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Monday, February 23, 2015

Latinoamérica y su concepción de desarrollo

Por: Alejandro Botero Uribe[1]

El 13 de marzo de 1961 el presidente John F. Kennedy, al pronunciar un discurso ante los embajadores de los países americanos en Washington hizo un llamamiento a la cooperación regional de Las Américas para unir esfuerzos en el mejoramiento de las condiciones de vivienda, trabajo, acceso a la tierra, salud y educación de los habitantes del continente, proponiendo así la creación de lo que él llamó La Alianza Para el Progreso que se vería plasmado en el Plan Decenal de las Américas. Este plan pretendía ser puesto sobre la mesa el 15 de julio del mismo año en Uruguay donde se establecerían los principios rectores, las medidas institucionales a tomar para su implementación y el financiamiento del programa[2].

Si bien la Alianza para el Progreso nunca surgió, es importante resaltar este hecho como un hito histórico en la concepción de desarrollo de América Latina y el mundo en general, pues de manera avanzada para su época se concibió a este no como un aspecto de carácter meramente económico, sino como la confluencia de una serie de factores que juntos contribuirían al bienestar humano, pues como bien expresa el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su Informe sobre desarrollo humano 2010 “La verdadera riqueza de una nación está en su gente”[3].

La transvaloración del desarrollo desde un punto de vista económico a uno que reuniera mas factores de bienestar, entró a ser parte del panorama mundial en 1990 con el primer informe de este tipo que introdujo el PNUD. La razón de ser de este fue lo poco que reflejaba de una sociedad un análisis que únicamente reuniera factores económicos, pues si bien estos mostraban una mayor disponibilidad en ingresos, no necesariamente establecían como tales ingresos se irrigaban en beneficio de una sociedad interpretada en su globalidad. De esta forma se estimó necesario incluir factores que reflejaran la situación de las naciones en términos de vida saludable, adquisición de conocimiento y disponibilidad de recursos para tener una vida digna[4], factores que con el tiempo han sido complementados con estadísticas sobre las disparidades de género, la desigualad, la pobreza multidimensional y la libertad humana[5].

La implementación de esta visión sobre el desarrollo en Latinoamérica llegó de manera tardía, por un lado el territorio no fue ajeno a factores tales como los conflictos armados y la mala gestión política y económica que junto con las epidemias del Sida han sido los elementos obstaculizantes mas importantes desde 1990[6]. Por su parte es importante tener en cuenta que, aún a principio de los 90, gran parte de la región se encontraba enfocada en lograr una salida a los problemas de deuda externa que la azotaron durante los años 80[7], por lo que la implementación de una nueva concepción sobre el desarrollo no era una prioridad en ese entonces.

La tardanza en implementar una concepción mas amplia del desarrollo generó cierto atraso de estos países sobre la materia, pues fue solo 10 años mas tarde, con la aparición de los objetivos del milenio, que se logró apreciar un interés por parte de Latinoamérica en atacar de manera frontal problemas que no tuvieran una relación directa con su política, fiscal, monetaria o cambiaria[8].

A lo largo del siglo XXI se ha logrado apreciar un resurgimiento del proteccionismo estatal en diversos países de Latinoamérica, por un lado se pueden ver tendencias al interior de países tales como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, entre otros. Así como se puede apreciar desde el punto de vista de la cooperación internacional en organizaciones como Mercosur[9].

En oposición a esta situación encontramos países que se han preocupado mas por la competitividad y que de esta forma han incluso implementado organizaciones cooperativas para lograr este fin, como es el caso de la Alianza Pacífico, conformada, por Chile, Colombia, México y Perú[10].

El balance para demostrar cuan afortunada es una u otra tendencia no es posible hacerlo mas que haciendo un ejercicio argumentativo, pues de manera empírica encontramos un aumento de ciertos índices en diversas naciones de Latinoamérica y no precisamente se logra apreciar una influencia por el tipo de modelo implementado. Igualmente es importante resaltar que la aparición de la Alianza Pacífico aún es muy reciente, por lo que sería apresurado hacer un balance que hable de su efectividad.

