin “Desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación” (ONU, 2015). De esta manera, las políticas podrían estar orientadas a promover la innovación, la cual es útil en cualquier ámbito, y no solo en el desarrollo industrial.

Referencias

Thursday, February 26, 2015

La responsabilidad social empresarial (RSE) como parte de la agenda de desarrollo post-2015 en América Latina

Por: Carolina Herrera Cano*
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo
Universidad EAFIT, Colombia

Los retos propuestos por la Agenda de Desarrollo Post-2015 postulan responsabilidades propias de los gobiernos, las empresas y los individuos. Poner al desarrollo sostenible como tema fundamental para los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que reemplazarán a los actuales Objetivos de Desarrollo del Mileno (ODM) (Naciones Unidas, 2013), busca hacer realidad la incorporación de las dimensiones sociales, económicas y medioambientales en los diferentes escenarios internacionales. Por esta razón, y debido al contexto social propio de la región y de las empresas multilatinas, se plantea la necesidad de poner a la Responsabilidad Social de las empresas (RSE) de estas empresas como prioridad dentro de la Agenda de Desarrollo Post-2015 de América Latina.

Durante la última década, América Latina y el Caribe han presentado grandes avances en el cumplimiento de los ODM. Es este el caso de la pobreza que ha pasado de un 42% a un 25% desde el año 2000 al 2012. Sin embargo, a pesar de que esta cifra responde en cierta medida a los objetivos planteados para 2015; problemas tales como la desigualdad siguen siendo preocupantes en la región (World Bank, 2015). Por esta razón y debido a resultados similares en los demás ODM, las Naciones Unidas promueven una reestructuración de estos objetivos.

El Informe del Grupo de Alto Nivel de Personas Eminentes sobre la Agenda de Desarrollo Post-2015: “Una Nueva Alianza Mundial: Erradicar la pobreza y transformar las economías a través del desarrollo sostenible” propone cinco grandes cambios transformativos aplicables a todos los países con el fin de hacer realidad el alcance de los ODS. Estos cambios son: No olvidarse de nadie, Transformar las economías para crear empleo y crecimiento inclusivo, Construir paz e instituciones públicas eficaces, abiertas y responsables, Forjar una nueva alianza mundial y, de manera importante para el presente análisis, colocar el desarrollo sostenible en el centro de la agenda (Naciones Unidas, 2013).

En este último cambio propuesto, las Naciones Unidas buscan hacer realidad los esfuerzos que se ha planteado la comunidad internacional durante los últimos años: integrar las dimensiones sociales, económicas y medioambientales de la sostenibilidad para el logro del desarrollo internacional. Además, las Naciones Unidas plantean que, de hecho, desde el sector privado, muchas de las empresas más importantes alrededor del mundo lideran en este momento la deseada transformación hacia una economía mundial sostenible (Naciones Unidas, 2013).

Para el caso de América Latina, el desarrollo sostenible de las empresas a través de la RSE ha sido no sólo de gran importancia, sino que se ha caracterizado por tener un enfoque diferente a las demás regiones del mundo. Estados Unidos, por ejemplo, ha centrado la RSE en la caridad, Europa, por su parte, le ha apostado más a la incorporación de modelos de negocio más sostenibles. América Latina se ha caracterizado por tener un enfoque que busca responder a los problemas sociales que enfrenta la región, tales como la pobreza y la desigualdad (Casanova & Dumas, 2010).

De hecho, Lindgreen y Córdoba (2010) afirman que en la región muchos gobiernos tienden a ceder responsabilidades relacionadas con el bienestar de la población a las empresas privadas. Además, debido a su inminente incorporación al escenario global, las empresas multilatinas se han visto en la necesidad de implementar la RSE de manera creciente dentro de sus prácticas corporativas. De esta manera, una de las características principales de la RSE en América Latina es su surgimiento a partir de las necesidades del entorno.

Por otro lado, es importante reconocer la importancia que las empresas latinas multinacionales o multilatinas han adquirido durante los últimos años: muchas de estas empresas se han convertido en importantes referentes en las industrias en las que operan (Cuervo-Cazurra, 2008). Sin embargo, es la lamentable la comparación entre la situación exitosa de algunas multilatinas en el mercado internacional, acompañada de las positivas expectativas de crecimiento de las economías, y la de las condiciones sociales que aún vive la región: pobreza, falta de educación y violencia (Lindegreen & Córdoba, 2010).

