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Tuesday, May 3, 2016

La cooperación descentralizada basada en políticas públicas locales para el desarrollo de los territorios

Artículo de opinión por: Marcela Marín Mira*
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo, Universidad EAFIT


En la década de los noventa, en el ámbito de la cooperación internacional, donde los paradigmas han evolucionado desde la “ayuda a los países pobres” en la segunda posguerra, la cual no prestaba atención a las condiciones de vida ni a la equidad social, hacia la “cooperación al desarrollo”, que tiene como eje central el desarrollo humano, surgen nuevos actores (actores no estatales), entes locales y sociedad civil en espacios de toma de decisiones políticas y ejecución de la ayuda, en el marco de un nuevo concepto que se conoce con el nombre cooperación descentralizada.

Pero, antes de adentrarnos en el impacto que este nuevo tipo de cooperación tiene en los territorios en ámbitos de actuación alineados con las políticas públicas, es importante acercar al lector a la definición de lo que conocemos como cooperación descentralizada.

Carla Cors en su artículo para el Observatorio de la Cooperación Descentralizada Local UE-AL (2015) resalta el término “city-to-city cooperation”, que es utilizado en el programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT) (2001), como sinónimo de la cooperación descentralizada, estableciendo que la “City-to-City Cooperation” cubre todas las posibles formas de relación entre autoridades locales de cualquier nivel en dos o más países en donde se colabora conjuntamente sobre cuestiones de interés mutuo, con o sin apoyo externo. Aun así, se debe hacer la salvedad de que la cooperación descentralizada abarca un mayor espectro de acciones llevadas a cabo por actores no estatales.

Por lo que cabe retomar lo que dice Fanny Carvajal (2012) en su texto de Cooperación Descentralizada para el Curso en desarrollo humano local con énfasis en metodología de trabajo y temáticas propias de sus programas Marco ART del PNUD, y ampliar el concepto de cooperación descentralizada, donde ésta se concibe, más allá de que el actor que gestiona los recursos sea una institución o un organismo no gubernamental, en la manera cómo se gestionan estos recursos y, por tanto, en cómo se llevan a la práctica las acciones de cooperación sobre el terreno. Así pues, la cooperación descentralizada se fundamenta por su voluntad de participar en proyectos de desarrollo humano y sostenible de los pueblos, en los que la participación popular sea un elemento central; esto es, en la defensa y promoción de los derechos y las necesidades básicas de las poblaciones en el ámbito social, económico y cultural, a través de una gestión conjunta, nacida de las propias iniciativas del tejido social, y al máximo de respetuosa con el medioambiente.

Pero, ¿cómo garantizar la sostenibilidad y relevancia de los proyectos de cooperación descentralizada en el desarrollo de los territorios?

Beatriz Lantero (2015) en su documento de Gestión de Proyectos de Cooperación Descentralizada, determina que tener conocimiento de lo que es una política pública y una visión estratégica para vincular la política y el proyecto es fundamental para obtener como resultado intervenciones alineadas con las necesidades de los territorios, generando así, un mayor impacto y posibilidades de sostenibilidad. Los gobiernos e instituciones locales deben formular proyectos basados en la agenda local o las prioridades establecidas por los programas, planes o políticas de sus territorios.

Es importante diseñar proyectos que tengan en cuenta no sólo las políticas públicas locales, sino aquellas de ámbito nacional o regional, que puedan vincularse al proyecto. Por esta razón, también resulta importante trabajar con las herramientas de análisis de actores que permitirán identificar instituciones que podrían convertirse en aliadas o en obstaculizadoras.

En segundo lugar, Lantero invita a revisar el tema de la estrategia de los donantes versus las estrategias locales. Las estrategias de los donantes en ningún caso deben imponerse a aquellas establecidas por los gobiernos locales, pues el diseño de proyectos que se conviertan en intervenciones alineadas a las necesidades y de fácil apropiación por los territorios o que coincidan con las estrategias locales, es de alta relevancia. La negociación e incidencia es fundamental ante esto, ya que es importante que los gobiernos locales puedan participar en la discusión sobre las prioridades estratégicas de posibles donantes.

En último lugar, la autora también recomienda evitar la formación de equipos de gestión ad hoc. La formación de un equipo de gestión ad hoc puede dar la sensación de que se trata de una intervención aislada, alejada de las intervenciones que lleva a cabo un gobierno local. Pese a que es difícil no crear un equipo de gestión ad hoc, es importante que este se inserte dentro de la estructura institucional y esté formado por personal interno y externo.

Igualmente, y con base en lo referido en el curso del PNUD por Lantero, es posible afirmar que la cooperación descentralizada local parte de dos premisas fundamentales: El hecho de que los poderes locales son sujetos activos de la cooperación internacional, un escenario en el que se ha venido consolidando el papel de las ciudades en el contexto internacional; y el convencimiento de que el fortalecimiento de los poderes locales y el desarrollo local son objetivos prioritarios de la cooperación internacional.

Lo que nos lleva a concluir que la cooperación para el desarrollo, con sus recursos limitados, no puede, por sí sola, realizar los cambios necesarios. Ésta, debe constituir un instrumento de políticas públicas locales, que genere participación de la opinión pública y de las comunidades locales para intercambiar soluciones técnicas y tecnológicas, modelos organizativos y gerenciales, prácticas innovadoras entre diferentes países y contextos políticos y culturales y, a la vez, un laboratorio para aplicarlas, acompañando los procesos nacionales y locales de desarrollo humano y las acciones concretas de reducción de la pobreza y demás ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) priorizados en la Agenda Internacional.

