Estudiante de Derecho, Universidad EAFIT, Colombia
Cada crisis económica o financiera trae consigo esfuerzos e iniciativas para reformar la arquitectura del sistema económico o financiero a nivel mundial. Se destacan por ejemplo, la Primera y Segunda Guerras Mundiales (París 1918-1919 y Bretton Woods 1944); en la década de los 1970s la eliminación del sistema de tasa de cambio fija (1971-1973) y la crisis del petróleo (1973-1974). Algunos afirman –de forma bastante realista– que la “adaptación institucional a los cambios en la economía mundial fue el resultado de deliberaciones internas e iniciativas de grupos de países industrializados” y que “sólo los principales participantes en los mercados financieros -países industrializados y mercados emergentes- pueden diseñar nuevas reglas para las finanzas” (Boughton, 2009). Sin embargo, incluso quienes sostienen esta línea argumentativa están dispuestos a reconocer que “cuando se ha logrado reformar la arquitectura financiera internacional como respuesta a una crisis, el éxito ha sido solo parcial” (Broughton, 2009). ¿Qué ha hecho falta entonces para lograr que un sistema financiero internacional dé respuesta a mayores y más diversas expectativas de diferentes sectores?
Algunos movimientos sociales, en su calidad de sociedad civil organizada, han señalado en diferentes espacios que la crisis que aqueja a la economía mundial desde 2008 se debe en gran medida al exceso de confianza en la capacidad de los mercados financieros de autorregularse; a un inadecuado control y regulación de las finanzas; y a la falta de transparencia y rendición de cuentas por parte de las instituciones financieras (Put People First, 2009). El Fondo Monetario Internacional ha coincidido parcialmente con este diagnóstico y ha calificado como “lecciones aprendidas” de la crisis la necesidad de mejor y más efectiva regulación de las transacciones financieras internacionales (FMI, 2009). Sin embargo, se ha dejado de lado en estos foros la necesidad de una participación inclusiva de diferentes sectores de la sociedad y de la comunidad internacional, actores que no se limitan a los centros financieros mundiales, pues solo en ese sentido es posible lograr que una nueva arquitectura financiera internacional sirva a unos objetivos suficientemente compartidos y de interés global, que permitan mejorar la eficiencia del sistema y que este sirva como instrumento en la búsqueda del desarrollo.
El Banco de España define al sistema financiero como “el conjunto de instituciones, medios y mercados en el que se organiza la actividad financiera, de tal modo que ha de canalizar el ahorro, haciendo que los recursos que permiten desarrollar la actividad económica real lleguen desde aquellos individuos excedentarios en un momento determinado hasta aquellos otros deficitarios”. En este sentido, para la estabilidad y éxito de un sistema financiero internacional -y especialmente uno orientado hacia el desarrollo- es necesario que los individuos y empresas cuenten con facilidades de acceso al mercado financiero y así mismo que haya mayor transparencia y rendición de cuentas por parte de las instituciones financieras, en cuanto están prestando un servicio que es de vital importancia para la sociedad. En este marco, la participación de la sociedad civil y el rol del Estado en la regulación de los sistemas financieros es fundamental, ya que –se esperaría– llevara a que el sistema financiero no atienda exclusivamente a intereses de lucro particulares sino al servicio del interés general y del desarrollo. Estas medidas, además de mejorar la eficiencia, lograrían que el sistema financiero desempeñe el rol previsto por el Grupo de Alto Nivel sobre la Agenda de Desarrollo Post-2015: un catalizador para el desarrollo, que permita que más personas y países se beneficien plenamente de la globalización (p. 63).
El Papa Francisco, en su calidad de representante de la sociedad civil internacional más que como líder religioso, ha llamado la atención sobre el hecho de que “estamos en un sistema mundial económico que no es bueno. En el centro de todo sistema económico debe estar el hombre (…) y todo lo demás debe estar al servicio de este hombre. Pero nosotros hemos puesto al dinero en el centro” (La Vanguardia, 2014).
Banco de España, “Estabilidad del sistema financiero”, disponible en: http://aulavirtual.bde.es/wav/documentos/financiera.pdf
Boughton, James M, “A new Bretton Woods” en Finance & Development, Vol. 46, No. 1, FMI, 2009, disponible en: http://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/2009/03/boughton.htm
Cymerman, Henrique, “Entrevista al papa Francisco: "La secesión de una nación hay que tomarla con pinzas" en La Vanguardia (España), 12 de Junio de 2014, disponible en: http://www.lavanguardia.com/internacional/20140612/54408951579/entrevista-papa-francisco.html
Fondo Monetario Internacional, “Lessons of the Financial Crisis for Future Regulation of Financial Institutions and Markets and for Liquidity Management”, 4 de Febrero de 2009, disponible en: http://www.imf.org/external/np/pp/eng/2009/020409.pdf
Grupo de Alto Nivel sobre la Agenda de Desarrollo Post-2015, “Informe Final: una nueva alianza mundial: erradicar la pobreza y transformar las economías a través del desarrollo sostenible”, p. 63
Put People First, “Put People First. Ensuring a response to the economic crisis that delivers democratic governance of the economy for jobs, justice and climate” , disponible en: http://www.brettonwoodsproject.org/2009/03/art-563940/
Cada crisis económica o financiera trae consigo esfuerzos e iniciativas para reformar la arquitectura del sistema económico o financiero a nivel mundial. Se destacan por ejemplo, la Primera y Segunda Guerras Mundiales (París 1918-1919 y Bretton Woods 1944); en la década de los 1970s la eliminación del sistema de tasa de cambio fija (1971-1973) y la crisis del petróleo (1973-1974). Algunos afirman –de forma bastante realista– que la “adaptación institucional a los cambios en la economía mundial fue el resultado de deliberaciones internas e iniciativas de grupos de países industrializados” y que “sólo los principales participantes en los mercados financieros -países industrializados y mercados emergentes- pueden diseñar nuevas reglas para las finanzas” (Boughton, 2009). Sin embargo, incluso quienes sostienen esta línea argumentativa están dispuestos a reconocer que “cuando se ha logrado reformar la arquitectura financiera internacional como respuesta a una crisis, el éxito ha sido solo parcial” (Broughton, 2009). ¿Qué ha hecho falta entonces para lograr que un sistema financiero internacional dé respuesta a mayores y más diversas expectativas de diferentes sectores?
