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Tuesday, September 30, 2014

La sostenibilidad ambiental en la Agenda de Desarrollo Post-2015

Andrés Ordoñez 
Artículo de Opinión por: Alejandro Botero Uribe* y Andrés Ordoñez Buitrago*
Estudiantes de Derecho, Universidad EAFIT, Colombia

Alejandro Botero
El Grupo de Alto Nivel de Personas Eminentes sobre la Agenda de Desarrollo Post-2015 en su Informe publicado a principios de 2013, reconocieron que el cambio climático, así como los patrones de consumo y producción sostenibles, son cuestiones transversales a la Agenda de Desarrollo Post-2015, la cual, adicionalmente, ha sido caracterizada como una Agenda de Desarrollo Sostenible. Por lo anterior, algunos aspectos medioambientales se encuentran expresamente consagrados en los Objetivos Ilustrativos 7 (Obtener energía sostenible), 8 (Crear empleos, medios de subsistencia sostenibles y crecimiento equitativo) y 9 (Gestionar los recursos naturales de manera sostenible). De igual forma en el Objetivo 12 (Crear un entorno global propicio y catalizar los recursos financieros a largo plazo), una de las metas planteadas es “contener el aumento en el promedio de temperatura global en menos de 2 ⁰C por encima de los niveles preindustriales, en consonancia con los acuerdos internacionales”. La inclusión de metas medioambientales en un Objetivo dedicado –en términos generales– a la inversión, refuerza el vínculo que hay entre inversión, desarrollo empresarial y medio ambiente, de tal manera que no se puede concebir como deseable la inversión que se realice a costa del deterioro medioambiental.

En este sentido, hay numerosas iniciativas a nivel internacional relativas a la reducción del calentamiento global y de la afectación del medio ambiente. Como instrumento internacional jurídicamente vinculante, el rol protagónico lo ocupa la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático dentro de la cual se han logrado compromisos como el Protocolo de Kyoto (1997), el Plan de Acción de Bali (2007), el Acuerdo de Copenhague (2009), los Acuerdos de Cancún (2010) y la Plataforma de Durban para una acción reforzada (2012). Sin embargo, es evidente hoy en día que sólo los Estados no pueden lograr una acción efectiva contra el cambio climático, y es por esto que cobran importancia iniciativas como la inclusión de la meta de reducción del calentamiento global en el Objetivo 12, pues se reconoce el rol que pueden –y deben jugar– los actores privados en este tema.

Sobre este particular, por ejemplo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desarrolla dos programas (Empleos Verdes y Empresa Sostenible) por medio de los cuales promueve la creación de empleos y el desarrollo empresarial, con la “ecologización” de procesos y actividades empresariales, así como la producción de bienes y servicios ecológicos, reconociendo que estos puestos de trabajo sostenibles y responsables, promueven a la vez un “incremento de la productividad y la mejora de las condiciones de trabajo, las buenas relaciones laborales, y las buenas prácticas medioambientales”[1].

En este sentido, si bien los Estados no son los únicos agentes involucrados en la reducción del cambio climático, su rol dentro de esta problemática es esencial. Se muestra entonces necesario incluir instrumentos de evaluación del impacto climático dentro de la aceptación de inversores extranjeros en territorios nacionales, es decir, traer a un primer plano, por medio de instrumentos jurídicos de rango internacional, el tema ambiental en el derecho internacional de las inversiones. Si bien la protección del medio ambiente ha sido incluida dentro de numerosos instrumentos jurídicos nacionales e internacionales, en esta propuesta se trata de hacer evidente lo que se viene aplicando años atrás (leyes contra la contaminación, responsabilidad de grupos de empresas por accidentes medioambientales, sanciones a los estados por la cantidad de emisiones nocivas para el medio ambiente, entre otras) de manera generalizada. En últimas se pretendería dar un carácter particular a aquellas regulaciones protectoras del medio ambiente, de forma tal que se ponga límite a los inversionistas como grupo de agentes contaminantes, sin que se trate de ponerlos en cintura sino de poner la protección del cambio climático por encima o al mismo nivel de los instrumentos de protección estatal propios de la Organización Mundial del Comercio.