Referencias


ACI. (2012). Manual de Cooperación. Recuperado el 1 de Mayo de 2016, de ACI: ACI http://www.acimedellin.org/Portals/0/Manual_de_cooperacion_2012.pdf
Carvajal, F. (2012). Escuela virtual. Recuperado el 1 de Mayo de 2016, de PNUD: http://escuelapnud.org/biblioteca/pmb/opac_css/doc_num.php?explnum_id=985
Cors, C. (2015). La cooperación descentralizada pública. Online: Observatorio de la Cooperación Descentralizada Local UE-AL.
Lantero, B. (2015). Gestión de Proyectos de Cooperación Descentralizada. Online: Observatorio de la Cooperación Descentralizada Local UE-AL.

Wednesday, March 2, 2016

Reto para los Objetivos de Desarrollo Sostenible Número 16 y 17: El problema de la materialización de los derechos

Por: Maria Isabel Aguilar Goez
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo


Al momento de plantearse estas metas, era esencial construir un objetivo orientado hacia el fortalecimiento de las instituciones estatales e internacionales con el fin promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, principalmente por medio de la facilitación del acceso a la justicia y la creación de instituciones eficaces y celeras.

Dicha construcción es casi impensable sin aceptar, en primer lugar, la complejidad de la comunidad internacional, donde la diferenciación de los grados de gobernanza es clara y básica para conocer quiénes y en qué aspectos deben mejorar y cómo los diferentes actores de dicha comunidad pueden contribuir a la finalidad esperada.

El concepto de gobernanza alude a la manera como se regula un determinado tema o materia, es decir, se refiere al ejercicio de la autoridad para manejar los asuntos de un país en todos los niveles (UNDP, 1997). Cuando se habla de gobernanza global es porque intervienen distintos actores bajo diferentes normas en la comunidad internacional. Una vez claro esto se abordará la importancia de este concepto en el orden mundial, las variables lo componen, por qué a veces el nivel de gobernanza es diferencial en algunos territorios y cómo afecta esto al acceso a la justicia y el buen funcionamiento de la administración como prepuestos necesarios para la materialización de los derechos. De la misma manera, se tendrá en cuenta el concepto de comunidad internacional y cómo ella participa en la construcción de nuevas normas, que son esenciales para la articulación de todos los objetivos y para la creación de alianzas mundiales para el desarrollo (United Nations, 2015).

Para retomar el concepto de gobernanza, hay que destacar que este trasciende a los elementos de Estado, gobierno, régimen y buen gobierno. John Healey y Mark Robinson (1994) la definen como algo que implica un alto de nivel de efectividad organizacional acompañada con formulación y cumplimiento de políticas públicas relacionadas con la economía y el bienestar. También implica transparencia, contabilidad, participación política y ciudadana, todo esto bajo el imperio de la ley. Siendo así, entonces ¿Que sería lo opuesto? La definición del Banco Mundial (1989) sobre Bad Governance nos puede ayudar, según la institución, esta se caracteriza por burocracias no transparentes, sistemas legales ineficaces, abuso de poder, una sociedad civil desinteresada y desentendida de lo público y obviamente, la corrupción.

A nivel interno


Es claro que en la realidad, varios países encajan dentro de la última definición, en unos porque, si bien tienen toda la institucionalidad propia de una Estado democrático, ésta es deficiente y en otros porque simplemente carecen de ella. No es necesario irnos demasiado lejos para analizar un ejemplo clave, como lo es nuestro país, que indiscutiblemente hace parte de la primera hipótesis pero con unas particularidades.

En todas las constituciones se establece ese ideal de justicia y de Estado Democrático o Social de Derecho, que supone la existencia de toda una institucionalidad con el fin de promover los valores de justicia, igualdad y libertad como los más importantes en las teorías del Estado Moderno. Pero, ¿qué pasa pues cuando es solo algo ideal?, ¿qué tipo de medidas implementa un país para tratar de plasmar en la realidad aquello que dice de una manera tan bella y retorica en un papel que tiene tanta importancia jurídica?

Cada vez que un derecho nuevo es promulgado como resultado de diversas luchas políticas y sociales, de cierta manera se aquieta o se calla la batalla, por el simple de hecho de ya se tiene el derecho. Según Julieta Lemaitre (2009), los ciudadanos tendemos a amar el derecho con la creencia de que tiene poderes mágicos, ella elabora el concepto del fetichismo legal, como la acción de amar o idolatrar algo que no vemos pero sabemos que existe, y la meta es que se convierta en realidad. “¿Qué relación hay entre el fetichismo legal y la constitución política?, en que ambas están, existen, creemos en ella, pero no vemos que se hagan realidad”. Siendo así, debemos preguntarnos qué es lo que conduce a que la eficacia de las normas sea tan reducida.

Si bien en unos países se aprecia que el nivel de gobernabilidad que tienen es más prolongado, es decir, se ve una constante presencia del estado así sea en los sitios más recónditos, hay otros donde la presencia del mismo es diferencial, atendiendo a factores geográficos, ambientales etc. Cuando esto sucede en algunas territorialidades (la mayoría de las veces periféricas) el posicionamiento del estado es poco o casi nulo y eso abre la puerta a que se creen otros tipos de ordenamientos jurídicos, así sean dentro del mismo estado. Hablando desde el concepto positivista del derecho, se sabe que este es un fenómeno social (Prieto Sanchis, 2014) y si el gobierno no institucionaliza o regula algunos territorios su presencia será diferencial y con seguridad dará lugar a que se formen conjuntos de normas paralelos y hasta opuestos al gobierno central. No pretendo desviarme del objeto de este escrito hacia las razones del conflicto armado interno colombiano, sin embargo es un factor que se debe analizar en razón de que el problema de la materialización de los derechos radica en la ausencia de estado o de su funcionamiento deficiente.

