Informe de la UNCTAD sobre las inversiones en el mundo 2015: “Reformando la gobernanza de la inversión internacional”
Por: Nathalia Rios Ballesteros*El pasado 29 de Septiembre 2015, se llevo a cabo el lanzamiento oficial para Colombia del Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2015, vía videoconferencia desde el Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra (Suiza) por parte de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Esta transmisión oficial, fue organizada por el Instituto Virtual de la UNCTAD en conjunto con el Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo de la Universidad EAFIT, y fue dirigida por Noelia García Nebra, oficial de Asuntos Económicos de la UNCTAD.
“Reformando la Gobernanza de la Inversión Internacional”, es el reporte número 25 de la serie y tiene como objetivo informar sobre los debates globales en el marco normativo de la política de inversión internacional transfronteriza.
Tal como lo estableció Noelia García, las tendencias mundiales de Inversión, en términos generales, siguieron una tendencia a la baja evidenciando una reducción del 16 por ciento en 2014. Esta caída, se debe principalmente a la fragilidad de la economía mundial, la incertidumbre política de los inversores y los elevados riesgos geopolíticos que estos enfrentan. No obstante, a pesar de la notoria decadencia que han experimentado estos flujos ¾los cuales cayeron a US 1.2 billones de dólares en 2014¾, el 2015 ha mostrado indicios de su recuperación y se espera que se sigan expandiendo de manera sostenida hasta el 2017. Sin embargo, una serie de riesgos económicos y políticos, incluyendo las incertidumbres que rodean a la zona euro, los posibles efectos multiplicadores de algunos conflictos internos, y las vulnerabilidades persistentes en las economías emergentes, pueden afectar considerablemente las proyecciones de la IED.
Para el caso de los países desarrollados, se evidenció una reducción del 28 por ciento en la recepción de este tipo de inversión, causada principalmente por la desinversión y las grandes oscilaciones en los préstamos entre compañías. Los flujos de salida de este tipo de inversión, por su parte, se mantuvieron estables en $823 mil millones de dólares en 2014.
Ahora bien, América Latina y el Caribe, tras cuatro años de aumentos consecutivos en los flujos de IED, evidenció en 2014 una tendencia decreciente, con una reducción del 14 por ciento. Esto se debe, a una disminución en las fusiones y adquisiciones transfronterizas, al igual que a la disminución en los precios de los commodities, lo cual redujo la inversión en las industrias extractivas en América del Sur. No obstante, esta desaceleración se presenta como una oportunidad para que los países de la región reevalúen sus estrategias internas de inversión teniendo en cuenta los lineamientos contenidos en la agenda de desarrollo post-2015.
En este caso, mientras países como México, Venezuela, Argentina y Perú siguieron esta misma tendencia decreciente, Chile sufrió una expansión en este rubro y Brasil mantuvo los flujos totales similares a los niveles de 2013, ya que a pesar de haber registrado una fuerte caída de la IED en el sector primario, esta se vio compensada por un aumento de la misma en la industria manufacturera y el sector servicios.
Colombia, por su parte, siguió la misma tendencia de países como México y Argentina. Sin embargo, la fuerte caída de la inversión en las industrias extractivas, fue compensada principalmente por las alzas en las inversiones realizadas en el sector financiero, de transporte y comunicaciones, y en la manufactura, con aumentos del 54 por ciento, 39 por ciento y 13 por ciento, respectivamente.
En este contexto, la IED se postula como herramienta clave para la financiación del progreso y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, según lo estipuló Noelia Garcia, con el fin de promover y facilitar la inversión productiva transfronteriza, además de garantizar sus impactos positivos en los diferentes países, se debe fortalecer el entorno político y regulatorio que permea esta temática, mediante la reforma a la gobernanza internacional de inversiones que permita minimizar la evasión fiscal y crear un entorno propicio para la inversión en pro del desarrollo y la integración económica mundial de los países en desarrollo.
Así pues, dicha reforma debe garantizar la eficacia continua de los regímenes de política para mantener la confianza y el apoyo a la inversión sin perjudicar el recaudo fiscal de los países receptores de la misma.
Finalmente, este reporte establece que los esfuerzos de la comunidad internacional deben procurar por construir un marco común para la cooperación de la inversión global incluyendo prácticas como las alianzas de cooperación, acuerdos internacionales de inversión sur-sur, inversiones en energías renovables y alianzas público-privadas como herramientas vinculantes y eficientes para alcanzar los ODS.