La Agenda de Desarrollo Post-2015 plantea la importancia de hacer del desarrollo sostenible un tema prioritario. La situación actual de América Latina en términos de pobreza, falta de educación y violencia requiere de la intervención de instituciones privadas pues hasta el momento han demostrado no sólo ser capaces de ser líderes en esta requerida transformación, sino que desde su posición exitosa pueden continuar su labor de responsabilidad social basadas en las necesidades de la región.

Referencias


Casanova, L., & Dumas, A. (2010). Corporate Social Responsibility and Latin American Multinationals: Is Poverty a Business Issue?. Universia Business Review, (25), 132-145.

Cuervo-Cazurra, A. (2008). The multinationalization of developing country MNEs: The case of multilatinas. Journal Of International Management, 14(2), 138-154.

Lindgreen, A., & Córdoba, J. (2010). Editorial: Corporate Social Responsibility in Latin America. Journal Of Business Ethics, 91167-170.

Lindgreen, A., Córdoba, J., Maon, F., & Mendoza, J. (2010). Corporate Social Responsibility in Colombia: Making Sense of Social Strategies. Journal Of Business Ethics, 91229-242.

Naciones Unidas. (2013). Una nueva alianza mundial: erradicar la pobreza y transformar las economías a través del desarrollo sostenible. Nueva York: UN.

Monday, February 23, 2015

Latinoamérica y su concepción de desarrollo

Por: Alejandro Botero Uribe[1]

El 13 de marzo de 1961 el presidente John F. Kennedy, al pronunciar un discurso ante los embajadores de los países americanos en Washington hizo un llamamiento a la cooperación regional de Las Américas para unir esfuerzos en el mejoramiento de las condiciones de vivienda, trabajo, acceso a la tierra, salud y educación de los habitantes del continente, proponiendo así la creación de lo que él llamó La Alianza Para el Progreso que se vería plasmado en el Plan Decenal de las Américas. Este plan pretendía ser puesto sobre la mesa el 15 de julio del mismo año en Uruguay donde se establecerían los principios rectores, las medidas institucionales a tomar para su implementación y el financiamiento del programa[2].

Si bien la Alianza para el Progreso nunca surgió, es importante resaltar este hecho como un hito histórico en la concepción de desarrollo de América Latina y el mundo en general, pues de manera avanzada para su época se concibió a este no como un aspecto de carácter meramente económico, sino como la confluencia de una serie de factores que juntos contribuirían al bienestar humano, pues como bien expresa el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su Informe sobre desarrollo humano 2010 “La verdadera riqueza de una nación está en su gente”[3].

La transvaloración del desarrollo desde un punto de vista económico a uno que reuniera mas factores de bienestar, entró a ser parte del panorama mundial en 1990 con el primer informe de este tipo que introdujo el PNUD. La razón de ser de este fue lo poco que reflejaba de una sociedad un análisis que únicamente reuniera factores económicos, pues si bien estos mostraban una mayor disponibilidad en ingresos, no necesariamente establecían como tales ingresos se irrigaban en beneficio de una sociedad interpretada en su globalidad. De esta forma se estimó necesario incluir factores que reflejaran la situación de las naciones en términos de vida saludable, adquisición de conocimiento y disponibilidad de recursos para tener una vida digna[4], factores que con el tiempo han sido complementados con estadísticas sobre las disparidades de género, la desigualad, la pobreza multidimensional y la libertad humana[5].

La implementación de esta visión sobre el desarrollo en Latinoamérica llegó de manera tardía, por un lado el territorio no fue ajeno a factores tales como los conflictos armados y la mala gestión política y económica que junto con las epidemias del Sida han sido los elementos obstaculizantes mas importantes desde 1990[6]. Por su parte es importante tener en cuenta que, aún a principio de los 90, gran parte de la región se encontraba enfocada en lograr una salida a los problemas de deuda externa que la azotaron durante los años 80[7], por lo que la implementación de una nueva concepción sobre el desarrollo no era una prioridad en ese entonces.