Una vez explicada la tesis de la presencia diferencial, se entiende que hay algunos sectores donde el Estado tiene una innegable presencia, pero aun así su funcionamiento práctico es cuestionable. Tal vez el valor más importante que nos permite poner a trabajar toda la institucionalidad es el derecho de acceso a la justicia, el cual se constituye un medio para hacer efectivas nuestras prerrogativas, y es fundamental para avanzar en la problemática planteada.

El acceso a la justicia en sí mismo es un derecho que propende por la materialidad de todos los otros. La Encuesta Nacional de Necesidades jurídicas (ENNJ) es un diagnóstico cuantitativo de las necesidades jurídicas y del acceso a la justicia en las principales ciudades de Colombia financiado por el Banco Mundial, la Cámara de Comercio de Bogotá y el Ministerio de Justicia y del Derecho. Dicha encuesta da cuenta que los niveles de conflictividad en la población se presentan con más frecuencia en los sectores que sufren de pobreza, discapacidad y/o discriminación sexual (Uprimmy, La Rota, Lalinde & Santa, 2014), es decir, los sujetos vulnerables protegidos constitucionalmente los cuales son minoría y que tienen necesidades jurídicas básicas insatisfechas.

De esta metodología se logra sacar un aspecto muy importante que es la percepción acerca de la justicia. Los resultados fueron que, en términos generales, alrededor de la mitad de las personas creen que los son funcionarios son honestos mientras que la otra piensan que son corruptos o muy corruptos. Respecto al costo de la justicia la mayoría de los encuestados consideran que es cara o muy cara y que aparte es muy lenta.

Otro dato relevante da cuenta de que las personas que acudieron a las autoridades administrativas, tienen una peor percepción de los servicios estatales, sin embargo los que acuden a la rama judicial afirman que es muy costosa pero aún mejor que la administrativa. Por último, la pirámide de litigiosidad estudia cuantos de los conflictos que llegan a la jurisdicción efectivamente son resueltos, el producto de este estudio arroja una cifra muy baja y ciertamente preocupante, en tanto la brecha entre la demanda potencial total y las resoluciones cumplidas es bastante amplia.

Teniendo en cuenta esta información empírica, el problema a nivel interno radica en la implementación de políticas que promuevan la celeridad y la transparencia dentro de las instituciones. Una rama del poder tan esencial como lo es la rama ejecutiva, según los datos tiene muchísimos inconvenientes pragmáticos y es cuestionable que tal vez la rama con más capacidad para intervenir directamente con el ciudadano, sea la más deficiente.

De esta manera si se pretende el establecimiento de sociedades más justas debe procurarse (como bien lo mencionan los Objetivos del Desarrollo Sostenible) por fortalecer las instituciones nacionales pertinentes que le permitan al ciudadano sentirse más involucrado, mas cívico y comprometido, todo esto mediante la cooperación internacional, con miras a crear capacidad a todos los niveles. Aun así si este ciudadano vive en zonas periféricas dentro del país, en principio su ubicación no debería ser el aspecto determinante de sus derechos.

Es claro que la cuestión de la eficacia de los derechos ha sido una preocupación de muchas disciplinas a lo largo de la historia, lo adecuado sería pues articular todos estos conocimientos para erradicar la gran brecha que existe entre el papel y el diario vivir. Es un hecho notorio que estamos en un mundo globalizado donde la esfera local está indiscutiblemente interconectada con la internacional y que un trabajo conjunto necesariamente contribuirá a la creación de sociedades más igualitarias, con instituciones más sólidas para que puedan constituir alianzas firmes que permitan seguir en el camino del progreso.

A nivel internacional


De acuerdo con los postulados de las relaciones internacionales, la comunidad internacional está compuesta por diferentes actores que interactúan entre sí con la finalidad de mantener u conservar un orden internacional específico para crear un estado de cosas con pretensión de estabilidad. Al interior de dicha comunidad, cada uno de los actores se mueve en el marco de unos intereses para poder actuar, ya sean económicos, sociales, políticos o humanitarios. La problemática planteada anteriormente se traduce, en este nivel, en la ayuda que pide la sociedad civil a actores no estatales para hacer valer sus derechos sin poder erradicar el problema de eficacia de las normas jurídicas, precisamente por los diversos intereses que se sitúan dentro de la comunidad internacional.

Precedente al problema de la materialización de los derechos, está de la creación normativa en el ámbito internacional, por la carencia de una autoridad legislativa que se basa en el concepto formal de soberanía. Sin embargo desde un punto de vista pragmático si existe una superioridad del centro respecto a la periferia para la legislar en unos temas específicos, en tanto el nivel de experticia, el poder y los intereses económicos en juego determinan las condiciones. Esto quiere decir que hay ocasiones en que no se tienen en cuenta los intereses de las poblaciones vulnerables que viven en la periferia, lo cual demuestra que tenemos la misma problemática que se planteaba anteriormente a nivel interno en el caso colombiano, en vista de la asimetría del poder (Halliday, Carrunthers, 2015)

Una solución teórica a la cuestión de la creación normativa internacional, es la regulación por medio de los Ordenes Jurídicos Trasnacionales que permiten que los actores que no son necesariamente sujetos formales (Estados y OOII) participen en el proceso de legislación para suplir las complejidades que en cada materia se producen ( Shaffer & Halliday, 2015) Dentro de estos actores se encuentran los intermediarios que ayudan a determinar si la ley en el papel es más que una adaptación meramente simbólica a los estándares internacionales, ellos se sitúan entre lo global y lo local pero actuando desde lo local, para así dar cuenta de la efectividad de las normas adoptadas.