[1] Factsheet “Un entorno propicio para las empresas sostenibles. El enfoque de la OIT para la creación de un entorno propicio - empresas sostenibles”, Julio de 2012

Thursday, February 20, 2014

Desarrollo de los países menos desarrollados basado en crecimiento incluyente, desarrollo sostenible y reducción de la pobreza

Artículo de opinión de: Marcela Marin Mira* mmarin@eafit.edu.co
Estudiante de Negocios Internacionales, Universidad EAFIT


En las últimas décadas se ha percibido un rápido crecimiento en el desarrollo económico, pero este factor deja de ser alentador cuando hablamos de los países menos desarrollados (LDCs –Less Developed Countries-, por sus siglas en inglés), pues en este caso el proceso se ha dado de forma moderada, sin que sea posible percibir grandes cambios en infraestructura, ingresos, tecnología, reducción de pobreza, entre muchos otros factores que han quedado relegados.

Los acontecimientos coyunturales en el panorama global, en especial aquellos vividos por los países con economías menos desarrolladas, desafían los gobiernos a buscar políticas que sean aplicables en diferentes sectores, pero que sean incluyentes entre sí. Por ejemplo, ubicar la población que pasa a ser laboralmente activa, cada año, en labores que sigan las políticas de productividad del país lo cual lo tiene como fin el logro de un crecimiento económico sostenible. Los países en desarrollo podrían tener como meta mejorar la distribución del ingreso dando fuerza al área rural.

Según la UNCTAD (2013), los LDCs, la falta de políticas incluyentes ha sido una de las causas principales para que el crecimiento económico no sea tan próspero como el de los países que cuentan con economías más tecnificadas, lo que les genera mayor dificultad la implementación de estrategias para disminuir los índices de pobreza, la brecha de la desigualdad social, la no adecuada remuneración en los empleos; volviendo así el trabajo desde la crisis económica y financiera del 2008, un punto de tensión político-social y a la vez un factor clave en los programas políticos para buscar el desarrollo.

Frente a este escenario la UNCTAD (2013) propone que un modelo de desarrollo sostenible para los LDCs, adaptable a cada país, debe tener en cuenta tres elementos principales como base, los cuales son incluyentes entre sí; estos elementos serían entonces: el aumento de inversión (en infraestructura, investigación y capacitación de las personas) para que se mejoren las condiciones de los empleos, que serían el segundo factor y se garantice así el crecimiento económico.

Es importante anotar que es el gobierno quien debe liderar el proceso comenzando con la aplicación de políticas que favorezcan el apalancamiento económico empresarial, la formalización de empresas y la cooperación (por medio de trabajo en equipo y clustering) buscando dinamizar la economía, para que el sector privado se vaya incluyendo paulatinamente en la lucha de estos países por conseguir un desarrollo sostenible. La inclusión del sector privado en esta labor se verá reflejada en la necesidad de innovación en los diferentes productos y servicios de las empresas, dada la necesidad de garantizar una rentabilidad y permanencia en el mercado. La educación también juega un papel central en este marco para poder crear un estrecho vínculo entre la academia y los negocios, donde las personas que se formen en las instituciones salgan con las habilidades de participar en el aumento de la capacidad productiva del país.

El reporte del 2013 que presenta la UNCTAD sobre los LDCs, donde se estudian cada uno de los puntos mencionados anteriormente a detalle, no pretende dar una única solución para estas economías, pues se reconoce en ellas grandes diferencias, tanto geográficas como estructurales, lo que hace evidente la necesidad de que cada país concentre sus esfuerzos en estudiar sus propias particularidades con el objetivo de decidir de forma individual la mejor manera de manejar sus políticas, sin que haya sólo una preocupación por la generación de empleo, sino también por una transformación interna que cuente con la debida modernización de los diferentes procesos de las actividades económicas, y genere mayor productividad para el país.