La tardanza en implementar una concepción mas amplia del desarrollo generó cierto atraso de estos países sobre la materia, pues fue solo 10 años mas tarde, con la aparición de los objetivos del milenio, que se logró apreciar un interés por parte de Latinoamérica en atacar de manera frontal problemas que no tuvieran una relación directa con su política, fiscal, monetaria o cambiaria[8].

A lo largo del siglo XXI se ha logrado apreciar un resurgimiento del proteccionismo estatal en diversos países de Latinoamérica, por un lado se pueden ver tendencias al interior de países tales como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, entre otros. Así como se puede apreciar desde el punto de vista de la cooperación internacional en organizaciones como Mercosur[9].

En oposición a esta situación encontramos países que se han preocupado mas por la competitividad y que de esta forma han incluso implementado organizaciones cooperativas para lograr este fin, como es el caso de la Alianza Pacífico, conformada, por Chile, Colombia, México y Perú[10].

El balance para demostrar cuan afortunada es una u otra tendencia no es posible hacerlo mas que haciendo un ejercicio argumentativo, pues de manera empírica encontramos un aumento de ciertos índices en diversas naciones de Latinoamérica y no precisamente se logra apreciar una influencia por el tipo de modelo implementado. Igualmente es importante resaltar que la aparición de la Alianza Pacífico aún es muy reciente, por lo que sería apresurado hacer un balance que hable de su efectividad.

Si bien es importante el análisis de las sociedades actuales, es importante tener en cuenta algunos aspectos históricos que aún hoy influyen en las dinámicas económicas latinoamericanas, instituciones como la mita y la encomienda, con sus respectivos efectos devastadores en los pueblos indígenas, reflejan sus sombras en la América Latina de hoy.

Un ejemplo de esto son los asentamientos indígenas del Perú, en los cuales se logra ver un mayor deterioro en términos de desarrollo en aquellos lugares que, si bien tienen características similares, estuvieron bajo la influencia de la mita[11].

De manera mas amplia, son estas temáticas las que se pretenden abordar en el escrito, esta propuesta no constituye mas que una promesa de profundizar en cada tema mencionado de forma tal que se logre tener un panorama mas amplio sobre los modelos de desarrollo que predominan en América Latina, sus particularidades frente a los factores que lo determinan y los efectos que antiguos modelos o factores culturales tienen en las sociedades actuales.


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Notas de pie


[1] Estudiante de Derecho, Universidad EAFIT. Correo electrónico: aboter19@eafit.edu.co
[2] s.d, “Planificación del desarrollo económico y social en América Latina”, EBSCOHost, [base de datos en línea], artículo 20066755.
[3] Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, “La verdadera riqueza de las naciones: Caminos al desarrollo humano”, UNDP, [en línea], s.f., disponible en: http://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr_2010_es_summary.pdf.
[4]Fernando Martín Mayoral y Jorge Yepes Zúñiga, “Evolución de las disparidades en el desarrollo económico y humano de América Latina : Análisis del IDH y sus componentes”, EBSCOHost, [base de datos en línea], artículo 97347554.
[5] Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, “La verdadera riqueza de las naciones: Caminos al desarrollo humano”, UNDP, [en línea], s.f., disponible en: http://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr_2010_es_summary.pdf.
[6] Ibíd.
[7] Marcos Troyjo, “Development models or growth tactics?”, Latin Trade, vol. 22, num. 2, 1 de marzo de 2014, p. 32, [en línea], disponible en: http://latintrade.com/wef-trade-development-models-or-growth-tactics/.
[8] Ibíd.
[9] Fernando Martín Mayoral y Jorge Yepes Zúñiga, “Evolución de las disparidades en el desarrollo económico y humano de América Latina : Análisis del IDH y sus componentes”, EBSCOHost, [base de datos en línea], artículo 97347554.
[10] Marcos Troyjo, “Development models or growth tactics?”, Latin Trade, vol. 22, num. 2, 1 de marzo de 2014, p. 32, [en línea], disponible en: http://latintrade.com/wef-trade-development-models-or-growth-tactics/
[11] Daron Acemoglu y James A. Robinson, Por qué fracasan los países: Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza, Colombia, Planeta Colombia, 2012, pp. 26 – 33.