Es necesario aclarar que actualmente existen varios ordenes jurídicos trasnacionales (TLO’s) en materias como derechos humanos, comercio internacional, normas sobre insolvencia corporativa, entre otras. Que dan cuenta de las diferentes alianzas entre actores privados, estatales, no estatales, academia y muchos más, pero que dejan por fuera a aquellos que carecen de poder frente a todos los anteriores o que si bien los incluyen, los problemas de ejecución son evidentes.

Por ello, no se debe olvidar pues la importancia de la participación de los sectores vulnerables y/o periféricos en la creación de las normas que si bien es el primer paso para el reconocimiento de los derechos, no es el único en el proceso de materialización de los mismos y ahí recae la importancia de la interconexión de la dimensión interna del ODS 16 en relación con el fortalecimiento de las alianzas(ODS 17), en otras palabras, si a nivel local hay una participación cívica efectiva ello necesariamente se expresara en instituciones fuertes e imparciales que a su vez serán capaces de formar alianzas para incrementar la participación de las poblaciones “periféricas” alrededor del mundo.

A partir de este punto se destaca la visión integral de los objetivos, la interacción necesaria entre estos y la profunda interconexión que tienen todos los ámbitos de la sociedad y los impactos que generan hasta las más mínimas acciones .Los Objetivos de Desarrollo Sostenible solo se pueden lograr con el compromiso decidido a favor de alianzas mundiales y cooperación.

Todo esto sin olvidar que existe un grave problema de materialización de las prerrogativas básicas de los individuos en los diferentes sectores de la comunidad internacional y que esto constituye un hecho que no solo afecta a los dos objetivos tratados en este escrito sino a todos y cada uno de los Objetivos del Desarrollo Sostenible y que es un problema que se debe afrontar de manera inmediata y conjunta.


Referencias


Carrunthers, B. G., & Halliday .T. (2009). Bankrupt: Global Lawmaking and Systemic Financial Crisis. Stanford: Stanford UP

Halliday. T & Shaffer. G (2015). Transnational Legal Orders. Transnational Legal Orders: Cambridge University Press, UC Irvine School of Law Research Paper No. 2015-56. Tomado de: http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2605625#

Launay-Gama, Claire. (2008). Hacia un concepto de gobernanza diferenciada en Colombia. Ponencia presentada en el Primer Congreso de Ciencias Políticas en Bogotá, Colombia. Tomado de: http://www.institut-gouvernance.org/es/analyse/fiche-analyse-357.html

Lemaitre R. J. (2009). El derecho como conjuro. Uniandes y Siglo del Hombre Editores. Bogotá.

Prieto S, Luis. (2014). Apuntes de Teoría del Derecho. Editorial Trotta. Madrid

Robinson M. & Healey. J. (1994). Democracy, Governance and Economic Policy: Sub-Saharan Africa in Comparative Perspective (ODI Development Policy Studies). Published by: Overseas Development Institute.

United Nations. (2015). United Nations Sustainable Development Goals, tomado de: http://www.un.org/sustainabledevelopment/sustainable-development-goals/

United Nations Development Programme. (1997). Governance for sustainable human development, UNDP policy document, New York. UNDP. Tomado de: http://unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/un/unpan022332.pdf

Uprimmy. R, La Rota M. E, Lalinde S., Santa S. (2014). Ante la Justicia, Necesidades Jurídicas y Acceso a la Justicia en Colombia. Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad, Dejusticia. Bogotá. Tomado de: http://www.dejusticia.org/files/r2_actividades_recursos/fi_name_recurso.665.pdf

Wednesday, February 10, 2016

Consideraciones sobre la cívica en el desarrollo

Artículo de opinión por: David Ricardo Murcia Sanchez
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo


En estas líneas quiero hacer una reflexión sobre el papel que jugamos los individuos dentro de los procesos sociales, específicamente llamar la atención sobre la forma en la que desde la individualidad que nos compete, los individuos nos vinculamos y participamos de la agenda del desarrollo. En este sentido ofrezco una serie de consideraciones que, aunque tangenciales al establecimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o diferentes propuestas de desarrollo de las que esta publicación normalmente se ocupa, refiere a una pregunta crucial para el éxito de los mismos: cómo vincular a los individuos en el camino del desarrollo.

Partamos de la siguiente pregunta ¿cómo organizamos o diseñamos una senda de desarrollo sostenible? La respuesta ortodoxa sugiere construir una serie de estudios refinados en términos técnicos y científicos, los cuales se concatenan en manuales que establecen pasos a seguir hacia el desarrollo, según sea la perspectiva en la que se hizo el estudio.

Este procedimiento genera un proceso de crecimiento documental en el cual la sociedad encuentra una oferta de recetas que facilitan la detección y la consecuente solución de problemas sociales. Progresión que implica la solución en potencia de todos los problemas sociales que se pueda encontrar. No obstante, este recurso también posibilita la generación de un distanciamiento, en términos de percepción, entre los fenómenos sociales y las personas, dado que los individuos se desembarazan de lo colectivo en la técnica.

Este desembarazo de lo social es consecuente con lo que muchos teóricos sociales han identificado como el proceso de la racionalización de la sociedad para dirimir conflictos, con el fin de agilizar los procesos sociales. En este sentido, lo que se ha buscado es sacar de la vía pública lo que genere disenso: la teología, la moral, la política, llegando en la técnica al espacio de comunión por su neutralidad. Sin embargo, dada su vacuidad moral la técnica se hace insostenible como espacio de común acuerdo cuando por algún motivo los problemas sociales dejan de ser hipótesis latentes y se hacen evidentes. Allí, el velo se difumina y comienza la búsqueda por la imputación de culpabilidad.

