Por: Carolina Herrera-Cano (MIB)
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo
Universidad EAFIT, Colombia
La Unidad de Inteligencia (Intelligence Unit) de The Economist, que proporciona información sobre pronósticos y asesoramiento sobre los mercados, presentó el 28 de enero su pronóstico global para 2016 (The Global Outlook for 2016) a través de conferencia virtual desde Londres y Nueva York. En este reporte se exploran los riesgos globales y oportunidades que la economía mundial podría afrontar durante este año a través de una medición que involucra la probabilidad de los riesgos y la magnitud de su impacto, en caso de que sucedieran. De esta manera, la publicación inglesa llama la atención sobre cinco posibles escenarios (tres riesgos y dos oportunidades) que afectarían la agenda económica internacional y, de manera importante, a los países emergentes.
En primer lugar se encuentra la posible salida de Grecia de la eurozona en caso de no cumplir las condiciones del rescate económico o de no presentar las cifras de crecimiento necesarias para reducir la carga de su deuda. La probabilidad de este riesgo es alta y su impacto sería muy alto; de manera específica, esto afectaría directamente la economía europea y tendría grandes repercusiones para su escenario político; finalmente, podría generar contracciones en la economía global.
En segundo lugar, también con un riesgo alto y un impacto muy alto, la posibilidad de una segunda Guerra Fría debido a las crecientes tensiones por las acciones bélicas rusas, podrían traducirse no sólo sanciones para la economía rusa, sino mayores costos en la energía (especialmente para Europa) y gasto militar, que se traducirían en un crecimiento del déficit.
Un riesgo moderado, aunque de alto impacto, fue puesto en el tercer lugar. Se trata de la posible crisis de la deuda de las empresas de los países emergentes. El fortalecimiento del dólar y el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos (sumados a los actuales bajos precios de las materias primas) ponen en riesgo fiscal a estas economías, que durante los últimos años habían sido el principal motor del crecimiento económico mundial, pero que hoy han sido desplazadas por los países desarrollados (específicamente: Estados Unidos, Japón y Europa).
Para el caso de las oportunidades, The Economist, afirma que (con una probabilidad moderada y un posible alto impacto) la estabilización del precio del petróleo a 25 USD por barril, a pesar de los grandes retos que esto supondría para los países exportadores de crudo, podría representar una oportunidad para un mayor consumo en los países importadores y la dinamización los sectores no energéticos; esto podría generar que el PIB global tuviera un mayor crecimiento.
Por último (con una probabilidad moderada y un impacto bajo), el levantamiento de las sanciones a Irán implicaría su reingreso a la economía global y un impulso a la inversión gracias al consecuente crecimiento de su región.
Estos cinco escenarios que se plantean ponen de manifiesto la creciente interdependencia de las economías alrededor del mundo y podrían significar grandes cambios en las agendas económicas regionales. Los principales retos deberán ser afrontados por los países emergentes, quienes ya no serán el principal motor de la economía mundial, por lo que deberán replantear su papel dentro de las dinámicas globales.
Analista del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo
Universidad EAFIT, Colombia
La Unidad de Inteligencia (Intelligence Unit) de The Economist, que proporciona información sobre pronósticos y asesoramiento sobre los mercados, presentó el 28 de enero su pronóstico global para 2016 (The Global Outlook for 2016) a través de conferencia virtual desde Londres y Nueva York. En este reporte se exploran los riesgos globales y oportunidades que la economía mundial podría afrontar durante este año a través de una medición que involucra la probabilidad de los riesgos y la magnitud de su impacto, en caso de que sucedieran. De esta manera, la publicación inglesa llama la atención sobre cinco posibles escenarios (tres riesgos y dos oportunidades) que afectarían la agenda económica internacional y, de manera importante, a los países emergentes.
En primer lugar se encuentra la posible salida de Grecia de la eurozona en caso de no cumplir las condiciones del rescate económico o de no presentar las cifras de crecimiento necesarias para reducir la carga de su deuda. La probabilidad de este riesgo es alta y su impacto sería muy alto; de manera específica, esto afectaría directamente la economía europea y tendría grandes repercusiones para su escenario político; finalmente, podría generar contracciones en la economía global.
En segundo lugar, también con un riesgo alto y un impacto muy alto, la posibilidad de una segunda Guerra Fría debido a las crecientes tensiones por las acciones bélicas rusas, podrían traducirse no sólo sanciones para la economía rusa, sino mayores costos en la energía (especialmente para Europa) y gasto militar, que se traducirían en un crecimiento del déficit.
Un riesgo moderado, aunque de alto impacto, fue puesto en el tercer lugar. Se trata de la posible crisis de la deuda de las empresas de los países emergentes. El fortalecimiento del dólar y el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos (sumados a los actuales bajos precios de las materias primas) ponen en riesgo fiscal a estas economías, que durante los últimos años habían sido el principal motor del crecimiento económico mundial, pero que hoy han sido desplazadas por los países desarrollados (específicamente: Estados Unidos, Japón y Europa).
Para el caso de las oportunidades, The Economist, afirma que (con una probabilidad moderada y un posible alto impacto) la estabilización del precio del petróleo a 25 USD por barril, a pesar de los grandes retos que esto supondría para los países exportadores de crudo, podría representar una oportunidad para un mayor consumo en los países importadores y la dinamización los sectores no energéticos; esto podría generar que el PIB global tuviera un mayor crecimiento.
Por último (con una probabilidad moderada y un impacto bajo), el levantamiento de las sanciones a Irán implicaría su reingreso a la economía global y un impulso a la inversión gracias al consecuente crecimiento de su región.
Estos cinco escenarios que se plantean ponen de manifiesto la creciente interdependencia de las economías alrededor del mundo y podrían significar grandes cambios en las agendas económicas regionales. Los principales retos deberán ser afrontados por los países emergentes, quienes ya no serán el principal motor de la economía mundial, por lo que deberán replantear su papel dentro de las dinámicas globales.
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