Wednesday, May 21, 2014

Reporte de teleconferencia: Metodología de estudio cadenas globales de valor: una estrategia de eficiencia y productividad

Reporte de videoconferencia por: Nathalia Rios Ballesteros* (nriosba@eafit.edu.co
*Estudiante de Economia y Negocios Internacionales, Universidad EAFIT, Colombia

Cadenas globales de valor: una estrategia de eficiencia y productividad 


En las últimas dos décadas, América Latina ha sido víctima de lo que se puede catalogar como una “revolución productiva”, la cual ha liderado amplias reformas económicas encaminadas a expandir las fronteras comerciales, absorber inversión extranjera y posicionar a los países de esta región en el panorama internacional. Sin embargo, dichas reformas no han brindado resultados según lo esperado; las exportaciones, por ejemplo, no han resultado ser un motor de crecimiento económico sostenido ni de generación de empleos lo cual podría estar fuertemente asociado al bajo valor agregado de la oferta exportable nacional (Odonne y Padilla, 2014). Por lo anterior, y a raíz de la crisis de 2008, los gobiernos latinoamericanos han aumentado su presencia e intervención en el marco de políticas industriales con el fin de fundamentar planes eficientes e integrales de participación productiva y mejoramiento en la inserción e implementación de cadenas de valor, nacionales e internacionales, que permitan generar mayor valor agregado y obtener mayores beneficios económicos a partir de la participación activa en estas últimas. Estos planes, según Oddone y Padilla, permiten estudiar el papel de los servicios profesionales y de soporte en el aumento del valor agregado nacional y el fomento de la modernización tecnológica en las cadenas de valor agroindustriales, lo cual se evidenció a través del estudio de dichas cadenas en la evaluación de la producción agregada de camarón de cultivo y vegetales no tradicionales en el Salvador y la producción de maderas finas en Guatemala.

Para fundamentar la relación estructural entre valor agregado y producción nacional mencionada anteriormente, Nahuel Oddone y Ramón Padilla, desarrollaron una metodología compuesta por 6 pilares, la cual se sigue de siguiente manera; (1) Definición de metas y objetivos. Este pilar, en principio, busca determinar las restricciones y barreras críticas para aumentar el valor agregado y fortalecer las capacidades tecnológicas de cada país, con el fin de identificar las posibles mejoras a implementar, teniendo en cuenta la capacidad productiva de cada economía. (2) Selección de cadenas de valor. En segundo lugar, una vez determinadas las restricciones internas, es preciso determinar la cadena que más contribuye con el desarrollo y cumplimiento de lo establecido en la primera etapa. Esto implica, una estrecha relación entre metas, objetivos y cadenas de valor para que, dentro de una perspectiva microeconómica, se logren resultados positivos en cuanto a los niveles de empleo, exportación, participación de PYMES en los procesos productivos, entre otras cosas. (3) Realización del diagnóstico. Esta etapa resulta crítica a la hora de determinar los rasgos y características representativas de la cadena elegida en la etapa inmediatamente anterior. Esto se logra a través del desarrollo de un exhaustivo cuestionario, diseñado por los autores, basado en la información disponible o suministrada por fuentes oficiales con el fin de determinar la información existente sobre esta cadena. La información que resultada desconocida a posteriori, se determina en el país de selección a través de la presencia y el apoyo de los diferentes actores locales vinculados al proceso. Los resultados obtenidos en esta etapa, al igual que la evidencia empírica y el análisis que lo sustenta, es validado y evaluado por medio de la realización de mesas de diálogo llevadas a cabo el país de estudio. (4) Desarrollo e implementación de mejores prácticas. Este pilar permite superar las restricciones encontradas en la primera etapa, a través de la implementación de mejores prácticas internacionales que provean a los procesos productivos existentes de productividad y eficiencia para aminorar y, si se puede, eliminar las restricciones presentes en la economía. (5) Elaboración de estrategias. Este pilar concibe el desarrollo y la implementación de acciones microfundamentadas bajo un enfoque sistemático, es decir, en donde exista interconexión de los diferentes eslabones y etapas dentro de la cadena de valor. Una vez establecidas estas estrategias, se procede a la segunda mesa de diálogo, a partir de la cual, se definen las acciones conjuntas, público-privadas, con el fin de discutir y finalmente escoger las estrategias que resultan adecuadas para proceder con su implementación. (6) Lanzamiento. Como última instancia, se concibe la publicación oficial del proyecto por parte del gobierno en cuestión, a través de un evento mediático, en el cuál se informe a los ciudadanos sobre los compromisos y estrategias adquiridas para mejorar las condiciones internas asociadas a las mejores prácticas productivas. Dicho lanzamiento, viene acompañado de proyectos de supervisión y monitoreo constante acerca de la dinámica asociada al proceso de la buena inserción de estas cadenas en la economía.