La búsqueda discurrirá por quién no cumplió su función, qué no se predijo, qué escapó al alcance de la razón. Aunque estas preguntas son afortunadas, el campo de búsqueda se centra con facilidad de manera externa a los individuos, omitiendo la agencia moral en los fenómenos sociales. Esto quiere decir que con facilidad encontramos análisis donde se determinan las fallas sistémicas que permitieron la existencia del problema, evaluando la sociedad como un conjunto de factores determinados por patrones de datos empíricos o con arreglo a funciones teóricas preestablecidas: lo que falla son estructuras o actores despersonalizados. ¿Quién es culpable? Seguramente yo no, sino aquellos que no reciclan o el sistema financiero contemporáneo o las desigualdades socioeconómicas. Todos factores externos que determinan la acción del individuo ante los cuales éste es paciente.

Es como si el mundo de lo social fuese externo e inalcanzable para el individuo. Sin embargo, la estructura que los factores externos imponen sobre el individuo constituye la mitad de los estudios sobre la sociedad. La mitad faltante permite tomar a los individuos desde su papel dentro de los procesos sociales; ésta no se centra en cómo lo externo cohíbe al individuo, sino en cómo éste se integra a la generalidad, reviviendo la preocupación moral de la acción social.

Abro una discusión que excede de la determinación racional: causal, de factores sociales sobre el desarrollo y los problemas sociales. Discusión que ingresa al debate términos de los estudios sobre la ética y la filosofía. En este sentido, quiero plantear complementariedad entre el compromiso ético de los individuos con la sociedad y los desarrollos técnicos que nos permiten asegurar certidumbre en el camino que recorremos hacia el desarrollo. Una vía para subsanar la brecha entre los individuos y los fenómenos sociales.

Retomemos la pregunta inicial ¿cómo organizamos o diseñamos una senda de desarrollo sostenible? Ahora dos vías se complementan para darle solidez a la respuesta. Los estudios técnicos diagnostican y ofrecen vías de solución a problemas sociales y la ciudadanía, desde la individualidad de sus miembros, debería desarrollar una conciencia moral de la fenomenología social, hacer surgir un sentido de cívica ciudadana donde el sujeto comparta con las estructuras que lo cobijan la responsabilidad del devenir de la sociedad.

En forma de conclusión, el llamado que levanto es para que a la par que se desarrollan las discusiones técnicas y teóricas que tratan de comprender y arreglar los grandes problemas de nuestra sociedad, como lo son los ODS o las diferentes columnas de este espacio de discusión, podamos levantar una conciencia del papel que como individuos interpretamos en la sociedad, una suerte responsabilidad moral por involucrarnos en el desarrollo y la sostenibilidad.

Saturday, August 1, 2015

Desarrollo económico en América Latina de acuerdo a René Hernández (CEPAL)


René A. Hernández de la CEPAL analiza las dinámicas y perspectivas del desarrollo económico de Latinoamérica. Este video fue grabado en el marco del curso P166 de la UNCTAD para América Latina y el Caribe.

Friday, May 29, 2015

Políticas de Desarrollo Productivo

Columna de opinión por: Catalina Tamayo Posada* (catalinatamayop1@gmail.com)
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo
Universidad EAFIT

El 2015 es un año de gran importancia tanto para la Organización de Naciones Unidas (ONU) como para cada uno de los países que la integra, pues supone el fin de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y el nacimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los retos cada vez son mayores debido a las dinámicas actuales: la gran interdependencia de los países, la volatilidad de los mercados financieros, la creciente brecha entre los más ricos y los más pobres, la aparición de nuevas enfermedades, entre otros. Los retos son más ambiciosos y los Estados están cada vez más comprometidos. Sin embargo, para poder alcanzar las metas propuestas se necesitan recursos y éstos dependen directamente de la situación económica del país. De esta forma, a mayor crecimiento económico mayores posibilidades tienen los países de hacer inversiones y programas que satisfagan las metas propuestas por la ONU.

Según Ricardo Hausmann (2015), la verdad acerca del crecimiento de los países se encuentra en la productividad. Los países son más ricos porque producen bienes diferentes con técnicas que no existían, por ende el secreto se encuentra en cambiar lo que se está haciendo y cómo se está haciendo. La tecnología, dice Hausmann, es generalmente entendida como nuevas herramientas. Sin embargo, en cierto punto, la tecnología necesita del know-how y del trabajo conjunto de personas que sepan hacer diferentes cosas que sean complementarias. Así, lo que importa no es tener una gran compañía sino una en la que cada trabajador tenga un know-how diferente. Se introduce entonces el término “complejidad económica”, que no es más que el conocimiento que se incorpora en los productos y como se puede ir pasando de un producto a otro por medio del valor agregado. Corea del Sur en 1962 empezó a desarrollar baterías, de ahí en adelante se fueron expandiendo a productos que utilizan baterías, y así sucesivamente (Hausmann, 2015). Corea es hoy uno de los países más importantes en el comercio y la economía mundial y su gran éxito se debe a las políticas del gobierno orientadas a apoyar un sector de la economía.

Los países de América Latina, en general, están experimentando desaceleración en sus tasas de crecimiento, lo que se ve reflejado en su producto interno bruto (PIB). A pesar de las muchas políticas que se implementan con el fin de reactivar las economías, son pocas las que de verdad logran impactar en el mediano y largo plazo. Es posible que las políticas que se han implementado no hayan estado orientadas a erradicar los problemas desde la raíz y únicamente estén aliviando situaciones muy superficiales. Además, los hacedores de política con frecuencia se ven tentados a utilizar modelos exitosos de otros países e implementarlos en su propio país. Esto no funciona toda vez que el ambiente socio-económico es muy diferente y varía entre países. Así pues, todas las políticas están gobernadas por las demandas de un tiempo específico, lugar y personas (Ostrom, 1999:5).

