Tuesday, April 4, 2017

¿Acaso es medible la felicidad?

Artículo de opinión por: 
Juan Esteban Rivera Salazar*
Estudiante de Negocios Internacionales, Universidad EAFIT, Colombia

La felicidad ha sido considerada un concepto complejo, definirla comprende el análisis de variables que puedan afectar los comportamientos del homo sapiens y su relación con el entorno; sin embargo, diversos campos de estudio han tratado de encontrar una definición que proyecte un acercamiento a lo que en realidad es.
Segura, M. D., y Ramos, (2009) concluyen en su trabajo La psicología de la felicidad, que “la felicidad no es un estado transitorio como lo puede ser el placer o la alegría, sino que mantiene una estabilidad temporal” y que es posible “relacionarla con la satisfacción experimentada por la congruencia entre nuestros valores personales y capacidad para poder llevarlos a cabo”. En otras palabras, la felicidad es el resultado de la percepción de autorrealización del ser humano independientemente de lo obtenido o los resultados de su esfuerzo.
De acuerdo con Kant, la felicidad es un deber del ser humano, una responsabilidad que le permite ser consciente y libre de su salud, bienestar y comportamiento, de su situación particular y de su relación con los demás debido a su naturaleza y su necesidad inherente de afiliación (Barghomz, 2012). Es por ello que Rousseau, en su teoría de la voluntad general, define el bien común como la suma entre dos factores (Seguridad y desarrollo) que permiten el incremento del nivel y las expectativas de vida en una nación. Dicho bien común debe ser impuesto por el Estado en caso de oposición y conlleva a que la minoría sea “obligada a ser libre” (Piedrahita, 2017). Precisamente, el fin objetivo del Estado debe ser alcanzar y promocionar el bien común que genera una mejoría en la calidad de vida. Debido a lo anterior, se incrementaría la población activa dispuesta a ser parte del ciclo económico formal que a su vez produciría mejoras en el posicionamiento de la ventaja competitiva nacional en el mercado global, donde ya no solamente participan Estados sino entidades privadas. Por ende, la felicidad será una combinación de factores que faciliten la maximización del bienestar individual y como consecuencia, del colectivo. Es así como explica el resumen del World Happiness Report en el año 2015 que “el bienestar depende en gran medida del comportamiento pro-social de los miembros de la sociedad. Pro-sociabilidad involucra a individuos que toman decisiones para el bien común (…)” (SDSN, 2017).
Aún con el reto de encontrar un método viable para medir la felicidad, el World Happiness Report “elaborado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (Sustentable Development Solutions Network - SDSN) de las Naciones Unidas, es el intento más reciente para realizar una comparación global del bienestar a partir de un conjunto de variables y estadísticas mensurables y comparables” (Stemmer, 2015). Entre las anteriores se destacan el PIB per cápita, los años de esperanza de vida saludable, el apoyo social, la confianza, la libertad percibida para tomar decisiones de vida, y la generosidad; factores que a largo plazo influyen en la forma en que una nación percibe su capacidad para escalar en el sistema social y progresar.
Con base a ello, los inversionistas pueden fácilmente encontrar mercados atractivos para ofertar, generar valor agregado a los bienes que producen o reducir costos. Ejemplos de ello serían que con un PIB per cápita elevado, los consumidores tendrían más posibilidades para acceder a las ofertas disponibles en el mercado o que los inversionistas encuentren una fuerza laboral consolidada para suscitar economías de escala.
La inversión extranjera puede verse afectada. Un índice que recoge la disposición general de la población que impulsa de la prosperidad nacional y que inherentemente, relaciona la gestión pública por las políticas desarrolladas en pro del capital social, es de interés para las compañías multinacionales que en su papel de ser sostenibles y apostarle a la responsabilidad social, buscan un entorno conveniente que les permita seguir consolidando sus operaciones a nivel internacional. Es por lo previamente mencionado, que los gobiernos deben promocionar políticas públicas que por objetivo, generen satisfacción personal y promuevan un óptimo rendimiento del conjunto colectivo.
La felicidad es ciertamente un concepto ambiguo, las opiniones surgen y las maneras de definir tal concepto cambian por la perspectiva moral, religiosa, cultural o incluso científica. Sin embargo, algo se puede afirmar, estudios presentados respaldan la aseveración de que la juventud presenta índices de felicidad más altos debido al respaldo económico recibido por los padres, el tiempo para el ocio y la recreación y la consolidación de la aceptación en el círculo social. Las responsabilidades aumentan con la edad y ser adulto implica aceptar otras responsabilidades como la carga laboral o la solvencia económica de sí mismo y del núcleo familiar (si se presenta dicha condición), aspectos que acarrean estrés, fatiga, desasosiego, entre otros (Gómez, , Suárez, Garzón & Gómez,  2016).
Aunque podría resultar inductivo concluir si una persona es feliz o no, lo cierto es que es posible realizar una medición mediante fórmula econométrica, un “modelo de elección discreta en donde la variable dependiente es dicotómica e indica si un individuo se siente satisfecho con su vida o no” (idem). Así es como el observatorio de la felicidad, herramienta que permite “efectuar el seguimiento de la felicidad en un grupo poblacional específico y en un lapso determinado” (Observatorio de Felicidad), ha logrado con información suministrada por la encuesta de Calidad de Vida de Medellín (ECVM) realizar un estudio pertinente que identifica los factores que generan satisfacción en la población.
No es tarea fácil dictaminar si un país es feliz o no, es una labor que toma tiempo de análisis; Sin embargo, se torna más sencilla cuando la nación de un país demuestra que es perseverante y con miras al desarrollo. Cada una enfrenta retos, pero reconocen el poder de la unidad, los problemas son obstáculos que en unanimidad se pueden superar y con talante, lograr bienestar.
Y ese bienestar se traducirá en felicidad.

Referencias