Tuesday, October 28, 2014

La buena gobernanza crea un entorno propicio para un desarrollo sostenible

Juan G. Pérez

Artículo de opinión por: Juan G. Pérez y Marcela Marin Mira
Analistas del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo, Universidad EAFIT

Comenzando por lo planteado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD – por sus siglas en inglés) (2008), la gobernabilidad, calificada por la eficacia de los procesos e interacciones del sector público, privado y civil para proporcionar resultados, se ha convertido en una parte esencial de desarrollo a nivel mundial. Si bien, las empresas consideraban el planeta un “bien libre e ilimitado” y explotaban sus recursos para incrementar su rentabilidad, sin consecuencia alguna, ahora sus acciones se ven sujetas a diversos cuestionamientos por parte de la comunidad internacional, lo que las ha llevado a una mejor gobernabilidad. Por ejemplo, el marco normativo que rige las inversiones de las entidades financieras globales obliga hoy a los negocios, que quieran contar con el apoyo de estas instituciones, a mitigar su insaciable deseo por el crecimiento económico que deja de lado su preocupación por el entorno.

Según lo menciona Adebola Adeyemi (2014) en su artículo sobre el rol de la Corporación Financiera Internacional (IFC – por sus siglas en inglés), los lineamientos seguidos por los entes financieros internacionales aseguran la difusión de prácticas sostenibles, incluso en aquellos países donde la infraestructura política, social y económica aún requiere de una fuerte transformación, como lo son los países en desarrollo.

Las instituciones financieras han pasado a jugar un rol muy importante en la promoción del desarrollo sostenible, pues su búsqueda de entornos favorables para sus inversiones ha movilizado a empresas, tanto nacionales como internacionales, hacia la implementación de prácticas más amigables con el medio (entiéndase éste como medio económico, social o ambiental).

En este sentido, podemos destacar la propuesta de Steve Waygood (2014), líder del equipo de Inversiones Globales Responsables de Aviva, que en uno de sus recientes reportes, sugiere un camino a seguir para lograr uno de los objetivos de la Agenda Post 2015 de las Naciones Unidas: Mercados de Capitales Sostenibles. Que los intereses del mercado financiero y de la sociedad converjan, siempre ha sido una prioridad de quienes formulan políticas, pero a pesar de la importancia que tienen los mercados de capitales en el logro de un desarrollo sostenible, estos no se han destacado por incentivar el uso de buenas prácticas entre sus partes. Razón que motiva al autor a trabajar en base a las siguientes aristas:

  • - Una economía sostenible que optimice la calidad de vida para todos.
  • - Consumo y producción sostenibles.
  • - Gobernabilidad e instituciones competentes.
Marcela Marin

Lo anterior conduce a Waygood a concluir que una transformación dirigida a una economía sostenible debería concentrarse en incentivar y sancionar a quienes hacen parte del mercado de capitales basándose en la sostenibilidad de su desempeño; y que la necesidad de una información de mercados más transparente y oportuna también es evidente; ya que es claro, que para el bienestar de la economía, la sociedad y el medio ambiente, quienes formulan las políticas deben integrar el interés por el desarrollo sostenible en los procesos relacionados al mercado de capitales.

Si se habla de la gobernabilidad como proceso por el cual instituciones logran resultados, se plantean entonces las siguientes ideas, que pueden ser incorporadas en esos procesos para que los resultados arrojados conlleven a un desarrollo sostenible que vaya de la mano de inversiones financieras responsables.

Partamos entonces por relacionar la confianza, la transparencia y las buenas prácticas a nivel de Alianzas Público Privadas, en la base de la pirámide de los países en desarrollo, o sea, los gobiernos locales y regionales, las pymes y el individuo. Si estas tres partes unen sus fuerzas y se incrementan las buenas prácticas, será más fácil generar cambios en marcos regulatorios a nivel nacional e internacional.

La confianza en el mercado y en la sociedad atrae mayor inversión, en otras palabras, si a la sociedad le va bien, a los inversionistas les va bien. Aun así, es importante aclarar que para lograr esto, las empresas necesitan adaptarse a las necesidades de su entorno, pensando en su impacto, no sólo en términos de rentabilidad sino también de sostenibilidad a largo plazo; dejando atrás la idea actual de crecimiento desmedido a corto plazo.

Para alcanzar este objetivo se debería re concebir los productos y mercados; y re pensar la productividad en las cadenas de valor por medio de la utilización de recursos, proveedores y empleados de forma más eficiente, promoviendo el desarrollo local a través del mejoramiento del entorno en el que se mueve el negocio. Es aquí entonces, donde las Alianzas Público Privadas juegan un papel fundamental, pues si la empresa está comprometida con el desarrollo de su entorno, entonces los gobiernos locales necesitarán estar abiertos y ser transparentes ante estos cambios, teniendo en cuenta las necesidades de las personas en la formulación de políticas.

La adaptación al uso de buenas prácticas en gobiernos locales implica ofrecer productos y servicios de forma eficiente y efectiva, por medio de un control transparente de los flujos de capital, para que estos no terminen en los bolsillos de las personas que supuestamente proveen estos servicios; lo que se puede prevenir incrementando el pago de servidores públicos.

Los individuos también juegan un papel importante, pues ellos son veedores de los procesos de las empresas y los gobiernos, y además, tienen el poder de decisión al momento de consumir productos y servicios, como también de elegir políticos transparentes con la voluntad de llevar a cabo las reformas necesarias.

Si hay buena gobernabilidad, los individuos confiarán más en sus empresas y en sus gobiernos, disminuyendo los riesgos de inversión, incentivando el consumo y creando un entorno propicio para un desarrollo sostenible

Referencias


Adeyemi, A. (2014). Changing the Face of Sustainable Development in Developing Countries: The Role of the International Finance Corporation. Environmental Law Review, 16(2), 91-106. doi:10.1350/enlr.2014.16.2.208

Allum, N., Patulny, R., Read, S., & Sturgis, P. (2010) “Re-Evaluating the Links between Social Trust, Institutional Trust and Civic Association” In J. Stillwell, P. Norman, C. Thomas and P. Surridge (eds.) Spatial and Social Disparities, Dordrecht, 199-215.

Arndt, C., & Oman, C. (2008). The Politics of Governance Ratings. Working Paper. Maastricht Graduate School of Governance. Obtain at https://d396qusza40orc.cloudfront.net/configuringworld/Week%205/Arndt%20and%20Oman%2C%20The%20Politics%20of%20Governance%20Ratings.pdf

OECD. (2008). El nuevo paradigma rural políticas y gobernanza: políticas y gobernanza. Estudios de política rural de la OCDE. OECD Publishing, 2008.

Porter, M., & Kramer, M. (2011). Creating Shared Value. Harvard Business Review, Obtain at http://unm2020.unm.edu/knowledgebase/university- leadership-and-governance/11-porter-creating-shared-value-ss- highlights.pdf

Waygood, S. (2014). A Roadmap for Sustainable Capital Markets: An Aviva White Paper. Aviva.




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