Las políticas de desarrollo productivo (PDP) tienen un rol muy importante en lo referente a la transformación económica y en el crecimiento sostenido. En América Latina, estas políticas activas están recobrando fuerzas luego de haber sido olvidadas por mucho tiempo debido a que muchas de ellas no funcionaron como se preveía. Sin embargo, mucho países hoy industrializados las han utilizado y éstas han dado excelentes resultados, como en el caso de Corea. Las PDP se basan en la fortaleza institucional, la cual debe ser capaz de implementar a cabalidad la política así como de resistirse a los intereses del sector privado (Stein et al, 2014).

Según el informe “¿Cómo repensar el desarrollo productivo?”, las políticas públicas deben estar orientadas a la existencia de fallas de mercado, de forma que la intervención genere un bienestar superior. La implementación no debe desviarse del diseño para garantizar la solución efectiva al problema identificado y además, el gobierno debe adoptar políticas que no excedan sus capacidades para que de esta forma se reduzca la probabilidad de fracaso. Tal como se afirmó anteriormente, la institucionalidad es un factor fundamental hasta el punto que “las políticas que funcionan en países con fuertes capacidad institucionales pueden resultar inefectivas o incluso perjudiciales en países que carezcan de ellas” (Stein et al, 2014).

Otro aspecto de vital importancia para la transformación productiva es la innovación, entendida como la “adaptación exitosa de tecnologías a las condiciones nacionales y su amplia difusión en empresas y sectores” (Stein et al, 2014). Mientras que países como Israel, Finlandia y Corea del Sur invierten más del 3,5% de su PIB en investigación y desarrollo (I+D), los países de América Latina, en promedio, invierten menos del 1% (Stein et al, 2014). Por tanto, es necesario un aumento de la inversión en I+D con el fin de converger con los más desarrollados por medio del aumento en la sofisticación de las exportaciones, el cual es medido por el índice de complejidad de Hausmann.

El objetivo número 9 de los ODS tiene como fin “Desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación” (ONU, 2015). De esta manera, las políticas podrían estar orientadas a promover la innovación, la cual es útil en cualquier ámbito, y no solo en el desarrollo industrial.

Referencias

Wednesday, May 27, 2015

La IED en América Latina y el Caribe: un reto más en la Agenda de Desarrollo Post-2015

Por: Carolina Herrera Cano
*Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo

El día de hoy (27/05/2015)  fue presentado el informe “La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe” por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en Chile. Este documento recopila las cifras de inversión extranjera directa (IED) de la región y evalúa la manera en la que estos han evolucionado durante los últimos años.

La CEPAL señala que hubo una disminución de los flujos de capital extranjero recibidos en América Latina y el Caribe equivalente a un 16%. Las causas que se le atribuyen a este fenómeno incluyen la disminución de los precios de las materias primas, recursos de los cuales dependen muchas de las economías de la región, y la desaceleración económica de la región. El panorama en este sentido sigue siendo desalentador puesto que las predicciones para 2015 afirman que habrá una disminución de en la IED de 10% y el crecimiento económico regional será cercano al 1%.

A pesar de las dificultades que supone realizar IED en contextos económicos como el actual, estos flujos se mantienen, en cierta medida, gracias a las políticas y regulaciones de los países receptores que ven en la entrada de capital extranjero una oportunidad para generar desarrollo gracias a la generación de empleo y a la transferencia tecnológica, mayoritariamente. Actualmente, los países que más contribuyen con IED en la región son: Países Bajos (20%), Estados Unidos (17%) y España, que casi ha cuadriplicado su participación (10%).

Sin embargo, y como la misma CEPAL lo ha reconocido, resulta complicado no sólo medir los verdaderos beneficios de la IED, sino también generar estos beneficios en ciertos sectores. En este aspecto, la CEPAL acepta que aquellos países en los que la naturaleza de la IED está más estrechamente relacionada con la explotación de recursos naturales (como Ecuador, Bolivia y Colombia), es necesario generar políticas de regulación que disminuyan los efectos ambientales (y sociales) de estas actividades económicas. Esto, debido a la importancia de estos flujos para las economías, y a que pretender la completa restricción de IED en los sectores primarios resultaría incluso más perjudicial.

Por esta razón y por los retos que trae consigo el Post-2015 en términos de desarrollo, la invitación que realiza la CEPAL es a atraer inversiones adicionales en proyectos que contribuyan al alcance de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la región y a la generación de sinergias entre actividades económicas privadas y políticas públicas. Así, el contexto económico actual no sólo invita a reflexionar sobre el papel de la IED en las economías regionales, sino que se ve como una oportunidad buscar beneficios en términos de desarrollo para la región en la Agenda Post-2015.

Referencia


CEPAL. (2015). La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe. Disponible [en línea]: http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/38214/S1500146_es.pdf?sequence=1

Wednesday, April 1, 2015

Innovación y adaptación, las claves para que Colombia participe en la economía global del conocimiento a través del comercio electrónico

Juan Carlos Diaz Vasquez
Por: Juan Carlos Díaz Vásquez
Docente de Negocios Internacionales, Universidad EAFIT



En Marzo 2015, fue lanzado el Reporte 2015 sobre la Economía de la Información elaborado por la Conferencia para el Comercio y el Desarrollo de las Naciones Unidas UNCTAD. Como subtítulo del reporte se puede leer: “La liberación del potencial del comercio electrónico para los países en vías de desarrollo”. Este reporte de 136 páginas está estructurado de manera que los datos allí presentados muestran las grandes posibilidades que la era digital puede ofrecer a países como el nuestro en vías de desarrollo pero al mismo tiempo es un panorama de facto sobre las medidas necesarias para que todo este potencial sea realmente aprovechado a través de la innovación y el surgimiento de nuevos modelos de negocios apoyados en medios electrónicos.