Consecuente a lo anterior, se puede afirmar que el gobierno juega un papel importante en el fomento
tanto de la oferta como de la demanda de servicios profesionales y de soporte que buscan generar valor agregado en el proceso productivo nacional a través de la inclusión y participación activa de cadenas de valor nacionales e internacionales por parte de los países caso de estudio. Es así como; las organizaciones públicas y su buena gestión en incentivar y apoyar a las pequeñas y medianas empresas en la inclusión productiva; la prestación de asistencia técnica a productores nacionales y a otros eslabones de la cadena de valor por parte de los centros públicos de investigación y organismos públicos sectoriales; la generación y el desarrollo de iniciativas públicas dirigidas a financiar el acceso a servicios profesionales y de soporte para todos los actores de la cadena de valor; al igual que el desarrollo de sistemas públicos que resulten eficientes y productivos para la implementación de mejores prácticas internacionales a fin de favorecer la producción nacional disminuyendo las restricciones de “éxito productivo” existentes, resultan ser funciones claves para el buen desempeño de este tipo de proyectos en los países latinoamericanos.


Wednesday, February 12, 2014

Cadenas de Valor Regional: Una vía importante para la Inversión, el Comercio y el Desarrollo de la Alianza del Pacifico

Artículo de Opinión por Juan Gonzalo Perez* (jperezg@eafit.edu.co)
* Estudiante de Negocios Internacionales, Universidad EAFIT, Medellín, Colombia


La Alianza del Pacifico es uno de los intentos más ambiciosos de integración en la historia de Latinoamérica. Los cuatro países del bloque comercial (Colombia, Perú, Chile y México); constituyen un mercado que suma 212 millones de habitantes y representa el 36 % del Producto Interno Bruto de la región. Además, la inflación controlada, los altos niveles de inversión extranjera directa y la estabilidad fiscal son algunos de los factores que potencializan esta alianza y mejoran los entornos para la incorporación de sectores productivos en Cadenas de Valor Regionales (CVR) por medio de inversión y comercio para el desarrollo.

La profundidad y el alcance del acuerdo de la Alianza van más allá de la liberalización del comercio por medio de reducción de aranceles, pues también incluye asuntos de cooperación, aumento de competitividad y mayor integración económica. En primera instancia el acuerdo busca eliminar los aranceles para el 92% de los bienes, servicios y capitales, el otro 8% tendrá desgravación gradual ya que involucra productos sensibles del el agro y la ganadería. Se espera que la desgravación total pueda tardar hasta 17 años.

Según el informe sobre las inversiones en el mundo 2013 de la UNCTAD, este tipo de acuerdos de comercio e inversión son la clave para el desarrollo industrial para cadenas regionales de valor agregado. Sin embargo, para asegurar que los encadenamientos contribuyan al desarrollo, los países miembros deben integrar las cadenas de valor en sus estrategias de desarrollo, facilitar la participación por medio de requisitos mínimos de infraestructura, fomentar la capacidad productiva nacional con base en la mano de obra, proporcionar un marco ambiental, social y de gobernanza sólido y asegurar la sinergia entre las políticas e instituciones del comercio y la inversión. (UNCTAD, 2013)

En cuanto los beneficios de las cadenas de valor, la UNCTAD plantea que la contribución al desarrollo puede ser significativo, en efecto existe una correlación positiva entre la participación en cadenas de valor y la tasa de crecimiento del PIB per cápita, del mismo modo las CVR tienen un impacto económico directo sobre el valor añadido, el empleo y los ingresos. (UNCTAD, 2013)

En el caso Alianza de Pacifico entre sus objetivos está el aumento en el comercio y por consiguiente la creación de empleo y el incremento de los ingresos de los trabajadores. En consecuencia y con el fin de fortalecer las fuerzas productivas, el acuerdo incluye 17 capítulos entre los cuales la alianza está promoviendo la creación de un fondo para la infraestructura, el fomento de alianzas público privadas y se potencializarían los sectores minero energético, agricultura y manufactura.