Si bien es importante el análisis de las sociedades actuales, es importante tener en cuenta algunos aspectos históricos que aún hoy influyen en las dinámicas económicas latinoamericanas, instituciones como la mita y la encomienda, con sus respectivos efectos devastadores en los pueblos indígenas, reflejan sus sombras en la América Latina de hoy.

Un ejemplo de esto son los asentamientos indígenas del Perú, en los cuales se logra ver un mayor deterioro en términos de desarrollo en aquellos lugares que, si bien tienen características similares, estuvieron bajo la influencia de la mita[11].

De manera mas amplia, son estas temáticas las que se pretenden abordar en el escrito, esta propuesta no constituye mas que una promesa de profundizar en cada tema mencionado de forma tal que se logre tener un panorama mas amplio sobre los modelos de desarrollo que predominan en América Latina, sus particularidades frente a los factores que lo determinan y los efectos que antiguos modelos o factores culturales tienen en las sociedades actuales.


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Notas de pie


[1] Estudiante de Derecho, Universidad EAFIT. Correo electrónico: aboter19@eafit.edu.co
[2] s.d, “Planificación del desarrollo económico y social en América Latina”, EBSCOHost, [base de datos en línea], artículo 20066755.
[3] Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, “La verdadera riqueza de las naciones: Caminos al desarrollo humano”, UNDP, [en línea], s.f., disponible en: http://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr_2010_es_summary.pdf.
[4]Fernando Martín Mayoral y Jorge Yepes Zúñiga, “Evolución de las disparidades en el desarrollo económico y humano de América Latina : Análisis del IDH y sus componentes”, EBSCOHost, [base de datos en línea], artículo 97347554.
[5] Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, “La verdadera riqueza de las naciones: Caminos al desarrollo humano”, UNDP, [en línea], s.f., disponible en: http://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr_2010_es_summary.pdf.
[6] Ibíd.
[7] Marcos Troyjo, “Development models or growth tactics?”, Latin Trade, vol. 22, num. 2, 1 de marzo de 2014, p. 32, [en línea], disponible en: http://latintrade.com/wef-trade-development-models-or-growth-tactics/.
[8] Ibíd.
[9] Fernando Martín Mayoral y Jorge Yepes Zúñiga, “Evolución de las disparidades en el desarrollo económico y humano de América Latina : Análisis del IDH y sus componentes”, EBSCOHost, [base de datos en línea], artículo 97347554.
[10] Marcos Troyjo, “Development models or growth tactics?”, Latin Trade, vol. 22, num. 2, 1 de marzo de 2014, p. 32, [en línea], disponible en: http://latintrade.com/wef-trade-development-models-or-growth-tactics/
[11] Daron Acemoglu y James A. Robinson, Por qué fracasan los países: Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza, Colombia, Planeta Colombia, 2012, pp. 26 – 33.

Tuesday, September 30, 2014

La sostenibilidad ambiental en la Agenda de Desarrollo Post-2015

Andrés Ordoñez 
Artículo de Opinión por: Alejandro Botero Uribe* y Andrés Ordoñez Buitrago*
Estudiantes de Derecho, Universidad EAFIT, Colombia