Considerando la gran cantidad de datos, la cobertura global del informe, así como la descripción de las modalidades más usadas dentro del espectro del comercio electrónico surge una gran variedad de aspectos para cubrir y analizar. Sin embargo, desde la perspectiva de una economía en desarrollo como la colombiana, en el contexto regional que la determina y con las características propias y algunas compartidas con otros países de la región en cuanto al desarrollo industrial valdría la pena resaltar un par de consideraciones que nos llevan a pensar en todo el potencial que tenemos y las adaptaciones que estas nuevas oportunidades representan en una economía global.

Perspectivas nacionales y regionales en el desarrollo del comercio electrónico.


El crecimiento de los negocios y las transacciones a través de medios electrónicos en todo el mundo se ve reflejado, entre otros, en el volumen de ganancias reportadas. De acuerdo con el informe de la UNCTAD las transacciones electrónicas entre empresas (B2B) alcanzaron aproximadamente 15 trillones de dólares en el 2013. Mientras que las transacciones entre empresas y consumidores (B2C) alcanzaron el monto de un trillón de dólares en el mismo año. Siendo China, EEUU, Japón, Alemania y el Reino Unido las economías más grandes en estas modalidades para el año señalado.

La región latinoamericana y del caribe alcanza el 4 % del total global en cuanto a las transacciones entre empresas y consumidores (B2C). Brasil, México y Argentina se destacan en cuanto al número de compradores en línea y el volumen de transacciones. De igual forma, destaca el informe la tendencia de los consumidores latinoamericanos a preferir otros portales de mayor cobertura internacional. Lo que indica que todavía hay mucho potencial de compra en las clases emergentes latinoamericanas que puede ser aprovechado de mejor manera si se avanza en tres grandes puntos primordiales para fomentar el comercio electrónico:
  • · la diversificación de las modalidades de pago para los consumidores en línea; 
  • · la logística de entrega de mercancías compradas en portales web; 
  • · la seguridad de los datos suministrados por los consumidores para realizar las compras en línea.

Colombia tiene todavía mucho potencial por explotar en el escenario del comercio electrónico. En primera medida porque estos aspectos deben ser trabajados de manera conjunta entre el gobierno, el sector privado y las organizaciones sociales que velan por los derechos de los consumidores. Mucho al respecto se viene haciendo en nuestro país y se hace necesario destacar la iniciativa del gobierno nacional desde el 2011 con la apertura del portal Colombia Compra Eficiente dando un paso muy importante en el tema de las transacciones electrónicas entre el gobierno y las empresas (G2B) y contribuyendo así a la transparencia en las actividades de compra y contratación por parte del gobierno. Por otra parte las alianzas entre el sector público y privado han venido generando un clima propicio para la innovación y la creación de modelos de negocios que se apoyan en nuevas tecnologías y que utilizan las existentes en maneras creativas. Importante mencionar el trabajo de Ruta N como esfuerzo conjunto entre la Alcaldía de Medellín, UNE y EPM y de igual forma el reciente pacto por la innovación, MedellINovation que busca impulsar el desarrollo y la innovación de las empresas por medio de la conformación de ecosistemas empresariales en torno a la innovación.

La estructuración, creación y seguridad de datos


Junto a las consideraciones sobre el valor económico que representa el comercio electrónico alrededor del mundo el informe hace énfasis en la manera cómo se viene desarrollando desde la perspectiva de los mercados domésticos versus los mercados internacionales. Los mayores movimientos en la economía de la información se llevan a cabo en los mercados domésticos de países desarrollados como Canadá, EEUU, Japón, así como en los países emergentes como la República de Corea. Mercados como el de la India e Indonesia si están mucho más equilibrados en cuanto al porcentaje de movimientos domésticos y hacia otros países. Después de todo el outsourcing ha sido la constante de crecimiento de estas economías durante la última década.

A partir del comportamiento del comercio electrónico tendiente a satisfacer el mercado doméstico se pueden inferir algunos puntos importantes para la proyección colombiana en este importante sector de la economía mundial:

  • · La manera de diseñar, estructurar y mantener los recursos de datos electrónicos como: catálogos, descripciones de productos, bases de datos terminológicas, tesauros, ontologías y clasificaciones de todo tipo debe tener en cuenta la posibilidad de comunicarse con otros recursos de la misma naturaleza en diferentes partes del mundo. En otras palabras, debemos crear y mantener recursos de contenido que sean interoperables entre sí para asegurar el encadenamiento en una economía de escala global. 
  • · El seguimiento y aplicación de Normas Internacionales para la creación de este tipo de recursos es una gran ventaja que asegura dicha inter-operabilidad. 
  • · La creación de recursos de datos electrónicos multilingües para el comercio y la industria son igualmente una llave maestra para el acceso a mercados internacionales.
  • · Reforzar las normas y leyes en cuanto a la protección de los datos privados de los consumidores es otro de los grandes retos que todavía impide el acercamiento de muchos posibles compradores a los medios electrónicos. 