Para concluir, junto con la plataforma de articulación política, de integración económica y comercial, las cadenas de valor regional pueden ser una vía importante para que los países miembros del bloque comercial de la Alianza del Pacifico fomenten su capacidad productiva a la vez que abren oportunidades para la modernización de la industria a largo plazo, impulsando así un mayor crecimiento y competitividad que se vea reflejado en la el desarrollo y bienestar.

Referencia:

UNCTAD. (2013).World Investment Report 2103. Ginebra y Nueva York: Naciones Unidas.


Monday, October 28, 2013

Latin America’s paradox: Development

Opinion Article by: Estefanía Tirado* (etirado2@eafit.edu.co)
*Economics and International Business Student at Universidad EAFIT, Colombia.



For the last couple of decades the world has seen Latin American economies, such as Mexico, Chile, Brazil, Panama and Costa Rica, emerge not only trough a major involvement in global trade, but also in the establishment of a national industry, what under a superficial judgment would be considered as an increase on the entire population’s welfare. 
Despite the rapid economic growth, about 80 million people are still living in extreme poverty - half of them in Brazil and Mexico - while a further 40% are at risk of returning to poverty in the event of an economic crisis or because of the effects of climate change in the region (World Bank, 2013). Taking this into account, there is clear evidence that development has not been inclusive and there is a huge portion of the population that does not perceive the benefits of the modern and global economy. 
One of the main causes of this trend of exclusive development has been the extremely low rate of capital accumulation and productivity that has characterized most of the countries in the region. The low rate of accumulation is explained by the misallocation of the resources gained by the growth countries have had until now. There has been a huge portion of these gains directed to consumption, what has made productivity to suffer, employment to decline, and moreover has not strengthened the industrial capacity of the economies. 
In order to recover the rate of capital accumulation and therefore generate a future economic growth that would actually benefit a large portion of society, as more jobs and technology would be available, it is necessary to reduce the rate of consumption, and although making this reduction is the most feasible solution, as it involves no debt, carrying it out has huge social and political challenges. In a context of such a great level of inequality it would be very hard to determine which social groups will have to participate more intensely, and as in Latin American democracies private interests have great influence on political decisions, and applying the policy to the most marginalized portion of society would elevate even more the difference in life quality, there is a conflict of interests goverments have to face and overcome by thinking what would generate the most welfare for the entire society. 
To sum up, it is time for Latin American countries to start thinking about the future and tackle long-term challenges to overcome the paradox and make development a positive process for the entire population. 

References



World Bank (2013). Cae la desigualdad en América Latina, aunque persisten desafíos para lograr una prosperidad compartida. Available online at:  http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2013/06/14/latin-america-inequality-shared-prosperity

Prebisch, Raul(1981). Raul Prebisch on Latin American Development. Available online at:http://www.jstor.org/stable/1972587 .

Tuesday, August 13, 2013

About the importance of policy stability in the path to development


Opinion article by: David Ricardo Murcia*.  (dmurcias@gmail.com )
*Political Sciences student at Universidad EAFIT, Colombia.