Algunos movimientos sociales, en su calidad de sociedad civil organizada, han señalado en diferentes espacios que la crisis que aqueja a la economía mundial desde 2008 se debe en gran medida al exceso de confianza en la capacidad de los mercados financieros de autorregularse; a un inadecuado control y regulación de las finanzas; y a la falta de transparencia y rendición de cuentas por parte de las instituciones financieras (Put People First, 2009). El Fondo Monetario Internacional ha coincidido parcialmente con este diagnóstico y ha calificado como “lecciones aprendidas” de la crisis la necesidad de mejor y más efectiva regulación de las transacciones financieras internacionales (FMI, 2009). Sin embargo, se ha dejado de lado en estos foros la necesidad de una participación inclusiva de diferentes sectores de la sociedad y de la comunidad internacional, actores que no se limitan a los centros financieros mundiales, pues solo en ese sentido es posible lograr que una nueva arquitectura financiera internacional sirva a unos objetivos suficientemente compartidos y de interés global, que permitan mejorar la eficiencia del sistema y que este sirva como instrumento en la búsqueda del desarrollo.
El Banco de España define al sistema financiero como “el conjunto de instituciones, medios y mercados en el que se organiza la actividad financiera, de tal modo que ha de canalizar el ahorro, haciendo que los recursos que permiten desarrollar la actividad económica real lleguen desde aquellos individuos excedentarios en un momento determinado hasta aquellos otros deficitarios”. En este sentido, para la estabilidad y éxito de un sistema financiero internacional -y especialmente uno orientado hacia el desarrollo- es necesario que los individuos y empresas cuenten con facilidades de acceso al mercado financiero y así mismo que haya mayor transparencia y rendición de cuentas por parte de las instituciones financieras, en cuanto están prestando un servicio que es de vital importancia para la sociedad. En este marco, la participación de la sociedad civil y el rol del Estado en la regulación de los sistemas financieros es fundamental, ya que –se esperaría– llevara a que el sistema financiero no atienda exclusivamente a intereses de lucro particulares sino al servicio del interés general y del desarrollo. Estas medidas, además de mejorar la eficiencia, lograrían que el sistema financiero desempeñe el rol previsto por el Grupo de Alto Nivel sobre la Agenda de Desarrollo Post-2015: un catalizador para el desarrollo, que permita que más personas y países se beneficien plenamente de la globalización (p. 63).
El Papa Francisco, en su calidad de representante de la sociedad civil internacional más que como líder religioso, ha llamado la atención sobre el hecho de que “estamos en un sistema mundial económico que no es bueno. En el centro de todo sistema económico debe estar el hombre (…) y todo lo demás debe estar al servicio de este hombre. Pero nosotros hemos puesto al dinero en el centro” (La Vanguardia, 2014).
Referencias
Banco de España, “Estabilidad del sistema financiero”, disponible en: http://aulavirtual.bde.es/wav/documentos/financiera.pdf
Boughton, James M, “A new Bretton Woods” en Finance & Development, Vol. 46, No. 1, FMI, 2009, disponible en: http://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/2009/03/boughton.htm
Cymerman, Henrique, “Entrevista al papa Francisco: "La secesión de una nación hay que tomarla con pinzas" en La Vanguardia (España), 12 de Junio de 2014, disponible en: http://www.lavanguardia.com/internacional/20140612/54408951579/entrevista-papa-francisco.html
Fondo Monetario Internacional, “Lessons of the Financial Crisis for Future Regulation of Financial Institutions and Markets and for Liquidity Management”, 4 de Febrero de 2009, disponible en: http://www.imf.org/external/np/pp/eng/2009/020409.pdf
Grupo de Alto Nivel sobre la Agenda de Desarrollo Post-2015, “Informe Final: una nueva alianza mundial: erradicar la pobreza y transformar las economías a través del desarrollo sostenible”, p. 63
Put People First, “Put People First. Ensuring a response to the economic crisis that delivers democratic governance of the economy for jobs, justice and climate” , disponible en: http://www.brettonwoodsproject.org/2009/03/art-563940/
No comments:
Post a Comment