Alejandro Botero
El Grupo de Alto Nivel de Personas Eminentes sobre la Agenda de Desarrollo Post-2015 en su Informe publicado a principios de 2013, reconocieron que el cambio climático, así como los patrones de consumo y producción sostenibles, son cuestiones transversales a la Agenda de Desarrollo Post-2015, la cual, adicionalmente, ha sido caracterizada como una Agenda de Desarrollo Sostenible. Por lo anterior, algunos aspectos medioambientales se encuentran expresamente consagrados en los Objetivos Ilustrativos 7 (Obtener energía sostenible), 8 (Crear empleos, medios de subsistencia sostenibles y crecimiento equitativo) y 9 (Gestionar los recursos naturales de manera sostenible). De igual forma en el Objetivo 12 (Crear un entorno global propicio y catalizar los recursos financieros a largo plazo), una de las metas planteadas es “contener el aumento en el promedio de temperatura global en menos de 2 ⁰C por encima de los niveles preindustriales, en consonancia con los acuerdos internacionales”. La inclusión de metas medioambientales en un Objetivo dedicado –en términos generales– a la inversión, refuerza el vínculo que hay entre inversión, desarrollo empresarial y medio ambiente, de tal manera que no se puede concebir como deseable la inversión que se realice a costa del deterioro medioambiental.

En este sentido, hay numerosas iniciativas a nivel internacional relativas a la reducción del calentamiento global y de la afectación del medio ambiente. Como instrumento internacional jurídicamente vinculante, el rol protagónico lo ocupa la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático dentro de la cual se han logrado compromisos como el Protocolo de Kyoto (1997), el Plan de Acción de Bali (2007), el Acuerdo de Copenhague (2009), los Acuerdos de Cancún (2010) y la Plataforma de Durban para una acción reforzada (2012). Sin embargo, es evidente hoy en día que sólo los Estados no pueden lograr una acción efectiva contra el cambio climático, y es por esto que cobran importancia iniciativas como la inclusión de la meta de reducción del calentamiento global en el Objetivo 12, pues se reconoce el rol que pueden –y deben jugar– los actores privados en este tema.

Sobre este particular, por ejemplo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desarrolla dos programas (Empleos Verdes y Empresa Sostenible) por medio de los cuales promueve la creación de empleos y el desarrollo empresarial, con la “ecologización” de procesos y actividades empresariales, así como la producción de bienes y servicios ecológicos, reconociendo que estos puestos de trabajo sostenibles y responsables, promueven a la vez un “incremento de la productividad y la mejora de las condiciones de trabajo, las buenas relaciones laborales, y las buenas prácticas medioambientales”[1].

En este sentido, si bien los Estados no son los únicos agentes involucrados en la reducción del cambio climático, su rol dentro de esta problemática es esencial. Se muestra entonces necesario incluir instrumentos de evaluación del impacto climático dentro de la aceptación de inversores extranjeros en territorios nacionales, es decir, traer a un primer plano, por medio de instrumentos jurídicos de rango internacional, el tema ambiental en el derecho internacional de las inversiones. Si bien la protección del medio ambiente ha sido incluida dentro de numerosos instrumentos jurídicos nacionales e internacionales, en esta propuesta se trata de hacer evidente lo que se viene aplicando años atrás (leyes contra la contaminación, responsabilidad de grupos de empresas por accidentes medioambientales, sanciones a los estados por la cantidad de emisiones nocivas para el medio ambiente, entre otras) de manera generalizada. En últimas se pretendería dar un carácter particular a aquellas regulaciones protectoras del medio ambiente, de forma tal que se ponga límite a los inversionistas como grupo de agentes contaminantes, sin que se trate de ponerlos en cintura sino de poner la protección del cambio climático por encima o al mismo nivel de los instrumentos de protección estatal propios de la Organización Mundial del Comercio.