One crucial component of development paths in the 21st century has been the share of a country in the value given to a product during its process in a global value chain (GVC). Using the formers modes of production Transnational Corporations (TNC) distributes among various nations the process of production seeking lower costs according to the characteristics of the nations, id est: TNCs assemble each part of a final product in the state where it is cheaper. It, indeed, hazards developing countries because most of the value will be given to the economy that commercializes the final product. The remaining value splits in each hosting nations according to the step of the production in which it participates. According to the UNCTAD WIR for 2013, nations involved in the primary sector of the economy gain a little percentage of product profit that comes from their commodities.
A way to take advantage of the GVCs, and, therefore, dodging the obstacle described above, is to canalize or specialize a nation’s economy in a sector that gives a bigger share of the value added in the process. These could be seen in the reason why Asian nations gain better revenue of the TNC operations than the Latin-American or African countries, as for the first got involved in high added sector such as technology or high profile services, while the second are stuck in the extraction and production of commodities. One should think that, it will be a simple problem to solve, but it is not like a state could easily change its current economic activities, more, if it is taken into account the political culture of each region.
Let’s take Singapore and Colombia to make the comparison. Singapore took a clear highway to development since the independence from its metropolis. In the head of Lee Kuan Yew, who governed during 25 years (1965-1990), the nation torn itself into the most important merchant port of the South-East Asia and therefore to a prosperous economy. After the Yew Singapore government there has been just two political authorities: Goh Chok Tong with 14 years in office (1990-2004), and Lee Hsien Loong since 2004, who have nothing but continued the same path. This shows a scenario of a politically stable country, although a soft-autocratic, nevertheless, a highly competitive country in the global panorama.
By the other hand, there is Colombia. Since its independence from the Spanish Empire, the Latin-American country has seen no continuity or establishment of a state policy. Each president who climbs in office tries to impose its own view to a very skeptical political class and its interests. That makes every policy proposal a government policy; with no continuity in the future administrations. The former instability turns into a non-specific economy in land with high capabilities to exploit. That is why the various sectors with growth potential can be easily weakened by the lack of institutional support. There was, for sure, a big deal with coffee, minerals, or oil, but there were no state policy giving a stable and endurable frame to any sector to thrive. But that policy instability through history takes place in what could be described as a democratic environment, where each class has, successfully or not, fought for their rights.
The comparison should be extended, but the space is short. In a gross résumé, the former analysis left bitterness in the mouths when it suggests a question for how patience should a democratic society (like the Colombian) be with democracy, if a soft-autocratic government has given such good revenue to the Singaporeans. Or how should we arrange the political system to give policy and economic stability so we could get a better deal out of the TNCs and the current dynamics of GVCs..

References

UNCTAD. (2013). World Invesment Report 2013. Geneva & New Yor. United Nations

Le Monde Diplomatique. (2012). El atlas geopolítico 2012. Valencia: UNED. 



Tuesday, July 30, 2013

La inversión extranjera directa: Una visión desde una perspectiva de Ciencias Políticas

Artículo de Opinión por: David Ricardo Murcia* (dmurcias@gmail.com ). 
*Estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad EAFIT, Colombia.