Referencias:


UNCTAD (2013) The Least Developed Economies Report 2013. Naciones Unidas: Ginebra, Suiza. Disponible en linea en: http://unctad.org/en/PublicationsLibrary/ldc2013_en.pdf

Monday, September 30, 2013

Global Trade as a lever for growth and employment

Opinion article by: Nathalia Rios Ballesteros* (nriosba@eafit.edu.co)
Economics student at Universidad EAFIT, Colombia



According to the European Commission (2010) in the past few years, global trade has expanded rapidly. From the late 1990s until now, the value of world merchandise trade grew by 73%. This growth has been mainly driven by growth in incomes and demand, falling in transport and communication costs, significant increases in foreign direct investment (FDI) in emerging market economies, improvements in efficient economic policies along with the implementation of trade policies and reductions in tariff and non-tariff barriers without ignoring the increasing competitive pressures that drive the search and pace of innovation and the implementation of costcutting, outsourcing and economies of scale in many industries.
In this context, although it is difficult to make general statements about the impact of trade opening and its growth per se; trade should not be considered in isolation from national, international and global realities. In this sense, one can establish that “trade growth is not pursued for its own sake”[1]; it brings along a triple major benefit for the ongoing country: more economic growth; greater consumer welfare translated into higher incomes and lower prices of goods and increased in employment conditions – greater and better-paid jobs-.
As a matter of fact, U.S is the world's largest economy and the largest exporter and importer of goods and services nowadays, which implies an active and relevant role of trade as an important engine for its economic growth and employment market -considering that more than 30 percent of U.S. GDP is tied to international trade and investment, and more than one in five U.S. jobs are supported by trade according to the Trade Benefits America Coalition (2013)-. This is the reason why U.S. engagement in the international marketplace today, is more important to this nation’s economy than ever before, exhibiting and showing the key role that trade plays in the economic current situation of countries worldwide.
Moreover, trade openness stands as an important lever that lift developing countries out of poverty allowing them to reap and reproduce the benefits of globalization into their own economies, taking into account the strong increase in the share of this economies in the international trade flow . This rapid economic rise and increasing involvement in global trade of these emerging market economies -especially major performers such as the BRIC members- has made enormous contributions to growth, development and prosperity within these economies. As part of a comprehensive set of policies and internal circumstances, it has helped to lift millions out of poverty and spread the benefits of higher living standards through lower living costs. It has brought nations closer together, fostering mutual understanding and promoting world peace while equipping the involved countries with the necessary tools to meet the challenges carried along with the hazard of this economic activity; challenges towards jobless growth management, high unemployment, poverty, unequal distribution and allocation of resources, environment and sustainable development, and the role of trade routes as well as investment decisions in this context.
For all the above, and considering today’s climate of “weak economic recovery, high unemployment and pressure on public finances”[2], one of the effective solutions that governments might adopt to boost growth and employment could be to foster global trade thus keeping global markets open; which provides two important implications; a result and a challenge for the involved country. The result: better economic performance -trade and market openness becomes a more prevailing tool for generating better quality jobs and boosting the much-needed growth-; the challenge: to construct coherent national and international policy frameworks that seek and drive towards inclusive growth of trade among countries because “it is their design, not their absence, that makes the difference”[3].

References


European Commission. (2010). Trade as a driver of prosperity. Recuperado el 20 de 09 de 2013, de http://trade.ec.europa.eu/doclib/docs/2010/november/tradoc_146940.pdf

OECD Trade and Agriculture Directorate (TAD). (Mayo de 2012). Better policies for better lives. Recuperado el 17 de Septiembre de 2013, de http://www.oecd.org/tad/tradedev/50447052.pdf

Trade benefits America Coalition. (2013). Trade benefits America|. Recuperado el 20 de 09 de 2013, de http://tradebenefitsamerica.org/contact

World Trade Organization (WTO). (2013). The Future of Trade: The Challenges of Convergence. Report of the Panel on Defining the Future of Trade.




[1] European Commission (2010)
[2] (OECD Trade and Agriculture Directorate (TAD), 2012)
[3] (World Trade Organization (WTO), 2013)