[1] Factsheet “Un entorno propicio para las empresas sostenibles. El enfoque de la OIT para la creación de un entorno propicio - empresas sostenibles”, Julio de 2012

Friday, August 29, 2014

Un Sistema Financiero para el Desarrollo

Artículo de opinión por: Alejandro Botero Uribe* (aboter19@eafit.edu.co)
Estudiante de Derecho, Universidad EAFIT, Colombia


El paradigma que ha prevalecido en el ámbito internacional sobre un sistema financiero producto de las teorías económicas desarrolladas en el siglo XX, impulsadas por Ronald Reagan y Margaret Tatcher y posteriormente prescritas por el Consenso de Washington, ha generado una cantidad de problemas como lo son las crisis económicas cíclicas a las que se ha visto enfrentado el mundo en los últimos dos siglos[1]. Es importante resaltar que al igual como el mundo ha comenzado a reconocer desde hace ya varios años la importancia de la sostenibilidad en el consumo de bienes, hoy se hace necesario tener en cuenta el consumo de servicios, entre ellos los financieros, como una acción que debe ser asumida de manera responsable y sostenible. El consumo de servicios financieros en el mundo y la oferta misma, pueden llegar a ser un emblema de estas políticas económicas de libre mercado. El modelo de desarrollo propuesto por la Escuela de Chicago logró permear este ámbito de la economía de manera exitosa, lo que generó un sistema al cual solo se puede tener acceso y del cual solo se puede obtener beneficio en función de la capacidad económica que se tenga, lo que en últimas deja a las personas mas desfavorecidas a nivel económico y las empresas con menos medios de producción, por fuera de los beneficios de este sistema[2].

Estas propuestas, tales como la liberalización de los mercados y la intervención mínima del Estado en la economía están siendo puestas en duda como factor determinante del desarrollo y se ha comenzado a hablar de instituciones políticas y económicas inclusivas como elemento fundamental para el crecimiento económico y social de los países[3], el sistema financiero, tanto nacional, como el precariamente regulado internacional[4], no es ajeno a esto y es por eso que es importante resaltar que cuando se habla de sostenibilidad en el sistema financiero, inmediatamente se hace referencia a la inclusión del mismo[5]. Esta situación nos permite afirmar que para utilizar este sistema como un catalizador del desarrollo, es importante asumir que este debe ser inclusivo, sostenible y responsable. Bajo esta perspectiva un sistema financiero que reúna estas características debe cumplir un rol que contribuya a la reducción de la pobreza, el fomento de un crecimiento económico equitativo y la promoción de diversos objetivos de desarrollo tales cómo la sostenibilidad ambiental, la seguridad alimentaria, el agua potable y limpia, la salud de calidad y la educación universal[6].

Por inclusión financiera entendemos “el acceso universal y el uso de numerosos servicios financieros con precios razonables, proveídos por diversas instituciones financieras responsables y sustentables, lo que fortalece y acelera el crecimiento económico equitativo, la reducción de la pobreza y el desarrollo humano”[7]. Se logra apreciar que este concepto engloba la responsabilidad y la sustentabilidad de las que ya se había hablado, lo que nos permite equiparar el concepto de sistema financiero inclusivo al de sistema financiero para el desarrollo. En este punto es importante afirmar que un sistema financiero inclusivo no solo es aquel que se dirija a las personas, entendidas como sujetos individuales, sino también a las empresas, donde la inclusión se mide en el nivel de acceso que las pequeñas y medianas empresas tengan a los servicios financieros.

La importancia la inclusión como factor de desarrollo se puede apreciar, por ejemplo, en el caso de los servicios financieros en el ámbito de la agricultura, donde un sistema financiero inclusivo permitiría el acceso de los productores del sector rural (que por lo general no cuentan con suficientes medios de producción para el acceso a este servicio) al ahorro y los seguros, lo que les permitiría construir resistencia frente a sobresaltos tales como fluctuaciones de precios, inclemencias climáticas o desastres naturales, y recuperarse mas rápidamente de tales crisis[8].