Los estudios sobre desarrollo intuyen múltiples vías de estudio, al menos tres evidentes: la política, la jurídica y la económica. Intentar un análisis que se desprenda de alguna de estas es, a lo sumo, inocuo, cuando no ingenuo. No obstante, cada estudio presenta tendencias hacia una u otra área debido a las preferencias del analista. En este breve escrito se tomará una preceptiva, si bien, en esencia política, nutrida de los aspectos económicos y jurídicos connaturales al tema a tratar: la inversión extranjera directa (IED ) según se expone en el primer capítulo del World Invesment Report 2013(WIR 2013, Reporte sobre las inversiones en el mundo 2013). Finalmente se desarrollarán algunas consideraciones interpretativas con base a lo allí sostenido por la UNCTAD.
Al hablar de inversión extranjera directa me refiero a toda inyección de capital de una empresa en territorio extranjero con fines de arraigo. Esto en primera instancia, elimina un campo conceptual del comercio internacional limitado a importaciones y exportaciones. Esto quiere decir que, si una empresa tiene un comercio activo con un país extranjero no está invirtiendo directamente en el extranjero. Aquí, la herramienta que permite el entendimiento es el adjetivo: directa. Una inversión resultante del comercio exterior no afecta prima facie la economía receptora (el país importador), sino de una manera tangencial o secundaria. Mientras que una inversión que constituya empresa en el extranjero, está directamente afectando al país receptor de variadas formas: ora en infraestructura, ora en creación de puestos de trabajo. Allí, lo directo intuye arraigo y este compromisos sociales, políticos y jurídicos; no sólo económicos.
En este escenario escueto de lo que constituye una inversión extranjera directa falta analizar el principio de móvil para la concreción de dicho fenómeno. Ante la pregunta por cómo una empresa busca invertir en un país que le es extraño, no es satisfactorio la mera volición de los dirigentes de la compañía como motor de la acción. Y, aunque las razones que expliquen el deseo de una empresa de invertir puedan ser inconmensurables, se dejan aprehender en dos casos simples: las empresas pueden ver un beneficio unilateral en expandirse a un nuevo país o un país puede seducir a las empresas para que inviertan y se radiquen en él. No obstante, a este punto la pregunta sigue aún en estado de necesidad ¿qué puede atraer o con qué se puede atraer este tipo de inversión?
La respuesta yace en el balance de ganancia sobre la inversión a realizar. Con esto pueden ser mejor entendidos los casos anterior mente expuestos: una empresa va a buscar la mejor combinación entre sistema de impuestos, costo de la mano de obra y estabilidad en la economía receptora. Así, las empresas podrán decidir en qué país les es más conveniente invertir y los países podrán diseñar su sistema político y jurídico para ofrecerse atractivos a la inversión extranjera directa.
En lo que hasta el momento se ha discursado, se puede comprender como dicho fenómeno afecta y ayuda al desarrollo de una nación. No obstante, para ello falta resolver una pregunta más ¿Por qué un país está interesado en la IED? Para explicarlo es práctico pensar en la situación de los países en vías de desarrollo. Una empresa que se radica en un país puede aumentar la productividad y la estabilidad económica de éste, pues la nación viene a contar con una fuente de capital que antes no tenía, lo cual le da nuevo y mayor brío, si se sigue la analogía, en su camino al desarrollo. No obstante, en este punto es donde entra a tomar peso el cálculo de la ganancia de empresa inversora. Si bien un país puede ofrecer el mejor arreglo de sistema de impuestos y costo de la mano de obra, la (in)estabilidad económica le puede hacer altamente peligroso para invertir.
El World Invesment Report 2013 avizora en este punto una ventaja actual para los países en transición y en vías de desarrollo, pues debido a la crisis económica mundial de 2008 en los Estados Unidos y en Europa se han vuelto un destino de inversión menos atractivo que los mercados de países en vías de desarrollo. En este sentido el capital ha buscado mercados más rentables, ergo estables, y es de conveniencia de los países en vías de desarrollo buscar la manera óptima para ofrecer a los inversores escenarios jurídicos amables, sin dejar de lado procesos de reinversión en la sociedad que lleven, no solo a la mejora de los indicadores económicos, sino a una mejor calidad de vida distribuida, constituyendo una verdadera vía al desarrollo.
Lo anterior, sin más explicaciones, puede a ser oído como un proceso casi automático de búsqueda de la ecuación perfecta. No obstante, el proceso que enuncio es de mucha mayor complejidad que el balance de una formula, pues, así, se ignora lo incuantificable del desarrollo: el contexto social y, a la vez, político en el cual dichas formulas tendrán que ser aplicadas. Además de un análisis del sistema jurídico (ambiental, laboral, de impuestos, etc.), es necesario, para ofrecer un balance real, la comprensión de la genealogía de la comunidad a afectar y como esta puede responder ante la inversión pretendida. Más allá del sistema político de papel, entender los entramados antiguos de corrupción y clientela existentes en la sociedad, pues como Chantal Mouffe (2003) o Guillermo O’Donnell (1997) han analizado, la sociedad en apariencia democrática de Latinoamérica intuye una esencia que Carro (1957) denominó entendimiento subjetivo del poder, que le lleva a tener lógicas no institucionalizadas, sino personalistas,  de desarrollo de la política.
Para finalizar este escrito, a pesar de dejar en punta una discusión tan importante como la aquí iniciada, no es suficiente con atender razones únicamente económicas y econométricas para permitir el aprovechamiento de este crecimiento de la inversión extranjera directa, indicado por la UNCTAD (2013), sino que, los países en vías de desarrollo deben tener un acercamiento más meditado a sus realidades políticas para crecer.

Referencias

Carro, A. (1957). Caudillismo AmericanoRevista de Estudios Políticos, 93, 139-163.
Mouffe, Chantal (2003) La paradoja democrática. Barcelona, Gedisa.O’Donnell, Guillermo (1997) “¿Democracia Delegativa?”, en: Contrapuntos: Ensayos Escogidos sobre Autoritarismo y Democratización. Buenos Aires, Paidós, pp.287-304.UNCTAD. (2013). WorldInvesment Report 2013. Ginebra y Nueva York: Naciones Unidas.