Finalmente, la última consideración tiene que ver con el valor agregado que las empresas e ideas de negocios alrededor de la Red tienen en común y es la participación en la economía del conocimiento. Si bien el informe de la UNCTAD habla de la economía de la información, esta antecede a la economía del conocimiento donde no sólo se hace uso de las TIC’s sino que además se agrega el factor del conocimiento especializado como valor agregado a la oferta de servicios y bienes con mayor incidencia en la vida actual de las sociedades. A esto debemos apuntar como colombianos para que nuestra economía deje de depender necesariamente de las materias primas y nos proyectemos de manera decidida al futro del desarrollo económico y social en el que el mundo está avanzando.

  




Monday, February 23, 2015

De los ODM a los ODS: Una mirada desde del institucionalismo cognitivo


Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo, Universidad EAFIT


Si se mira desde la perspectiva de los estudios de políticas públicas al proceso de renovación de los objetivos de desarrollo a nivel mundial, en el seno de la Organización de las Naciones Unidas, se puede llegar a aliviar actitudes pesimistas hacia el proceso de diseño de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). El surgimiento de los objetivos de desarrollo Post 2015, o como son conocidos ahora, Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), no sólo se ve justificado por los cambios que el tiempo ha dejado en la sociedad, sino también, por las dificultades que se han presentado en el cumplimiento de los ODM. Si recordamos a Adolfo Eslava (2011), la base de todo pensamiento sobre políticas públicas es la abstracción al ciclo en el que estas tienen lugar donde, grosso modo, pueden comprenderse tres fases: antes, durante y después.



  • Antes, corresponde al momento en el que un problema sale a la esfera pública, lo que quiere decir: el reconocimiento y aceptación medianamente generalizado de un asunto como problemático para una comunidad o sociedad determinada. También, esta etapa incluye la discusión pública que se genera en torno a aquello que se ha identificado como problemático hasta el punto de la formulación de una solución: política pública.
  •  El durante corresponde al proceso de implementación de la política pública, en el cual se toman todas las acciones necesarias y convenientes para poder llevar a cabo la ruta de acción anteriormente determinada. Es importante tener en cuenta que el proceso de práctica cambia el diseño al que se ciñe debido a los problemas contextuales que, naturalmente, la afectan.
  • Finalmente, el después, permite el desarrollo de actividades evaluativas y de retroalimientación que facilitan el entendimiento del proceso entero y la toma de decisiones para la continuación del curso de la política pública.


No obstante, como de la mano de Roth, Eslava (2011) sugiere, el análisis y el mundo de las políticas públicas no se ven limitados por este esquema. Inclusive, el esquema mismo, no muestra un final. Sobre esto, es más esclarecedor Charles E. Lindblom (1991), al mostrar el complejo juego de intereses sociales que está detrás de la formulación de una política pública, brindando una riqueza sociológica al marco teórico del ciclo. Así, puede dejar de pensarse en una lógica vertical de las políticas, donde, ante unos determinados problemas sociales, hay un estructurado cuerpo administrativo dispuesto a resolverlos.

Si nos devolvemos al ciclo de las políticas públicas en la lógica de Lindblom, el surgimiento de los problemas es ampliamente público, pues hay una gran cantidad de ellos concursando por penetrar los espacios de discusión válidos (acotándonos a un sistema democrático) e, inclusive cuando lo logran, combatiendo entre ellos para encontrar una solución. Una solución que a su vez estará diseñada para responder a unos intereses que en el momento triunfaron en el proceso democrático. En este sentido, es entendible que las políticas implementadas no logren responder a todos los problemas que una sociedad tiene y no solamente a aquellos que son validados por el debido proceso.

De esta manera, se puede comprender cómo el camino escogido por la ONU con los ODM trató de responder, a los problemas formulados de una manera eficiente en un curso de acción limitado por unos intereses contextualizados. En este sentido, a pesar de posibles posturas pesimistas respecto al cumplimiento de los objetivos, puede decirse que el proceso de su construcción estuvo acorde a la discusión pública. Más aún, entre los ODM y los ODS no puede interpretarse un quiebre, sino una renovación a la luz de la retroalimentación, presupuestada en el ciclo de cualquier política pública.
A pesar del entendimiento del flujo normal de políticas públicas, no se puede caer en la satisfacción de pensar que los objetivos no obtenidos se lograrán por inercia en la continuación de este proceso. Adquiere especial importancia que la retroalimentación se haga de una manera consciente e inquisitiva, tratando de entender qué pudo generar desfases en la planeación o desvíos en la implementación. En esta línea argumental, este capítulo se centrará en la perspectiva teórica que, desde el institucionalismo cognitivo de Constantinos Mantzavinos (2004) se plantea.

Para facilitar el paso de la discusión hacia la propuesta meta-teórica de Mantzavinos (2004), es útil deshacerse de la analogía con la que inició este texto. Si bien, para facilitar la comprensión del proceso en el que un cuerpo político y jurídico genera soluciones, se implicó que las acciones de la ONU pueden interpretarse como políticas públicas, hay límites teóricos entre el mundo internacional y los Estados. El punto de unión es brindado por la teoría del economista griego al brindar un contexto de solución a problemas. De esta manera, se solucionan las dificultades que temas como la exigibilidad o la legitimidad representan para que los cuerpos internacionales produzcan piezas normativas como las políticas públicas de una nación. Desde la perspectiva de este autor, se desmonta del marco jurídico estatal a las respuestas que los cuerpos jurídicos y político dan a problemas sociales dejándolas como soluciones, que en caso de ser exitosas y difundidas se convierten instituciones.

Referencias

Eslava, A. (2011). El juego de las políticas públicas: reglas y decisiones sociales. Medellín: Fondo Editorial Universidad EAFIT.

Lindblom, C. E. (1991). El proceso de elaboración de políticas públicas. México D. F.: Purrúa.

Mantzavinos, C. (2004). Individuals, institutions, and markets. Cambridge University Press.