Dicho todo esto, es necesario establecer que las áreas claves que se deben fortalecer para la inclusión financiera[9] son: 1) La diversificación de servicios financiero, 2) El acceso de los hogares y de las pequeñas y medianas empresas a tales servicios, 3) La responsabilidad y la capacidad financiera, lo que conlleva a sistemas fuertes de protección y de educación al consumidor[10], 4) La inclusión, estabilidad e integridad financiera, entendida esta última como “la salvaguarda del sistema financiero en pro de propósitos legales y legítimos”[11] y 5) La información compatible y armonizada. Esto nos lleva a afirmar que la implementación de este modelo financiero inclusivo va mas allá de la innovación e incluye aspectos tales como la voluntad y el liderazgo político, la creación y optimización de infraestructura y el uso y fortalecimiento de las instituciones propias de un Estado social de derecho, de igual manera es importante contar con la fuerza del Estado para evitar los movimiento financieros ilegales los cuales constituyen un obstáculo para el desarrollo[12].

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Notas de pie de página

[1] No es necesario hacer una elaboración argumentativa muy amplía para demostrarlo, la última crisis, la del 2008, es producto de esto mismo que digo. Para mayor información sobre cómo la estructura pensada en el siglo XX para el sistema financiero afecta la economía global, remitirse a Tony Judt, Algo va mal, Madrid, Taurus, 2010.
[2] Elaine Kempson, Adele Atkinson y Odile Pilley, Policiy Lever Response to Financial Exclusion in Developed Economies: Lessons for Developing Countries, p. 7, Google Scholar, [base de datos en línea], internet, consulta: 26 de agosto de 2014.
[3] Ver Daron Acemoglu y James A. Robinson, Por qué fracasan los países, s.l, Deusto, 2012.
[4] Se pueden apreciar algunos rasgos de la existencia de una regulación internacional, como por ejemplo las sanciones que se impuso al banco francés BNP Paribas por sus relaciones económicas con Sudán, producto de las imposiciones internacionales sobre el comercio que impone El Congreso de los Estados Unidos en función de sanciones económicas a ciertos países. Stéphane Lauer, “La BNP paiera une amende de près de 9 milliards de dollars aux Etats-Unis”, 30 de junio de 2014, [en línea], disponible en: http://www.lemonde.fr/ameriques/article/2014/06/30/la-bnp-devra-regler-8-834-milliards-de-dollars-d-amende-aux-etats-unis_4448280_3222.html.
[5] Esto fue hecho por El Grupo de Alto Nivel de Personas Eminentes sobre la Agenda de Desarrollo Post-2015 al reconocer la importancia de un sistema financiero inclusivo propuesto por la Reina Máxima de los Países Bajos. United Nations Secretary – General’s Special Advocate for Inclusive Finance of Development, “Annual Report to the Secretary General”, UNSGSA, [en línea], septiembre de 2013, disponible en: http://www.unsgsa.org/files/2813/7785/5058/F_UNSGSA2013_lowres_082013.pdf, P. 16, consulta: 16 de Agosto de 2014.
[6] UNSGSA, “Página de entrada”, UNSGSA, [en línea], s.f, disponible en: http://www.unsgsa.org, consulta: 13 de Agosto de 2014
[7] UNSGSA, Op. Cit., UNSGSA, p. 12.
[8] UNSGSA, “UN Agencies and the UNSGSA meet to explore financial inclusion’s role in ending hunger”, UNSGSA, [en línea], 21 de marzo de 2013, disponible en: http://www.unsgsa.org/resources/news/un-agencies-and-queen-maxima-meet-explore-financial-inclu/, consulta: 23 de Agosto de 2014
[9] UNSGSA, Op. Cit., UNSGSA.
[10] Es importante resaltar el interés que existe en este punto de la UNCTAD sobre la protección al consumidor como medida necesaria para continuar con el desarrollo de la región, lo que se puede apreciar en: Consumers International Blog, “Financial services on the agenda at UNCTAD”, Consumers International Blog, [en línea], 2012, disponible en: http://consumersinternational.blogspot.com/2012/07/financial-servicesits-complicated.html, consulta: 23 de Agosto de 2014
[11] UNSGSA, Op. Cit., UNSGSA, p. 20.
[12] UNSGSA, Op. Cit., UNSGSA, p. 5.